La historia de los hilos rojos rotos es una que me ha fascinado desde siempre. Imagínar, que desde el principio de los tiempos, cada alma tiene un hilo rojo que la conecta con otra. Estos hilos invisibles son los que guían a las almas a encontrarse una y otra vez a lo largo de sus múltiples vidas, con el propósito de unir sus esencias y convertirse en una sola entidad luminosa y completa.
La primera alma, en su primera vida, no sabía nada de estos hilos. Vivía su existencia explorando, aprendiendo, y simplemente siendo. Pero con el tiempo, comenzó a sentir una atracción inexplicable hacia otra alma. Esta atracción no era física ni siquiera emocional, sino algo más profundo, una especie de resonancia en su ser. Sin saberlo, estaba respondiendo al tirón de su hilo rojo.
Con cada vida sucesiva, estas almas seguían encontrándose, siempre sintiéndose inexplicablemente atraídas la una a la otra. Sin embargo, los hilos rojos no eran irrompibles. Se podían romper por decisiones erróneas, por miedos y por la incapacidad de reconocer la conexión verdadera. Cuando esto ocurría, el dolor era profundo y el hilo se deshilachaba, dejando a las almas en una búsqueda eterna y solitaria, tratando de reparar lo irremediable.
Pero, cuando las almas lograban superar estos desafíos y se unían verdaderamente, sus hilos se fusionaban, creando una conexión irrompible. Esta unión no solo les daba una sensación de completitud, sino que también iluminaba sus existencias con una comprensión y un amor que trascendían el tiempo y el espacio. Estas almas, una vez unidas, ya no necesitaban buscar más. Habían encontrado su hogar en el otro, y sus hilos rojos se convertían en una luz eterna.
Así, cada vida, cada encuentro y cada separación eran parte de un viaje más grande, uno que todas las almas debían emprender para finalmente encontrar su otra mitad y convertirse en una sola alma completa y luminosa.
Aquella noche en la que le conté a Noemí sobre los hilos dorados y rojos. Nos encontrábamos sentados junto al fuego, mientras las llamas danzaban en sus ojos, dándole un brillo místico.
── En nuestro mundo,──comencé, ──existen dos tipos de hilos que conectan las almas. Los humanos tienen el hilo rojo, una conexión que une a las almas gemelas. Pero los cambiaformas, los lobos, tienen un hilo dorado, un lazo igualmente poderoso, pero diferente en su naturaleza y en su forma de unirse a otra alma.
Noemí me miraba con curiosidad y cierta incredulidad, así que continué. ── El hilo dorado que llevan los lobos en sus muñecas no solo los une a su pareja destinada de una manera especial, sino que también refleja su esencia salvaje y espiritual brillando con la luz del sol, simbolizando fuerza y conexión con la naturaleza.
Hice una pausa, tomando un sorbo de té antes de sumergirme en la historia que conocía desde hacía mucho tiempo. ── Hace muchos años, hubo un hombre que se enamoró perdidamente de una mujer lobo. Su amor era tan intenso y verdadero que decidió mover cielo y tierra para estar con ella. Usando todas sus influencias, trabajó incansablemente para que la sociedad aceptara a los cambiaformas, o al menos los respetara. Sus esfuerzos no fueron en vano, y poco a poco, los lobos comenzaron a ser vistos con más tolerancia.── Nakamoto escuchaba atentamente, sus ojos llenos de emoción y tristeza anticipada. ── Sin embargo,── proseguí, ── había un obstáculo que no pudo superar. Los lobos tienen un ritual ancestral que los une con su pareja destinada, un ritual que no puede ser roto ni cambiado. La mujer lobo que él amaba fue unida a otro hombre de su especie durante este ritual, su hilo dorado se entrelazó con el de otro lobo.
Sentí un nudo en la garganta al relatar el final de la historia. ── El hombre humano, al ver a la mujer unida a otro, desapareció. Nadie supo jamás a dónde fue. Algunos dicen que su corazón roto lo llevó a lugares lejanos, otros creen que se dejó consumir por su dolor. Lo cierto es que el amor entre un humano y un lobo, representado por los hilos rojo y dorado, era una unión que el destino no podía permitir.
Las lágrimas brillaban en los ojos de Noemí, reflejando la tristeza de aquella trágica historia.
── Así, querida Noemí,──concluí, ── la mezcla de los hilos dorados y rojos nos recuerda que aunque el amor puede ser profundo y verdadero, a veces las fuerzas que nos rodean son más poderosas, y debemos encontrar la paz en nuestras propias almas y destinos.
Esa noche, le conté como funcionaba mi capacidad de ver vidas pasadas y las uniones entre almas gemelas, que ya fueran conectadas por hilos rojos o dorados. Pero una historia actual en particular ilustraba perfectamente estas complicaciones.
── Déjame contarte sobre Koga, el alfa de la manada ──empecé, viendo cómo la luz del fuego danzaba en sus ojos curiosos. ── Koga es un líder fuerte y respetado, alguien en quien todos los lobos confían para guiarlos. Pero tiene un dilema que pocos conocen.── Tomé un respiro profundo antes de continuar.── Koga está enamorado de una humana cuyo destino parece estar atado a un hombre humano a través del hilo rojo. Sin embargo, esta mujer no siente amor por el hombre con quien está conectada. De hecho, rechaza vehementemente esa conexión y desea romper el hilo rojo que la une a él.
La confusión en el rostro de Noemí era palpable, así que seguí explicando. ── Es posible romper un hilo rojo, aunque es extremadamente difícil y doloroso. Ella está dispuesta a hacerlo porque siente un amor profundo y verdadero por Koga, a pesar de que las tradiciones y el destino parezcan estar en contra de ellos.
Noemí se inclinó hacia adelante, su interés evidente.
── Entonces, ¿qué hace Koga?── preguntó con voz suave.
── Es una situación complicada,── respondí.── Koga, siendo un buen alfa, sabe que su deber es ante su manada, pero su corazón late por esa humana. Sabe que unir su hilo dorado con el de ella podría traer consecuencias impredecibles. Sin embargo, en secreto, ambos buscan una forma de hacer posible su unión sin dañar a aquellos a su alrededor.
La atmósfera se volvió más intensa mientras relataba el clímax de la historia.
── Están determinados a estar juntos. Si logran romper el hilo rojo y realizar un ritual especial para unir sus almas, podría ser una nueva esperanza para ambos. Pero también es un riesgo enorme. La sociedad de los lobos y la de los humanos no siempre comprende ni acepta estas uniones mixtas.
Hice una pausa para dejar que Noemí asimilara la historia.
── Pero no es lo correcto,── interrumpió una voz suave pero firme detrás de nosotros. Nos giramos, sorprendidos, y vimos a Hitomi. Sin que la hubiéramos notado, se había acercado a la fogata y ahora se sentaba cerca de nosotros. Hitomi era conocida por su capacidad para ver el futuro, un don que la hacía tanto venerada como temida.
La miré con curiosidad. ──Hitomi, ¿qué quieres decir?── pregunté.
Hitomi suspiró, su mirada fija en las llamas danzantes del fuego.
── He visto muchos futuros posibles, Nicholas. Y aunque el amor entre Koga y esa humana es fuerte, las consecuencias de seguir ese camino pueden ser devastadoras.Noemí, fascinada y un poco asustada, observaba atentamente. ── ¿Qué sabes, Hitomi? ──preguntó con voz temblorosa.
── Es un secreto Nakamoto Noemí ──Sonrio divertida a ver las caras de sorpresa de nosotros dos.── Creo que este es el futuro posible número siete o ocho, pero cuéntame ¿te gusto el tulipán que te regalo Jeno?
ESTÁS LEYENDO
AFTER LIKE 〢 LIU YANG YANG
Fanfiction𝐀𝐅𝐓𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐊𝐄 (después de gustar): Uno pensaría que poder ver el hilo rojo del destino facilitaría la búsqueda de su alma gemela. Pero para Noemi, los romances que florecen a su alrededor solo enfatizan el estado de su propio hilo: alguien esp...