Capítulo 15.2

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JaeMin despertó en un oscuro lugar, de pie y amordazado. Su corazón se llenó de pánico al sentirse inmóvil y ciego. Cuando intentó hablar, un trapo cubría su boca.

Ciego, inmóvil y mudo. Así se encontraba Na JaeMin ante sus depredadores.

Su torso descubierto y sudado le daba una sensación helada, pues a pesar de sudar sentía frío, el dulce frío de la muerte que rondaba en aquel lugar. Pronto, la muerte entró a esa habitación con un horrible chillido proveniente de alguna esquina.

–Nana, ¿estás despierto?– La dulce y tranquila voz de Lee lo hizo temblar, temía responder y descubrir el final por su imprudencia.– Uhm, si lo estás, no deberías mentirle a tu Hyung, JaeMin.– Pudo sentirlo y escucharlo, sus pasos tan relajados como si no estuviera apunto de cometer algún acto atroz, su voz tan serena que le aterraba la idea de pensar que el hombre pegado a su oído quien le susurraba aquello no era el Mark qué alguna vez le sonrió y le llamó amigo, ese no era Mark, no era su Mark.

Después de aquello, nuevos pasos se hicieron presentes. Estos eran rudos y sin calma en comparación con los de Mark. Ahí lo supe. Era Yuta, venía por mí.

Sin musitar palabra alguna, pronto un fuerte golpe fue dado en mi diafragma, robándome el poco aire que había en mis pulmones.

–Hyung, no seas tan agresivo, recuerda que Nana es nuestro menor.– "Cállate, Cállate" aquellas palabras se repetían en la cabeza del peliblanco quien lloraba silenciosamente.– Pronto, haremos una intervención, Hyung. JaeMin debe pagar sus pecados y sé que lo hará, ¿no es así, JaeMin?– La voz tranquila y serena se transformó en una gélida y amenazante, aquel tono tan hostil le robó el aliento a Na.

Palabras llenas de un trasfondo malicioso son disfrazadas por tonos dulces y palabras cariñosas. Mark, me recuerdas tanto a Jeno y eso me hace sentir nostálgico, no lo sabes, pero tus palabras solo alimentarán mis pulmones en el momento de mi lecho, pues si ver a mi amor significaba escucharlo salir de tu boca, que así sea, pues tú nunca serás Jeno y yo nunca seré DongHyuck.

Pronto, el peliblanco recuperó la vista. Frente a él, Mark y Yuta lo miraban como si de un delicioso filete se tratara, un delicioso filete lleno de mioglobina, aquel líquido que diferencia a un buen filete y lo hace apetecible a sus próximos comensales.

No pudo reaccionar hasta que el primer golpe fue dado en su estómago con un bate. Al dirigir su vista, pudo presenciar a Yuta, quien le sonreía con malicia antes de volver a golpearlo, una y otra, y otra vez.

–Esto es para que no vuelvas a querer hacerme algo, jodido mocoso de mierda.– Una fina capa de sudor cubrió la frente del japonés, quien sonreía con diversión. Ah, pequeño Yuta, no solo perdiste a tu amor, a tus amigos y casi familia, también te estás perdiendo a ti mismo.

JaeMin no se quejaba, solo podía llorar silenciosamente, pues ahora sollozar era doloroso. Pudo sentir cómo algo se rompió dentro de él, no sabe si fueron unas cuantas costillas o si fue su corazón, pero algo estaba roto y dolía como el infierno.

Los golpes por parte del japonés pasaron por su rostro, la suela de sus botas quedó marcada en su espalda mientras de su nariz y labios aquel líquido vital le daba color a su pálido rostro. Yuta, ¿estabas vengando mi error o solo liberaste a la bestia que ocultabas dentro de ti? Afortunadamente, todo volvió a ser oscuro. Gracias, Hyung, me ayudaste a dormir de nuevo.

Al despertar, un sonriente Mark lo recibía. Ahora se encontraba sujeto a una incómoda silla, con los tobillos fuertemente aprisionados contra las patas de la silla mientras la áspera cuerda lastimaba sus delgadas muñecas, creando un creciente escozor y picazón al combinarse sus pequeñas heridas con el sudor y la sangre que mojaban sus brazos.

ㅤㅤㅤⁿᵉᵒ.     :     ( playground ) ㅤ survival   ༐   🆘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora