LA PESADILLA DEL ESPEJO

CAPITULO 2

SE QUE ESTE CAPITULO ES UN POCO CORTA, PERO EL PROXIMO CAPITULO INTENTARE HACERLO MAS LARGO.

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Claudia y sus amigos decidieron regresar al día siguiente, armados con linternas y valor renovado. Se reunieron frente al baño del tercer piso al atardecer, cuando el instituto estaba casi vacío. Cada paso que daban resonaba en el silencioso pasillo, amplificando sus nervios.

Al entrar en el baño, Claudia se dirigió directamente al espejo, sintiendo el peso de las miradas de sus amigos detrás de ella. Las luces parpadearon, y una sensación de frío recorrió el ambiente. Esta vez, estaban preparados para enfrentarlo.

"¿Cómo rompemos la maldición?" preguntó Claudia en voz alta, mirando fijamente a los rostros de los estudiantes desaparecidos reflejados en el espejo.

Una voz respondió desde el espejo, más clara que nunca: "Debes encontrar lo que nos mantiene aquí. Busca en el lugar donde desaparecimos."

Claudia y sus amigos sabían que tenían que investigar más a fondo el baño. Se dividieron y comenzaron a buscar en cada rincón, cada baldosa suelta y cada grieta en las paredes. Finalmente, detrás de un panel suelto, encontraron una antigua caja de madera. La abrieron con cautela, revelando viejos objetos personales: cuadernos, fotos y una pequeña llave oxidada.

"Esto debe ser lo que estamos buscando", dijo uno de los amigos de Claudia. "Pero, ¿para qué es la llave?"

La voz en el espejo respondió: "La llave abre el armario donde fuimos encerrados."

Con la nueva información, Claudia y sus amigos se dirigieron al antiguo armario de limpieza al final del pasillo. Insertaron la llave en la cerradura oxidada y, con un crujido, la puerta se abrió revelando un pequeño espacio vacío. En el fondo, había inscripciones en las paredes, mensajes de desesperación escritos por los estudiantes desaparecidos.

De repente, el aire se volvió más frío y una figura espectral apareció frente a ellos. Era uno de los estudiantes desaparecidos.

"Gracias por encontrar esto", dijo la figura con una voz suave y llena de alivio. "Ahora, necesitamos tu ayuda para liberar nuestras almas."

Claudia, con el corazón acelerado, preguntó: "¿Cómo podemos hacerlo?"

"La maldición solo se romperá si nuestros restos son llevados al lugar donde deberíamos haber estado seguros, en el cementerio del instituto. Solo entonces podremos descansar en paz."

La historia aún no ha terminado. Claudia y sus amigos tienen una misión más peligrosa por delante: encontrar los restos de los estudiantes desaparecidos y llevarlos al cementerio del instituto. El tiempo se agota, y deben actuar rápidamente para liberar a los espíritus atrapados y evitar que otros sufran el mismo destino.

CONTINUARA...