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Las semanas que siguieron al espectáculo de Jimin estuvieron llenas de emociones contradictorias para Jungkook. Aunque intentaba mantener su rutina habitual de trabajo y vida social, su mente volvía constantemente a aquella noche en el teatro y a los sentimientos que había comenzado a reconocer. La presencia de la chica misteriosa en la vida de Jimin solo añadía más incertidumbre.
Jungkook estaba sentado en su escritorio, editando las fotos del espectáculo de Jimin. La imagen de su amigo en pleno movimiento, con su expresión de pura pasión, lo hizo detenerse y suspirar. De repente, su teléfono vibró. Era un mensaje de Jimin.
-¿Estás en casa? Necesito hablar contigo. Voy para allá.-
Jungkook sintió un nudo en el estómago, pero respondió rápidamente.
-Sí, estoy aquí. Te espero.-
20 minutos después
Jimin llegó al apartamento de Jungkook con una bolsa de comida para llevar y una expresión seria en su rostro.
-Traje algo de cenar, pensé que podríamos hablar mejor con comida de por medio- dijo, tratando de sonar casual.
-Gracias, Jimin. Ven, siéntate- respondió Jungkook, tratando de ocultar su nerviosismo.
Ambos se sentaron en la mesa de la cocina y comenzaron a comer en silencio. Finalmente, Jimin rompió el hielo.
-¿Recuerdas a la chica del teatro, la que me dio las flores?- preguntó, sin levantar la vista de su plato.
Jungkook asintió, tratando de mantener la calma.
-Sí, claro. ¿Quién es ella?-
-Es solo una amiga de la academia. Se llama Minji. Ella... bueno, ella ha estado tratando de acercarse a mí de una manera más romántica- confesó Jimin, finalmente mirándolo a los ojos -Pero la verdad es que no estoy seguro de lo que siento por ella-
El corazón de Jungkook dio un vuelco.
-¿Y qué sientes por ella?- preguntó, tratando de sonar casual.
-Eso es lo complicado. Ella es dulce y todo, pero... siento que hay alguien más en mi vida que ocupa mi mente todo el tiempo. Alguien muy cercano y especial- dijo Jimin, su voz temblando ligeramente.
Jungkook sintió un rayo de esperanza y miedo al mismo tiempo -¿Alguien más?- repitió, su voz apenas un susurro.
Jimin asintió. -Sí. Alguien que me ha apoyado siempre, que me conoce mejor que nadie. Alguien que hace que mi corazón lata más rápido cada vez que lo veo- Se detuvo, tomando una respiración profunda -Jungkook, estoy hablando de ti-
El mundo de Jungkook pareció detenerse. Las palabras de Jimin resonaban en su mente como un eco interminable.
-¿De mí?- logró decir finalmente.
-Sí, Kookie. No sé cuándo empezó, pero me di cuenta de que mis sentimientos por ti son más fuertes que una simple amistad. Te amo, y eso me asusta, porque no quiero perder lo que tenemos- confesó Jimin, con los ojos llenos de sinceridad.
Jungkook sintió que su corazón se aceleraba. Todas las dudas y confusiones de las últimas semanas se disiparon en un instante.
-Jimin, yo... también te amo. He estado tratando de entender mis sentimientos desde aquella noche en el teatro. Pero ahora lo sé. No quiero seguir ignorándolo- respondió, acercándose más a Jimin.
La tensión en el aire era palpable. Ambos se miraron a los ojos, sintiendo que el tiempo se había detenido. Finalmente, Jimin rompió el silencio con una sonrisa temblorosa.
-Entonces, ¿qué hacemos ahora?-
Jungkook sonrió, sintiendo una oleada de alivio y felicidad - Creo que lo primero es dejar de complicarnos tanto y simplemente ser honestos el uno con el otro-
Después de confesar sus sentimientos, Jimin y Jungkook se sentaron en el sofá, hablando de todo y de nada. Las risas reemplazaron a la tensión, y la noche se llenó de anécdotas y recuerdos compartidos.
-¿Recuerdas cuando Hobi intentó enseñarnos a bailar hip hop y terminó cayéndose sobre Yoongi?- dijo Jimin, riendo.
-Sí, y Yoongi casi lo mata- respondió Jungkook, riendo también -Ese fue un día épico-
La noche continuó con una mezcla de risas y confesiones. Cada palabra, cada gesto, reforzaba el vínculo entre ellos, haciéndolo más fuerte y claro. Los celos y las dudas que habían atormentado a Jungkook desaparecieron, reemplazados por una certeza y una alegría que nunca había sentido antes.
Cuando el sol comenzó a salir, Jimin se había quedado dormido en el sofá, apoyado en el hombro de Jungkook. Jungkook miró a su amigo, ahora su amor, y sintió una paz profunda. Sabía que no sería fácil, que habría desafíos y momentos difíciles, pero también sabía que, con Jimin a su lado, todo valdría la pena.
Le dio un suave beso en la frente a Jimin y susurró -Te amo tanto, Jimin. Siempre estaré aquí para ti-
Y así, con el corazón lleno de amor y esperanza, Jungkook cerró los ojos, preparado para enfrentar el futuro junto a la persona que más amaba en el mundo.
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