CAPÍTULO 75 Acalorado juego de golf

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Travis por fin estaba llegando a casa, luego unos días separado de su familia, sentía la enorme necesidad de volver con ellos, era increíble el modo en que experimentó con tan solo tres días el estrés de pensar todo el tiempo si sus hijos y su esposa estarían bien, a pesar del disgusto que todavía siente con el hermano de Taylor, agradecía que se quedase de visita porque así estaría pendiente de ellos, como buen hombre protector, su principal preocupación era el bienestar y la seguridad de su familia.

Él no se había llevado su auto, así que un transporte del equipo lo llevó a su residencia, agradeció a las personas que lo trajeron, bajó del auto con sus cosas y salió emocionado para abrir la puerta, no quiso avisarles que llegaría, caer de sorpresa en casa podría ser una idea genial que sus hijos se llevarían, tecleó un código de seguridad y entró a su hogar, todo se veía de manera normal, la verdad, es que si esperaba encontrar una locura, él sabe perfectamente lo caóticos que pueden ser sus hijos.

—¿Tay?, ¿Niños? — entró, dejando su maleta en el suelo para observar por todas partes, al parecer, en la planta baja no estaban, volvió a tomar su mochila y subió las escaleras, para ir directo a su habitación.


Dentro, la tierna escena se mostraba, una Taylor exhausta, estaba acostada a la mitad de su cama, abrazada de una almohada, no cabía duda que era la hora de la siesta, Charles estaba pegado a la espalda de su mamá, cómodamente acurrucado, Evie dormía como una estrella de mar, toda estirada, del otro lado de Swift, los tres estaban durmiendo plácidamente con el aire fresco que entraba por el enorme ventanal de la pieza, en total silencio, dio pasos lentos para no hacer ruido, dejando la maleta en el armario, se quitó los tenis y con toda la calma para no despertarlos, se acostó también con ellos, al lado de su hija, por suerte nadie sintió nada, así que pudo hacerlo sin problema, quedándose dormido, estaba cansado.


Austin se asomó al oír a los perros ladrar, ellos sabían que Travis estaba en casa, no podían subir a la segunda planta, pero al menos ellos eran una buena alarma que anuncia visitas, salió del cuarto de huéspedes para asegurarse de que todo se encontraba en orden, se asomó a la habitación de su hermana y esposo, mirando como es que Kelce ya estaba ahí, por fin en casa, le debía unas disculpas por haber pensado un montón de tonterías a partir de que lo vio, su mente ya estaba más clara y fría, observó mucho como es que sus sobrinos han mostrado estar en una zona segura en casa, si algo malo pasaba, ellos serían los primeros en dar a conocer que las cosas estaban duras, pero se veían normales, esperaba que no lo odiara, darle unas disculpas merecidas le daría mucha vergüenza, pero era necesario, se regresó a su pieza, para dejarlos descansar, seguro que ansiaban tiempo como familia y ellos dos, a solas.


Veinte minutos después, Evie estaba abriendo los ojos, como siempre, ella es la primera en despertar, volteó y miró que su mamá seguía ahí, eso siempre la hacía sentir segura, luego, vio al otro lado y para su sorpresa, papá ya estaba en casa.

—¡AH! — gritó. —¡Papi! — gateó hasta él, subiéndose en su cuerpo. —Papi— lo abrazó.

—Hola Evie— despertó, abrazándola. —¿Me extrañaste? — dijo riendo, mientras llenaba de besos la mejilla de su bebé.

—Papi— lo apretaba.

Taylor y Charles se despertaron ante los gritos de la rubiecita.

—¡Papi! — Charles gateó igual hasta él, subiéndose en su abdomen y llegando hasta su cara para abrazarlo, frotaba su mejilla contra él.

—Hola Charlie— lo llenó de besos también.

Swift sonreía al ver como sus hijos se mostraban contentos por ver a su padre, lo extrañaron mucho, al igual que ella, era tan tierno ver como esos enormes brazos cubrían perfectamente en un abrazo a los mellizos, Austin podría pensar lo que sea de Travis, pero de lo que nunca refutaría es que es un buen padre, sin pensarlo, se les unió en el abrazo.

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora