Anastasia leyó la carta con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos, sintiendo el peso de la tragedia que asolaba a su país y a sus compatriotas. La realidad de la guerra se le revelaba de manera cruda y desgarradora, y juró en ese momento hacer todo lo que estuviera en su poder para ayudar a su nación en su hora de necesidad.
En la mañana siguiente, se levantó muy temprano y entró en la ducha, preparada para iniciar su día. Mientras se bañaba, sus pensamientos seguían atormentándola.
Anastasia con voz melancólica: Ese muchacho es tan solo un año mayor que yo y está viviendo un infierno. Probablemente ya se encuentre muerto. Ella derramó un par de lágrimas, se vistió y bajó a desayunar.
En la mesa, Anastasia se encontró con sus hermanas, su hermano y su madre. Mientras disfrutaban del desayuno, la conversación giraba en torno a los planes para el día.
Tatiana: ¿Qué tienes planeado hacer hoy, Anastasia?
Anastasia: Iré a mis clases como siempre.
Olga: ¿Te sientes mejor hoy? Estabas muy callada anoche.
Anastasia: Sí, gracias por preguntar. Solo tenía algunas cosas en la cabeza.
A medida que avanzaba el desayuno, la atmósfera se volvía tensa. El hermano de Anastasia, Alexei, sentado en su silla de ruedas debido a su hemofilia, observaba en silencio mientras su madre comenzaba a cuestionar las decisiones de su hija.
Alejandra: Anastasia, ¿no crees que deberías centrarte más en tus estudios y menos en tus... aventuras?
Anastasia: (frunciendo el ceño) Mamá, no estoy interesada en seguir tus expectativas anticuadas. Quiero vivir mi vida de la manera que yo elija.
Alejandra: Que es esa manera de contestar así, como princesa de Rusia y Señorita debes de pensar en tu futuro. Un buen matrimonio es importante.
Anastasia: Mamá, ya hemos tenido esta conversación antes. No quiero vivir una vida limitada por las reglas de la sociedad y por las tuyas.
La discusión continuó escalando hasta que Anastasia se levantó bruscamente de la mesa.
Anastasia: Lo siento, pero se me hace tarde para mis clases. Nos vemos más tarde.
Con eso, Anastasia dejó la mesa y se dirigió hacia la puerta, dejando atrás a una madre preocupada y unas hermanas sorprendidas.
Como es predecible la relación entre Anastasia y su madre, era tensa y conflictiva. Alejandra, arraigada en las tradiciones y expectativas de la sociedad, constantemente presionaba a Anastasia para que se ajustara a un molde preestablecido de lo que significaba ser una mujer respetable y una princesa. Anastasia, por otro lado, anhelaba la libertad y la aventura, desafiando las normas sociales y buscando explorar el mundo más allá de los límites impuestos por su madre. Esta tensión constante creaba un ambiente de desacuerdo y descontento en la relación madre-hija.
Anastasia aun enojada llega al aula de clase donde se encontraba la profesora Natalia Ivanovna su profesora de historia
Anastasia: Buenos días, profesora.
Natalia Ivanovna: Buenos días, Anastasia. ¿A qué se debe este temprano despertar?
Anastasia: Me disculpo por mi distracción en clase, profesora. Sin embargo, hay algunos asuntos sobre los que me gustaría conversar con usted.
La profesora Natalia Ivanovna, intrigada por el tono serio de Anastasia, asiente con curiosidad.
Natalia Ivanovna: Por supuesto, Anastasia. Estoy aquí para ayudarte en lo que necesites. ¿De qué se trata?
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Anastasia Romanova
AventuraEs una novela histórica de ficción donde nos adentraremos en los albores del siglo XX en la casa de los Románoff la ultima familia del imperio Ruso, aquí una joven y brillante Anastasia Romanov será nuestra protagonista quizás ya la conozcas, ell...