Una chica conoce a siete famosos que se convertirán como en sus demonios y la corromperán, hasta convertirla en lo que nunca imagino...
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Fecha de publicación: 31/5/2024
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TN
El calor en la sala es sofocante, cada movimiento intensifica la sensación de ardor en mi piel. La música retumba a mí alrededor, cada nota parece sincronizarse con los latidos de mi corazón que se acelera con cada acercamiento con el rostro de Jungkook. Estoy pegada contra él, mientras nuestros cuerpos se mueven al unísono como si fuéramos uno solo y a la vez una pareja que se encarga de tocarse por todas partes al bailar. Siento sus manos recorriendo mi espalda, su risa suave cerca de mi oído y eso me provoca un escalofrío de placer.
—¿Puedo decirte algo? —pregunta él con su característica timidez.
Me giro dándole la espalda, mientras muevo mis caderas y dejo que mi trasero se presione contra su entrepierna haciendo que se tense y siga mis movimientos con mayor excitación.
—No quiero soltarte en toda la noche —avisa en voz baja cerca de mí oído.
—Entonces no lo hagas, no me sueltes —digo divertida enseguida sintiendo que sus manos se posan en mi cintura con timidez, pero con mucho deseo de tocarme más.
En ese momento me giro hacia él y mis movimientos se vuelven más sensuales, más provocativos. Me dejo llevar por el ritmo, mis caderas se balancean con una fluidez que capta la atención de todos los presentes... Las miradas de los siete hombres que están presente se clavan en mí, me recorren con deseo, pero continúo enfocándome en Jungkook que baila siguiendo mi ritmo. La forma en que se mueve, la forma en que me mira, todo en él eleva mi temperatura.
De repente, siento unas manos en mi cintura, fuertes, firmes y me encuentro con la oscura mirada de Hobi. Me pega contra él con una fuerza que me toma por sorpresa. Pero en lugar de asustarme, me hace reír debido a que me dedica una dulce sonrisa y luego hace un puchero.
—También quiero bailar —avisa en un tono dulcemente infantil.
—Está conmigo —protesta Jungkook que se calla y se ruboriza mucho cuando lo miro—. P-Pero si quieres bailar c-con él no tengo problema...
«Es tan tierno».
Me quedo parada en medio de ambos y alterno mi mirada entre ellos sin poder decidir.
—En realidad quiero bailar con los dos —aclaro en voz baja sintiendo que el fuego de la vergüenza casi me incinera la cara.
Jungkook, esboza una dulce sonrisa y asiente.
—Por mí no hay problema compartir —susurra Hobi cerca de mi oído.
Sin más vuelvo a moverme entre Jungkook y Hobi. Cada uno se mueve a su propio ritmo, verlos moverse es demasiado placentero y estremezco cuando siento el roce de sus manos, sus respiraciones agitadas que chocan contra mi piel ardiente y sentir la manera en que sus miradas recorren todo mi cuerpo como si fuera algo comestible que se les apetece devorar. Ambos logran sincronizase conmigo, pues son unos expertos en bailar y pronto me encuentro atrapada entre ambos, sin escape; pues Hobi se coloca a mis espaldas y Jungkook se posa delante pareciendo permitirse sentir cada uno de mis movimientos.
