Cap.18

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Louis salió de la ducha con el vapor aún envolviendo su cuerpo, cuando las primeras contracciones comenzaron a sacudirlo. Frunció el ceño, sintiendo cómo su cuerpo se tensaba con cada ola de dolor. Mientras se apresuraba a vestirse, llamó a su pareja.

—¡Harry! ¡Necesito tu ayuda!—, gritó, su voz temblorosa por la incomodidad.

En la habitación contigua, Harry estaba jugando con su hijo, Henry, cuando escuchó la llamada de Louis. Sus ojos se abrieron de par en par al escuchar la urgencia en la voz de su pareja.

—¡Voy enseguida!—, respondió, dejando a Henry en su cuna y corriendo hacia el baño.

Louis luchaba por mantener la compostura mientras el dolor se intensificaba. Se aferró al lavamanos, tratando de controlar su respiración mientras esperaba la llegada de Harry. Cada segundo se sentía como una eternidad mientras las contracciones continuaban golpeándolo.
Finalmente, la puerta se abrió y Harry entró apresuradamente, con el ceño fruncido por la preocupación.

—¿Estás bien? ¿Qué está pasando?— preguntó, acercándose a Louis con una mezcla de ansiedad y determinación en su mirada.

Louis asintió con la cabeza, agarrando la mano de Harry con fuerza mientras otra contracción lo atravesaba. —Creo que es hora—, murmuró, su voz temblorosa pero llena de determinación.

Louis se tambaleó ligeramente mientras Harry lo conducía hacia la cama, su rostro contorsionado por el dolor de las contracciones. Con cuidado, Harry lo ayudó a recostarse, colocando almohadas detrás de su espalda para mayor comodidad.

—Respira, cariño, respira—, murmuró Harry suavemente, acariciando el cabello de Louis con ternura mientras él luchaba contra el dolor.

Louis asintió débilmente, sus ojos cerrados mientras se concentraba en seguir las instrucciones de su pareja.

Una vez que Louis estuvo más cómodo, Harry se puso de pie con determinación. —Necesitamos ayuda—,dijo en voz alta, dirigiéndose hacia la puerta.

—¡Alguien, por favor, vaya a buscar al médico real de inmediato!—, llamó a las personas que trabajaban en el castillo, su voz resonando con autoridad y urgencia.

Los sirvientes, sorprendidos por la repentina emergencia, asintieron rápidamente y se apresuraron a cumplir con la orden de Harry. Mientras tanto, Harry regresó junto a Louis, tomando su mano con firmeza mientras esperaban la llegada del médico real, preparados para enfrentar juntos lo que sea que estuviera por venir.

Mientras esperaban la llegada del médico, Harry permaneció al lado de Louis, brindándole apoyo emocional y físico. Louis se aferraba a la mano de Harry con fuerza, sus ojos cerrados mientras luchaba contra el dolor de las contracciones.
El médico real examinó a Louis con cuidado, ofreciendo palabras de aliento y tranquilidad mientras evaluaba su progreso. Harry permanecía  junto a Louis, sosteniendo su mano con fuerza y mirándolo con amor y determinación.

A medida que el parto avanzaba, las contracciones se volvían más intensas, pero Louis encontraba consuelo en el apoyo constante de Harry. Cada vez que el dolor amenazaba abrumarlo, Harry estaba allí, con palabras suaves y gestos reconfortantes que lo ayudaban a mantenerse enfocado en el momento presente.
Finalmente, después de horas de esfuerzo y paciencia, el llanto de un bebé llenó la habitación.

Louis y Harry intercambiaron miradas de pura felicidad y alivio mientras el médico presentaba al recién nacido en brazos de su padre.

Las lágrimas de emoción inundaron los ojos de Louis mientras sostenía a su hijo por primera vez. Harry colocó una mano en el hombro de Louis, su rostro radiante con una sonrisa que iluminaba toda la habitación.

The song of the moonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora