Don't be Jealous (Charlos)

Getting Jealous Over You

Ese estúpido tweet.

Ni bien lo vio, estalló en rabia.

El imbécil de Piastri, quien parecía tener de único objetivo arruinar su carrera desde que llegó, ahora estaba haciéndose el chistoso con su compañero de equipo.

Lo maldijo una y otra vez.

Se calmó, con la creencia de que el temita no llegaría a más.

Pero no.

Estaba en todos lados. Entraba a cualquier red social y allí aparecía.

Ahora eran "familia" y todos hablaban de ello.

Maldita sea, incluso en la entrevista de la clasificación tenían que mencionarlo.

Eso lo hacía sentirse desplazado, y como odiaba sentirse así en el área donde se supone pertenece, claro, mientras el australiano reía con cinismo, como si todo esto lo hubiera planeado meticulosamente para hacerlo cabrear, y Charles solo seguía la corriente como si nada.

"¿You want me to adopt you as well?"

No, cabrón.

"Don't be jealous Carlos"

Y esa estúpida frase colmó el vaso.

Estaba a punto de hacer una locura, no, más bien iba a hacerla al momento en que estuvieran a solas.

Se contuvo para no decir nada fuera de lugar y seguir la entrevista con moderada normalidad, apenas acabó, siguió a su compañero hasta la sala de descanso.

—¿Por qué lo hiciste?

—¿Qué?

—Sabes que Piastri es un maldito conmigo, y tú lo tratas como si fuesen amigos de toda la vida. No confío en él y no lo quiero cerca de ti.

—Carlos tranquilo —dijo con voz calmada, acercándose y tomándolo del rostro con cariño—. Estas exagerando. No creo que el te odie. Intento ser amable con él porque no tiene muchos amigos en la parrilla, ya sabes como es. Te dije, no estés celo...

Antes que esa palabra acabara, el español lo tomó por los hombros y lo estampó contra la puerta, cerrándola.

—¡Si estoy celoso! Ese imbécil ya me quitó a Lando... ¡No voy dejar que también te tenga a ti! ¡Eres mio! ¡Mio! —. Pronuncia peligrosamente cerca de sus labios.

Al diablo, piensa. Estuvo toda la entrevista aguantando las ganas, finalmente lo besó con brusquedad, abriéndose paso usando parte de su lengua para subir de nivel.

El no era así, pero cuando se trataba de Charles se volvía un ser bastante posesivo, y sumando eso con su adversario involucrado, solo empeoraba las cosas.

Apretó sus muñecas, evitando que este pueda usar las manos. Empujó su cuerpo hasta tumbarlo al sofá de descanso, puso todo su peso encima, inmovilizando lo.

Su boca bajó, primero chupando levemente la piel del cuello, pero rápidamente eso fue transformándose en chupetones lascivos que se intercalaban con mordidas aún más intensas y deseosas de marcarlo.

Miró orgulloso como ahora el cuello del monegasco estaba cubierto de tonos rojizos y violáceos.

No era necesario que lo firmara para saber que era obra suya.

—¿Terminaste? —preguntó con voz jadeante.

Pero allí no acababa la cosa.

Oh no.

El necesitaba más.

Puso su rodilla en medio de las piernas de Charles, presionando, generando una fricción peligrosa y desencadenando una oleada de suspiros leves, que solo él estando tan cerca podía detectar.