Las luces de Gotham brillaban con intensidad, pero Damián se sentía atrapado en una oscuridad personal que no podía ignorar. Había pasado tres semanas desde que se mudó con Harley e Ivy, y su vida había cambiado de maneras inesperadas. Se había acostumbrado a la locura de su nuevo hogar; las risas, los momentos absurdos y las pequeñas locuras se habían convertido en su día a día. Estaba comenzando a olvidar el dolor de su pasado, pero esa noche, el destino tenía otros planes.
Mientras caminaba por las calles, sumido en sus pensamientos sobre su nueva vida y las nuevas amistades que había hecho, una mano lo detuvo con fuerza. Damián giró sobre sus talones, sorprendido al ver a Jonathan frente a él, con una expresión imperturbable.
—¿Dónde has estado? —preguntó Jon, su tono directo y cortante como un cuchillo.
Damián sintió que su corazón se aceleraba, la ira y la confusión peleando dentro de él.
—¿Qué te importa? —respondió, apretando los puños. Lo único que quería era deshacerse de esa sensación de vulnerabilidad.
—Mucho. La verdad, ahora dime, ¿dónde has estado? ¿Por qué no vuelves al colegio? ¿Acaso ya tienes a alguien más que te cumpla tus caprichos? —su voz se volvió más dura—. Damián, a ti nadie te soportaba, solo yo.
Esa última línea caló hondo. Damián sentía que el mundo se desmoronaba a su alrededor. Una parte de él sabía que Jonathan tenía razón; había sido el único que no lo había juzgado por su legado. Pero ahora, el odio y el dolor empezaban a fluir como un río desbordado.
—Lo que haga con mi vida ya no te concierne —respondió Damián, esforzándose por sonar firme.
Jon dio un paso más cerca, su mirada intensa. —Te equivocas, Damián. Aún te amo y siempre me preocuparé por ti. No he sentido los latidos de tu corazón, y saber que te echaron de tu casa me parte el corazón.
—¿Cínico? ¡Tú fuiste la causa de mi sufrimiento! —gritó Damián, la rabia burbujeando—. ¿Acaso no recuerdas cómo me dejaste? ¡Solo fuiste una marioneta en mi vida!
—Te diré la verdad, he estado viviendo con un amigo, nada más —Damián se detuvo un momento, sabiendo que si compartía más, Jon sospecharía. Pero no podía permitir que su pasado lo atrapara de nuevo. Aquellos "amigos" eran sus nuevas "madres", y eso era suficiente para él.
—Damián, no tienes más amigos que yo. Algunos superhéroes no creo que te ayuden, son menores de edad igual que tú y que yo.
—Siempre encontramos la forma —murmuró Damián, sintiendo la frustración de no poder escapar.
—Dime la verdad, solo quiero ayudar.
—No, Jon, déjame en paz. Lárgate con tu novia —las palabras salieron de su boca antes de que pudiera detenerse. La verdad le dolía más de lo que había imaginado.
—¡No! Damián, no entiendes que eres mío, mi pareja.
—¡No, Jon! No soy nada tuyo. Déjame ir, mis compañeros deben estar preocupados.
Jon se quedó en silencio por un momento, su expresión cambiando a medida que procesaba las palabras de Damián. —Sabes que te seguiré.
—Sabes que Connor Hawke te metería una flecha —respondió Damián, sintiendo un pequeño alivio al hablar de su nuevo amigo.
—¿Estás viendo a Connor? —preguntó Jon, su voz llenándose de celos.
—Sí, Jon, y también es mi pareja. Ahora déjame ir, él estará muy preocupado.
Con un movimiento brusco, Jon se dio la vuelta y se alejó, furioso. Damián sintió una punzada de culpa al ver cómo se marchaba, pero sabía que era lo mejor. Había llegado a un punto en su vida donde ya no podía volver atrás.
—Mierda, la cagué feo —murmuró Damián, mirando al suelo, consciente de que lo que había dicho era una mentira que implicaba a otro.
Cuando giro para regresar a su hogar lo vio, Connor lo estaba viendo.
—¿Escuchaste toda la conversación? —preguntó Damián, tratando de parecer no tan timido.
—Algo son muy gritones —respondió Connor, sonriendo.
—Perdón.
—Nah, igual, ese imbécil ya se estaba pasando. Si te hacía algo, estaba listo para sacar mis armas —Connor mostró sus grandes brazos, algo que le hizo reír.
—No te incomoda que te utilizara para que Jonathan deje de molestarme , ¿verdad?
—No, la verdad, además conozco tu situación y la entiendo. Sé que nos conocemos hace poco relativamente, pero creo que me gustas al menos un poco.
—¿Enserio? Tu siempre me parecías muy guapo
Damián no pudo evitar sonreír ante la locura de la situación. A pesar de la tormenta emocional que había enfrentado esa noche, aquí estaba, con un nuevo amigo y un nuevo comienzo. Y aunque Jonathan todavía pesaba en su corazón, tal vez, solo tal vez, había esperanza en el camino hacia adelante.
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Renacer en tus brazos
RomanceDamián, un omega que ha sido herido en el pasado, decide cambiar su vida después de descubrir los engaños y manipulaciones de su antiguo alfa, Jonathan. Cansado de las mentiras y de un amor que solo le trajo dolor, Damián escapa en busca de un nuevo...