Capítulo 42: Pasión y Complicidad

0 0 0
                                    

La mañana después de la fiesta, Lucía se despertó con una sonrisa en el rostro. El recuerdo de la celebración aún le llenaba el corazón de alegría. Sin embargo, al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que había mucho desorden por recoger. Sus padres se habían ido temprano a trabajar y Ximena tenía compromisos en la universidad, dejándola sola para enfrentar el caos.

Justo cuando comenzaba a recoger los platos y globos dispersos, escuchó un golpe en la puerta. Al abrir, se encontró con Samuel, sosteniendo una bolsa de basura y con una sonrisa en los labios.

*Samuel:* "Buenos días, hermosa. Pensé que podrías necesitar una mano con todo esto."

Lucía se sintió aliviada y feliz de verlo.

*Lucía:* "¡Samuel! Eres un ángel. Ven, pasa. Hay mucho por hacer."

Juntos comenzaron a recoger los restos de la fiesta, trabajando en perfecta sincronía. Samuel se encargó de los platos y vasos, mientras Lucía barría y recogía los globos y serpentinas. Aunque la tarea era tediosa, disfrutaban de la compañía del otro, charlando y riendo.

Después de un rato, Samuel encendió la música. Una melodía animada llenó la sala, y ambos no pudieron evitar moverse al ritmo. De repente, Samuel tomó a Lucía de la mano y la giró, haciendo que ambos comenzaran a bailar en medio del salón.

*Lucía:* "¡Samuel, qué haces! Tenemos que terminar de limpiar."

*Samuel:* "Un pequeño descanso para bailar no le hace daño a nadie."

La música cambió a una melodía más lenta y sensual. Samuel acercó a Lucía, sus cuerpos moviéndose en perfecta armonía. La cercanía y la intimidad del momento encendieron una chispa entre ellos.

*Lucía:* "Samuel..."

*Samuel:* "Lucía..."

Sin decir más, sus labios se encontraron en un beso apasionado. La tensión y el deseo se apoderaron de ellos. Samuel la llevó suavemente hacia el sofá, sus besos intensificándose con cada momento. Esta vez, la ternura de su primera vez dio paso a una pasión desenfrenada. La ropa se desvaneció, dejándolos expuestos y vulnerables el uno al otro.

Los cuerpos de Lucía y Samuel se encontraron con una necesidad urgente, sus movimientos llenos de deseo y amor. El mundo exterior desapareció, dejándolos en un universo donde solo existían ellos dos.

La pasión los consumió por completo. Los besos eran más profundos, los toques más insistentes. Cada caricia, cada susurro, aumentaba el deseo que sentían. En medio de la pasión, Samuel tomó un momento para mirarla a los ojos, su amor por ella evidente en cada gesto.

*Samuel:* "Te amo, Lucía. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar."

*Lucía:* "Yo también te amo, Samuel. Eres todo para mí."

Con esas palabras, se sumergieron nuevamente en su pasión, dejándose llevar por el momento. Sus cuerpos se movían al unísono, sincronizados en una danza de amor y deseo.

Después de su intensa unión, se quedaron abrazados en el sofá, recuperando el aliento. Lucía apoyó su cabeza en el pecho de Samuel, sintiendo los latidos de su corazón.

*Lucía:* "Gracias por estar aquí conmigo, Samuel. No solo hoy, sino siempre."

*Samuel:* "Siempre estaré aquí para ti, Lucía. Eres mi vida, mi amor, mi todo."

Se quedaron así, disfrutando de la paz y la intimidad del momento. Finalmente, se levantaron y continuaron con la limpieza, pero esta vez con una sensación de complicidad y felicidad aún mayor.

El día continuó, y aunque había mucho por hacer, nada podía borrar la sonrisa de sus rostros. Su amor, ahora más fuerte y profundo, los unía de una manera que nunca antes habían experimentado. Juntos, sabían que podían enfrentar cualquier cosa que la vida les arrojará

"Sombras y Destellos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora