cinco

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Llegue a la oficina y como lo esperaba ella volvió a ser la misma. No solo estaba igual de irritante, si no que estaba especialmente estresada por el trabajo y además bastante tensionada.

Pasó una semana siendo una completa idiota, ya estaba empezando a cansarme de ella, pero tenía un objetivo claro y no iba a parar hasta conseguirlo. Así que me arreglaba la ropa y ponía una buena sonrisa en mi cara antes de llegar.

En la mañana me levanté y me vestí con una falda negra y una blusa roja. Mis tacones rojos combinaban y amarre la mitad de mi cabello con una pequeña prensa roja.

Al llegar a la oficina pude ver a mi papá, así que caminé a él.

-¿Por qué saliste antes hoy? - le pregunté Papá, me tomó del brazo y me acercó hasta que pudo dejar un beso en lo alto de mi cabeza.

-Lo lamento mi vida- se disculpó - estamos con muchísimo trabajo y tuve que venir a hacer unas cosas ¿Tuviste problemas para llegar aquí?

- Nop- le di un beso en la frente - pague un taxi, voy a trabajar, nos vemos al rato.

- Vale- me sonrió

Me alejé de ella hacia la puerta de freen, pero antes de entrar le hice la pregunta habitual.

¿Qué tal está hoy?

- Jodido, pero no tanto.- Solté un suspiro de alivio y toque la puerta, llevaba varios minutos de retraso y al hablar con papá me retrase más, así que al pensar en eso creí que freen se podría poner de mal humor así que me puse tantito nerviosa.

-Pase- me indico, Entre y la vi sentada detrás de su escritorio. Llevaba un traje negro al cuerpo. Tenía una postura relajada y un cigarrillo en los labios.

Parecía estar tomando un pequeño descanso y no estar tan tensa como en el transcurso de la semana.Así que papá tenía razón. Sarocha me dedicó una mirada de arriba abajo. Su expresión era indiferente, pero no tan tensa.

- Perdón por el retraso, el tránsito estaba increíble- me justifique - y después fui a ver a papá.

- Cállate, Rebecca - murmuró - Siéntate- me ordenó señalando la silla con el cigarro.

Me relaje y me senté. Doble una pierna encima de la otra y busque con los ojos en el computador.

-¿Dónde está el...?

-Cierto - recordó, abriendo la gaveta del escritorio - el técnico la estaba revisando.- Ella me la dio y al abrirla me dio 5 minutos antes de empezar a soltar las órdenes.

- Kevin Hernández, llámalo para que esté aquí el viernes por la noche. Agenda un viaje a Los Ángeles para fin de mes. Revisa mi bandeja de entrada y la de tu padre, todos los días hay mil correos nuevos. Los de mantenimiento tienen que estar aquí a las 5 para arreglar el circuito de la segunda sala de juntas- le dio una diabólica calada al cigarrillo, diabólica porque hizo que sus ojos brillarán increíblemente - Y hoy quiero café con leche - me guiño un ojo.

Al terminar de hablar mis ojos buscaron los suyos y por alguna razón estos de repente estaban más transparentes, como si hubiera quitado suavemente su carcasa y dejará que sus ojos me recorrieran indiscretamente.

Tan indiscretamente que me puso de los nervios. Sus ojos se resbalaban como mantequilla por mi mandíbula, luego mi cuello y mis hombros.

Tuve que acomodarme en mi asiento, cuando lo hice también me concentré en mis apuntes y fruncí el ceño.

- Perdón- solté con nervios - El viaje a Los Ángeles ¿Para fin de mes? Papá me dijo que para esas fechas iban a Nueva York, ambos.

Algo había cambiado. Mi seguridad no me había abandonado pero el nerviosismo había crecido considerablemente en esos momentos.

la socia de papi *freenbecky*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora