Maldición y bendición a la vez [Azutara y Zukka]

17~Una Cita Real

Si alguno de los maestros fuego adolescentes se tomara un segundo para retroceder y mirar esta situación, probablemente se reirían. Vinieron aquí para que el Avatar eliminara la maldición familiar y ahora estaban a punto de tener citas con el Príncipe y la Princesa de la Tribu Agua del Sur.

Cómo cambiaron los tiempos.

Ninguno de los dos tenía ropa realmente elegante ni maquillaje estupendo, pero hicieron lo mejor que pudieron. Algunos de los sirvientes mayores llevaban maquillaje, por lo que les pedían cosas prestadas. Una vez hecho todo, no se veían horribles, pero ambos estaban seguros de que Katara y Sokka se verían mejor.

Fue un desafío llegar a su casa. No podían dejar que Yuto ni nadie los viera porque entonces les preguntarían por qué estaban tan vestidos y los dos querían mantener en secreto todo el asunto de 'salir con el príncipe y la princesa'.

Cuando Zuko llamó a la puerta, esperando que Katara y Sokka pudieran escapar, fueron recibidos por un hombre grande.

"Jefe Hakoda." Susurró Azula, haciendo una reverencia. Zuko rápidamente la copió.

"Entra." Su voz podría haber intentado sonar agradable, pero se sintió como una orden.

"Por supuesto, Jefe Hakoda." Dijeron los dos en perfecta sincronía.

Cuando entraron a la casa, vieron a tres mujeres sentadas en una mesa. Una era la esposa de Hakoda: la jefa Kya. Los otros dos los hermanos no los habían visto antes. Eran mujeres mayores con cabello blanco y arrugas, por lo que las dos asumieron que eran mayores o algo así.

"Creo que sabes por qué quiero hablar con ustedes dos". Dijo Hakoda, poniendo una mano en el hombro de Zuko.

Zuko podía sentir su corazón latiendo con fuerza. Se necesitó cada gramo de fuerza de voluntad para no transformarse allí mismo y salir volando, "N-Nosotros no, Jefe Hakoda".

"Vas a llevar a nuestros hijos a una cita". Kya dijo: "Nos contaron todo al respecto".

"¿Todo al respecto?" Preguntó Azula, apretando su mano.

"Sí. Cómo ustedes dos los salvaron de los lobos y luego hablaron después de despertarse y decidieron tener una cita. Creo que es muy dulce”. dijo Kya.

"Realmente es. Les debemos a ustedes, niños, una deuda mayor de la que jamás podremos pagar, pero no crean que eso significa que podrán actuar como quieran en la cita. Advirtió Hakoda, asustando a los dos una vez más, "Yuto definitivamente será informado si Katara y Sokka regresan a casa y nos cuentan algunas cosas". Eso realmente no ayudó.

"Hakoda, cálmate." Una de las mujeres se rió entre dientes: "Las estás asustando".

"No. No, estamos bien. Es-"

"Relajarse." La mujer volvió a decir: "Hakoda sólo intenta asustarte, pero es todo ladrido y no muerde". La otra mujer mayor, que no había hablado, se rió.

“Gracias por la confianza, mamá”. Hakoda murmuró ligeramente, mayoritariamente riendo, alejándose de Zuko y Azula y hacia su madre y su madre.

"Sabes que tiene razón, Koda". Kya estuvo de acuerdo: “Niños, realmente estamos agradecidos por lo que hicieron para ayudar a nuestros hijos. No podemos pagar esa deuda. Esperamos que ustedes cuatro se diviertan esta noche”.

"Gracias."

"Eso significa que puedes respirar de nuevo". Dijo la mujer mayor.

“Kanna-“ susurró la segunda mujer mayor.

"Vamos. Están aterrorizados. No he visto a alguien tan asustado desde que Hakoda intentó invitar a salir a Kya cuando eran adolescentes”.

"No estaba tan asustado". Hakoda objetó.