Ocean love ✧ kooktae

Capítulo 42

Taehyung:

Me desperté plácidamente, cuando la luz del sol que entraba por el balcón se había vuelto tan anaranjada y brillante que iluminaba cada rincón de la habitación. Sentí mis ojos arder un poco por la luz, aunque era peor la pesadez que sentía en mis párpados por haber llorado antes, también me dolía un poquito la cabeza, pero podía soportarlo. 

Jungkook estaba limpiando sus cuchillas y dagas en la mesita que uso para poner mis pergaminos y las tacitas de té. Lo habría regañado por eso, pero no pude hacerlo porque apenas me vio despertar, corrió hacia mí sin dudarlo, y se tiró encima mío para darme sus dulces besos ruidosos. Después se marchó para calentar agua, me preparó una infusión relajante y también calentó la comida que había comprado cuando salió en la mañana. Decidimos aprovechar el atardecer para salir al balcón y comer allí juntos. Fue muy lindo.

—¿Ahora lo ves?— Me preguntó de repente, mientras disfrutábamos de los panes de miel. Los pasteles de carne ya habían sido devorados por él. 

—¿Qué cosa?

—El atardecer...— Suspiró sonriente. Su sonrisa se sintió tan dulce y genuina— Si fueras un paisaje serías un atardecer, no puedes negarlo, tan solo míralo. Su color es tan parecido a tu cabello.

—¿Solo porque mi cabello es del mismo color del atardecer?— Me reí con timidez, pero me sentí muy halagado. 

—No, no solo es eso. Es porque el atardecer es tan bonito como tú, me trasmite paz como tú, y se siente tan cálido...como tu compañía— Y ese es su lado más sincero y romántico, que atesoro con toda mi alma.

—Siempre tienes algo tan lindo para decirme— Ambos soltamos una pequeña risa, mientras mirábamos perdidos la vista delante de nosotros— Kook, deberías ser escritor o poeta, ganarías mucho oro.

—Uhm...suena muy interesante, pero no podría, aún se me dificulta escribir, y la verdad me da pereza seguir aprendiendo.

—Yo te puedo enseñar, y a cambio tu me enseñas a usar la espada. 

—Bebé, recién ahorita me acuerdo de eso, no hemos practicado desde hace tiempo— Su expresión se tornó pensativa y sorprendida. 

—Sí, me acordé de repente, es gracioso porque fue para eso que zarpé contigo y tu tripulación, pero en lugar de entrenar nos enamoramos, cometimos actos impuros y planeamos casarnos en el futuro.

—No me digas eso que me dan ganas de casarme ahorita mismo— Sus ojitos se pusieron a brillar, y empezó a reírse apenado. Amo esos momentos en los que parece derretirse de amor por mí, es tan precioso— O también...sí quieres podemos cometer "actos impuros", aquí y ahora. 

—Amor, no me mires así, ¿y qué cosas dices, bobo?— Cubrí mi rostro avergonzado, porque él ya estaba apegándome a su cuerpo, mientras nos reíamos sin parar. Siempre es así, sí uno de los dos se ríe, él otro también lo hará. 

—Por cierto Tae, ¿tú...en verdad quieres aprender a usar la espada? si no quieres no tienes qué hacerlo— Me preguntó con suavidad, aún con su linda sonrisa cerca de mí. 

—Yo quiero hacerlo.

Nunca me ha llamado la atención usar espadas, odio usarlas, odio que solo existan para lastimar, pero siento que no voy a poder vivir tranquilo si no cumplo ese deseo de mi padre. 

Además, ¿de qué sirve un hombre pirata que no sabe usar espadas?  Odio tanto sentir que soy un hombre que no sabe ser un hombre. 

—¿Estás seguro?— Insistió.