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El último día del celo de Louis llegó, así también se fue y pasaron tres días.

Tres días en los que su rutina cada vez era más familiar, aunque mantenían más cercanía, ambos tenían un límite. Louis por temor a no hacer bien cualquier cosa como tener más acercamiento o besarlo. Harry mantenía su distancia al no querer que su cortejo pareciera ser solo para poder tener a Louis físicamente. Pero eso no los había envuelto en una sensación incomoda, habían conocido más formas de reaccionar o de solucionar las cosas. La cabaña se estaba llenando de ramos que Harry compraba cada que iba al pueblo o pequeñas piedras con figuras lindas. Justo ahora venía llegando a la cabaña con un ramo de flores. Sonrió al escuchar la música de su teléfono dentro.

Amaba que Louis ahora ponía música todo el tiempo, claro que debía bajar al pueblo y ponerlo a cargar en el hostal, pero podía hacer eso toda su vida si era para que su Omega estuviera feliz.

"Alfa". Louis dejó un pequeño trapo mojado con el que estaba limpiando unos estantes y se acercó.

Rió al escuchar una de sus canciones favoritas, cantó un poco. "¿Qué será de los ojos que no tienen a quien mirar?". Tomó la mano de Harry. "Ya casi aprendo totalmente la letra".

"Me encantará escucharte". Harry tomó su cintura y siguió con la canción. "¿Qué será? ¿Qué será? ¿Qué será? No lo sé, te tengo a ti, y la verdad no tengo idea de como aguante tantos años sin conocerte. Fueron días, mil semanas, tantos años, ¿dónde estabas? Ya perdí la cuenta".

Le dio una vuelta y se inclinó. "Pero por favor, nunca te vayas. Ay mi amor, por fin te encontré". Fue acercando su rostro al oído de Louis, cantando en una voz suave. "Por fin volé, y me llevaste a la luna a platicar".

Louis cantó dándole una vuelta a Harry, a pesar de que era ligeramente difícil.

"Te traje esto, Amor".

Louis las tomó nervioso. "Aún es nuevo que me llames así, me gusta y me gusta este ramo. Gracias Alfa". Se puso de puntitas y besó su mejilla.

"Para mí, aún es nuevo tener tus besos y que me llames Alfa. Es algo electrizante".

Con una risa bajita, Louis preguntó. "¿Electrizante?"

"Sí, tus labios hacen que mi piel la recorra una sensación... electrizante". Rió y lo abrazó. "Es la única forma en que puedo describirlo".

"Me gusta".

"¿Ya llegó Harry, Lou?"

"Sí. Trajó florecitas". Suspiró. "Y tienen un aroma muy hermoso".

"Se verán maravillosas en la mesa, ¿no Lou?"

"Oh sí". Acarició la mano de Harry. "Voy a ponerlas en un florero y las pondré en la mesa".

"Sí Corazón". Con una sonrisa se acercó a la silla de Rafael. "Hay que comer".

"Ustedes dos hacen un gran equipo, Harry".

"Trató de ser lo mejor, y Lou tiene un gran ejemplo".

"Sus padres tendrían todo su amor y confianza en ti, Harry".

"Siempre sentiré que hubiera sido hermoso poder conocerlos, pero Lou dice que ellos están el las nubes y en los árboles".

"Sí, es una forma de sentirlos cerca. Su amor y su protección". Al sentir que llegaron, pasó con cuidado su mano por la mesa.

Sonrió al sentir el florero que Louis había puesto.

"Harry y yo preparamos esto, espero que te guste, abuelo". Dejó el plato delante de sus manos.

"Realmente tiene el toque de Lou, así que será perfecto". Harry puso los dos platos y le ayudó con la silla.

"Soy como un libro de recetas, tengo muchas ideas".

"Y todo tiene un sabor maravilloso". Harry se sentó a su lado, tomó su mano y le dio un beso. "Gracias por la comida, Lou. Espero que la disfruten".

"Igualmente". Rafael sonrió en la dirección de Louis y Harry.

"La casa se ve hermosa con las flores que Harry trae, abuelo".

"Estoy seguro que así es. Incluso ahora puedo sentir el aroma de las flores que están delante. ¿De qué color son?"

Con amor, Louis las describió. "Son de tonos pasteles, un rosa que podría ser blanco, un rosa delicado, un amarillo muy suave y lindo".

"Los colores que te gustan. Creo que Harry de verdad te conoce muy bien".

"Me da mucha atención cuando le cuento algo". Suavemente se acercó para besar su mejilla. Era tan nuevo hacer eso, pero era hermoso y cómodo.

Harry sonrió y acarició su orejita. "Me gusta conocerlo, cada pequeño detalle o ilusión que quiera cumplir".

"¿Alguna vez les gustaría irse de aquí?"

"No lo sé, pero podríamos viajar los tres. Me encantaría poder viajar con ustedes".

"Sería difícil en mi estado, Harry. Pero es muy agradable pensar en eso".

"Hay muchas maneras en las que podemos llevarte, Rafael. No te preocupes por eso, ¿cierto, Lou?"

Con una tierna confusión, Louis asintió. "Yo... creo que sí. Podrías hacer más que yo, yo no puedo sacar tan fácil a mi abuelo. Aún menos querer ir por estos caminos tan empinados y con piedras".

Harry miró a los dos. "¿Y qué tal si salimos hoy?"

"¿Salir?". Rafael preguntó sorprendido.

"Lou tiene razón, es peligroso que ustedes dos vayan solos. Si vamos los tres, será mejor".

"¿De verdad harías eso, Harry?". Louis rápidamente tomó su mano, demostrando la ilusión en su mirada.

"Claro, Lou. Creo que sería lindo". Hizo un pequeño gesto gracioso. "He sido tan tonto, esto podríamos haberlo hecho desde hace mucho".

"No eres tonto, Harry". Le dio un pequeño toquecito con su cabeza en su hombro. "¿Qué dices, abuelo? Sería mágico poder salir nuevamente".

"Pero...". Un tanto desanimado explicó. "¿Para qué molestarlos? Ya no veo bien, solo veré luz... como si todo fuera una espesa neblina iluminada".

"Abuelo". Suspiró cariñoso. "A ti te encantaba sentir la luz del sol, te gustaba tomar aire... todo lo demás sirve, no solo tus ojos miraban el paisaje. Cada parte de ti lo hacía".

Rafael asintió con una pequeña sonrisa.

"No tienes que preocuparte, Rafael". Harry dejó la cuchara con la que comía, y tomó su mano. "Esto será bueno para ti... y a Lou le hará muy feliz".

"Eso es verdad, abuelo".

"Bien... pero no hay que ir lejos. Solo estar un tiempo afuera será bueno. ¿Aún hay sol?"

"Hay mucho sol, abuelo". Se inclinó hacia Harry, para preguntarle. "¿Al terminar de comer?"

"Al terminar de comer será, Lou". Harry se inclinó, acercando su rostro, más de lo que habían estado antes.

Louis rió bajito mirando sus labios, pero se alejó cubriendo su rostro. Harry sonrió y besó su cabecita, siempre oliendo a ese aroma que lo enamoraba más. Los tres continuaron hablando, con cada cosa reían o daban su opinión y al terminar, el más apresurado fue Louis, dejando en orden la mesa.

Harry le ayudó a dejar los trastes limpios. Y al estar listos, salieron nuevamente.

Cabaña ♡𝐿𝒮♡ ~𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora