Capítulo 2: Ecos del Abismo
POV Dazai
La batalla en el puerto fue solo el principio mientras caminaba de regreso a la Agencia, sentía el peso de cada golpe recibido, no solo los físicos sino los emocionales el dolor en mi mandíbula palidecía en comparación con el tormento de haber visto a Chuuya nuevamente, de haber sentido su desprecio tan intensamente.
La lluvia había cesado, pero el aire seguía húmedo y pesado cada paso hacia la Agencia era como caminar a través de un pantano, mis pensamientos se enredaban y hundían en un lodo de recuerdos y arrepentimientos.
Al llegar, Kunikida me esperaba en la entrada, sus ojos llenos de preguntas no formuladas sin decir palabra, me entregó un pañuelo y señaló mi rostro solo entonces me di cuenta de que sangraba.
-Gracias -murmuré, tomando el pañuelo y presionándolo contra el corte en mi mejilla.
-¿Qué pasó allá? -preguntó Kunikida, su voz tensa.
-Un malentendido -respondí evasivamente, sin detenerme.
-¿Chuuya?
Me detuve un momento, sin mirarlo. -Sí.
Kunikida suspiró, y pude sentir su frustración. -Tenemos que resolver esto antes de que se salga de control.
-Lo sé -dije suavemente, retomando mi camino hacia la oficina.
Una vez dentro, me dejé caer en la silla, sintiendo el peso de todo lo que había pasado el documento que Kunikida había dejado sobre mi escritorio seguía allí, intacto lo tomé y lo abrí, tratando de concentrarme en las palabras, pero mi mente no dejaba de volver a Chuuya, a su mirada llena de odio y, quizás, algo más.
El informe detallaba movimientos sospechosos dentro de la Port Mafia, menciones de un grupo disidente que buscaba desestabilizar el equilibrio de poder y entre los nombres de los involucrados, uno destacaba: Verlaine un viejo enemigo que no había sido visto en años, pero cuya presencia siempre significaba problemas aunque según recordaba Mori-san lo tenía en los calabozos de la Port Mafia así que el miedo de que hubiera podido salir estaba latente.
Leí el nombre una y otra vez, sintiendo un nudo formarse en mi estómago si Verlaine estaba de vuelta, esto no era solo un problema para la Port Mafia, sino para toda Yokohama y Chuuya estaría en el centro de todo.
Tomé una decisión impulsiva y marqué el número de Ranpo si alguien podía arrojar luz sobre esta situación, era él, aunque sabía que el presidente le había dado vacaciones ya que había estado demasiado metido en casos con un ex miembro de Guild.
-Ranpo, necesito tu ayuda -dije en cuanto contestó.
-Dazai, siempre tan dramático -respondió Ranpo, su tono despreocupado-. ¿Qué pasa?
-Verlaine está de vuelta -dije, sin preámbulos.
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea. -Eso no es bueno ¿Qué necesitas que haga?
-Necesito que investigues averigua todo lo que puedas sobre sus movimientos recientes si está planeando algo, debemos estar preparados.
-Entendido te enviaré lo que encuentre -dijo Ranpo antes de colgar.
Me recosté en la silla, cerrando los ojos por un momento la fatiga me pesaba, pero no podía permitirme descansar había mucho en juego, y no podía fallar no de nuevo.
Esa noche, mientras la ciudad dormía, me encontré caminando por las calles de Yokohama, incapaz de encontrar paz en mi propio hogar mis pasos me llevaron a un lugar familiar, un pequeño parque donde Chuuya y yo solíamos reunirnos en los días de nuestra juventud o mejor dicho cuando nuestras discusiones paraban y decidiamos relajarnos.
El parque estaba desierto, la brisa nocturna agitaba suavemente las hojas de los árboles me senté en un banco y dejé que los recuerdos me inundaran las risas, las discusiones, los momentos de silenciosa camaradería tldo parecía tan lejano, como si perteneciera a otra vida.
-Dazai.
La voz de Chuuya me sacó de mis pensamientos. Me giré y lo vi allí, de pie a unos metros de distancia. Su expresión era indescifrable, una mezcla de emociones que no podía desentrañar.
-Chuuya -dije suavemente, levantándome del banco-. ¿Qué haces aquí?
-Podría preguntar lo mismo -respondió, cruzando los brazos sobre su pecho-. ¿Qué estás tramando esta vez?
-Nada. Solo... recordaba -dije, haciendo un gesto hacia el banco-. Este lugar solía significar algo para nosotros.
Chuuya me miró con desconfianza. -¿Por qué no puedo creerte?
-Porque tienes razones para no hacerlo -admití, dando un paso hacia él-. Pero esta vez, Chuuya, te prometo que no estoy aquí para causar problemas.
-Eso suena muy fuera de carácter para ti -respondió, su tono sarcástico.
-Lo sé -dije, acercándome un poco más-. Pero esto es diferente. Verlaine está de vuelta.
Los ojos de Chuuya se entrecerraron al escuchar el nombre. -¿Qué sabes?
-No mucho, solo que está aquí y que está buscando causar problemas necesitamos trabajar juntos en esto, Chuuya por Yokohama.
-¿Y crees que voy a confiar en ti después de todo? -espetó, sus ojos ardiendo con una mezcla de furia y algo más.
-No te estoy pidiendo que confíes en mí -dije con firmeza-. Solo te estoy pidiendo que pongas a un lado nuestras diferencias, al menos por ahora esto es más grande que nosotros.
Chuuya me miró durante lo que pareció una eternidad, su expresión cambiando de duda a decisión finalmente, asintió lentamente.
-De acuerdo, Dazai pero si me traicionas de nuevo...
-No lo haré -prometí, extendiendo mi mano.
Chuuya dudó un momento antes de estrecharla el contacto fue breve, pero suficiente para sellar nuestro acuerdo.
-Entonces, ¿qué hacemos ahora? -preguntó Chuuya, soltando mi mano.
-Primero, necesitamos información Ranpo está trabajando en eso pero mientras tanto, debemos estar atentos Verlaine no es alguien que se tome a la ligera.
Chuuya asintió, su rostro volviendo a esa expresión dura y determinada que conocía tan bien. -Está bien pero recuerda, Dazai, solo estamos trabajando juntos por necesidad.
-Lo sé -dije suavemente- y agradezco que estés dispuesto a hacerlo.
Nos quedamos en silencio por un momento, ambos perdidos en nuestros pensamientos la noche avanzaba, y aunque el futuro era incierto, por primera vez en mucho tiempo, sentí una chispa de esperanza no estaba solo en esto Chuuya y yo, aunque rotos y distanciados, teníamos una causa común y tal vez, solo tal vez, eso sería suficiente para salvarnos a ambos o quizás esto terminaría de hundirnos.
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𝕴𝖓𝖉𝖎𝖌𝖓𝖔 𝖉𝖊 𝖙𝖚 𝖆𝖒𝖔𝖗 {𝖘𝖔𝖚𝖐𝖔𝖐𝖚}
أدب الهواةEn las sombras de Yokohama, donde los destinos se entrelazan con hilos invisibles, nace una historia de amor y desdicha. Dazai y Chuuya, almas opuestas unidas por un vínculo inquebrantable, se encuentran atrapados en un juego peligroso de poder y pa...