Después de su escapada a la cabaña, Samuel y Lucía regresaron a sus actividades diarias, tratando de mantener el equilibrio entre sus responsabilidades y su relación. Samuel continuó asistiendo a sus terapias de rehabilitación, enfrentando cada día con determinación. Lucía, por su parte, volvió a la universidad, esforzándose por mantener sus calificaciones y apoyar a Samuel al mismo tiempo.
La rutina era un desafío constante, pero ambos se esforzaban por mantenerse fuertes. Sin embargo, la tensión comenzó a acumularse cuando la mejor amiga de Lucía, Ximena, decidió enfrentar a Samuel. Ximena estaba preocupada por Lucía y no veía con buenos ojos la influencia de Samuel en su vida.
Una tarde, Samuel salió de una de sus sesiones de terapia y decidió esperar a Lucía cerca de la universidad. Ximena lo vio y decidió aprovechar el momento para hablar con él.
*Ximena:* "Samuel, necesito hablar contigo."
*Samuel:* "Claro, Ximena. ¿Qué pasa?"
*Ximena:* "Mira, no quiero sonar cruel, pero creo que Lucía estaba mejor antes de que tú aparecieras en su vida. Has traído muchos problemas y preocupaciones. Ella merece ser feliz y no cargar con tus problemas."
Samuel sintió cómo la rabia y la frustración se acumulaban en su interior. Sabía que Ximena tenía sus razones para preocuparse, pero las palabras que usaba eran hirientes.
*Samuel:* "¿Crees que no sé eso? Estoy haciendo todo lo posible para mejorar, para ser una mejor persona para Lucía. Ella me da la fuerza para seguir adelante."
*Ximena:* "Pero no es suficiente, Samuel. La estás arrastrando a tu mundo de problemas. Necesita enfocarse en su vida, en sus estudios. Tú solo le estás haciendo daño."
Samuel sintió cómo la paciencia se le agotaba. Había trabajado duro para superar sus adicciones y sabía que no era perfecto, pero las palabras de Ximena lo hacían sentir como si todos sus esfuerzos fueran en vano.
*Samuel:* "¿Y qué quieres que haga, Ximena? ¿Que me aleje de ella? ¡No puedo! La necesito, y ella me necesita a mí."
Ximena, sin embargo, no estaba dispuesta a ceder.
*Ximena:* "Sí, Samuel. Creo que deberías dejarla ir. Deja que recupere su vida, su felicidad."
En ese momento, Lucía llegó al lugar y escuchó la acalorada discusión. Sintió cómo la ira y la confusión se apoderaban de ella. No podía creer que Ximena y Samuel estuvieran peleando de esa manera.
*Lucía:* "¡Basta! ¿Qué está pasando aquí?"
Ambos se volvieron hacia Lucía, sorprendidos y avergonzados. Ximena fue la primera en hablar.
*Ximena:* "Lucía, solo estoy tratando de protegerte. Samuel te está haciendo más daño que bien."
*Lucía:* "¡No tienes derecho a decir eso, Ximena! Samuel está haciendo lo mejor que puede, y yo lo amo."
Samuel miró a Lucía con ojos llenos de dolor y frustración.
*Samuel:* "Lucía, tal vez Ximena tiene razón. Tal vez lo mejor sería que me alejara."
Lucía sintió cómo la rabia se convertía en una mezcla de tristeza y desesperación.
*Lucía:* "No, Samuel. No puedes hacerme esto. Estamos juntos en esto, ¿recuerdas? Pero ahora... ahora estoy decepcionada con los dos."
Ximena intentó intervenir, pero Lucía la detuvo con un gesto.
*Lucía:* "Ximena, te aprecio, pero no puedes decidir por mí. Samuel, necesito que confíes en nosotros, en nuestro amor. Pero hoy... hoy estoy decepcionada."
Sin decir más, Lucía se dio la vuelta y se alejó, dejándolos a ambos en silencio. Sabía que necesitaba tiempo para procesar lo que había sucedido, para entender cómo manejar la situación sin perder a las dos personas más importantes en su vida.
Esa noche, Lucía se quedó en su habitación, sintiendo el peso de la discusión. Se preguntaba si alguna vez encontrarían la paz, si alguna vez volverían a ser felices sin que las sombras del pasado los persiguieran.
El amor entre ella y Samuel era fuerte, pero los desafíos que enfrentaban también lo eran. Lucía sabía que tendría que encontrar una manera de equilibrar su vida, de proteger su relación y de mantener a salvo a las personas que amaba. Pero en ese momento, se sentía perdida y abrumada, sin saber cuál sería el siguiente paso.
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El siguiente día, Samuel decidió escribir una carta a Lucía, expresando sus sentimientos y su compromiso de mejorar. Ximena, por su parte, reflexionó sobre su intervención y se dio cuenta de que, aunque sus intenciones eran buenas, había manejado mal la situación. Ambos sabían que tenían que hablar con Lucía y encontrar una solución juntos.
Pero por ahora, Lucía necesitaba tiempo para sanar, para entender sus propios sentimientos y decidir qué camino tomar. En el fondo de su corazón, sabía que el amor era la respuesta, pero también sabía que el amor requería trabajo, paciencia y, sobre todo, fe en el futuro que estaban construyendo juntos.
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"Sombras y Destellos"
RomanceEn "Sombras y Destellos", seguimos la historia de Lucía, una joven de 18 años que, en una fiesta, conoce a Samuel, un hombre misterioso y carismático de 25 años. A través de miradas y sonrisas, comienzan una conexión inesperada que los lleva a larga...