🖤🕸️ 𝐒𝐩𝐢𝐝𝐞𝐫-𝐦𝐚𝐧: 𝐻𝑒 𝐹𝑒𝑒𝓁𝓈 𝐿𝒾𝓀𝑒 𝐻𝑜𝓂𝑒 🕸️🖤 Peter Parker x Male OC / Male Reader

38- Ahora eres un concubino.

Quetzal y Giovanni, capturados tras la intensa batalla, fueron inmovilizados rápidamente por los concubinos. Con una brutal eficacia, los enemigos les colocaron grilletes y esposas especialmente diseñadas para anular sus habilidades y limitar sus movimientos. Ambos fueron sedados para evitar cualquier intento de resistencia durante el transporte.

Cuando Quetzal y Giovanni recobraron la conciencia, se encontraron en una cámara oscura y estrecha, atados con correas de seguridad dentro de lo que parecía un vehículo blindado. El rugido constante del motor y el leve balanceo del vehículo les indicó que estaban en movimiento. Giovanni intentó evaluar la situación, mientras Quetzal, aún aturdido, luchaba por mantener la calma, sus pensamientos llenos estaban de preocupación por Peter.

El convoy avanzaba por caminos desolados, lejos de la ciudad. Los vehículos estaban equipados con tecnologías de bloqueo de señales para evitar cualquier rastreo. Los conductores mantenían una velocidad constante, pero a la vez prudente, para no levantar sospechas.

Después de varias horas de viaje, el convoy llegó a un punto de control. Los guardias, armados y alerta, hicieron una revisión meticulosa de los vehículos antes de permitirles pasar. El entorno era claramente el de una instalación fortificada, oculta en un lugar remoto. Grandes muros y cercas electrificadas rodeaban el área, y torres de vigilancia con guardias armados se erguían en cada esquina.

Quetzal y Giovanni fueron retirados del vehículo con brusquedad, con sus cuerpos todavía debilitados por la sedación. Los guardias los escoltaron a través de un laberinto de pasillos y puertas reforzadas, llevándolos finalmente a una sala de detención. La sala estaba equipada con sistemas de vigilancia avanzada y dispositivos de contención diseñados para neutralizar a los prisioneros más peligrosos.

Malek Saadir apareció en la sala. Con una sonrisa sardónica, se acercó a Quetzal y Giovanni. "Bienvenidos de nuevo," dijo con un tono lleno de satisfacción. "Espero que el viaje haya sido cómodo. No queremos que nuestros huéspedes se sientan demasiado incómodos... al menos no aún."

Giovanni lo miró con una expresión dura, sus músculos tensos por la ira contenida. "No lograrás nada con nosotros, Saadir."

Malek se rió entre dientes.

Quetzal, recuperando algo de su fuerza, se levantó con esfuerzo. "Si tocas a Peter... te aseguro que te haré pagar."

Malek lo observó con una mezcla de desprecio y curiosidad. "Ah, el amor joven. Tan noble, tan trágico. Pero no te preocupes, Perséfone. Todos tendrán un papel que jugar en esta historia."

Con un gesto, Malek ordenó a los guardias que llevaran a Quetzal y Giovanni a sus respectivas celdas. Las celdas eran individuales, pequeñas y calientes, con paredes de acero reforzado. Estaban diseñadas para quebrar la voluntad de cualquier prisionero, privándolos de cualquier tipo de comodidad o contacto humano.

Quetzal, solo en su celda, se dejó caer en el suelo, su mente aún aferrándose a la imagen de Peter. Sabía que no podía rendirse. A pesar de la oscuridad y el miedo, debía mantenerse fuerte. Porque si algo había aprendido en su tiempo en el Harem, era que la esperanza y la determinación podían ser las armas más poderosas.

Mientras tanto, Giovanni, en su propia celda, comenzó a planear su próximo movimiento. Sabía que la única manera de sobrevivir y rescatar a Peter era mantenerse un paso adelante, observando, esperando, y atacando en el momento oportuno. Juntos, él y sus hermanos habían escapado antes, y estaba decidido a que lo harían de nuevo.

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Ya habían pasado un par de días desde que capturaron a Peter. El equipo de experimentación había dejado a descansar a Peter una vez más; estaba muy débil y los efectos de los experimentos comenzaban a notarse en su físico demacrado. Durante su descanso, aquella mujer había vuelto a visitarlo. Le trajo de nuevo alivio y consuelo. Sus palabras, aunque dulces, tenían un trasfondo inquietante que Peter no alcanzaba a descifrar.