Capítulo 6

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—Eres un tonto imposible Alfa, bájame. Esto es francamente embarazoso —murmuró Beomgyu.

En un momento, su fuente se rompió mientras se besaban en la puerta principal. Demonios, por el aspecto de las cosas, podrían haberlo llevado un poco más allá... hasta que el bebé decidió que era tiempo de interrumpir. Lo siguiente que Beomgyu supo, fue que Yeonjun le pidió que se quedara ahí. Un segundo después, Yeonjun tenía la mochila llena de lo que necesitaban y tomó a Beomgyu en sus brazos como si Beomgyu no pesara nada.

—Salgan del camino —gritó Yeonjun a sus vecinos de al lado, una joven pareja que se retiró apresuradamente cuando Yeonjun mostró sus colmillos. Entraron al ascensor. Con voz más suave, Yeonjun dijo: —¿Puedes presionar los números? No eres exactamente un peso ligero.

—Entonces bájame, idiota. —Beomgyu siseó.

¿Qué demonios? Debería haber esperado que algo así sucediera. Cuando Yeonjun sugirió por primera vez que practicaran los posibles escenarios cuando el bebé llegara, Beomgyu se rio. Le dijo a Yeonjun que esto no era un simulacro de incendio. Pero cuando el Alfa le dio uno de esos ‘no preguntes, solo obedece’ Beomgyu sabiamente se calló.

Además, Yeonjun se veía demasiado lindo cuando estaba nervioso.

Ahora el Alfa le estaba diciendo a Beomgyu lo que quería, o temía oír. Esa noche anterior no había sido un error o una cosa de una sola vez. Cuando Beomgyu mencionó a Soobin, Yeonjun tenía una respuesta preparada, como si esperara que Beomgyu sacara el armamento grande.

Maldito Soobin, te apareaste con un hombre condenadamente obstinado.

La imaginación de Beomgyu trabajó horas extras. Juró que vislumbra el fantasma del otro Omega de pie delante de ellos, no era un fantasma vengativo, pero sí uno sonriente.

—Ya que tu fuente se rompió es mejor que te lleve cargado.

Las puertas se abrieron. Una pareja de ancianos se apartó por el gruñido de Yeonjun.

—Buena suerte —les gritó la Sra. Han—. ¡Estoy emocionada de ver a su nuevo bebé!

Beomgyu le devolvió el saludo. —Gracias, Sra. Han.

—¿Qué jodidos fue eso? —Yeonjun preguntó.

Estaban fuera del departamento ahora y frente al auto de Yeonjun. El Alfa lo deslizó fácilmente en el asiento trasero.

Beomgyu puso los ojos en blanco. —Los Han. Viven abajo, ¿no lo sabías?

Cuando Yeonjun frunció el ceño, Beomgyu continuó: —A veces voy a su casa a almorzar. El Sr. Han me está enseñando a jugar al ajedrez y me encantan las galletas de la Sra. Han.

Yeonjun negó con la cabeza. —Realmente eres increíble, Beomgyu. Yo, por otro lado, no soy bueno con la gente.

Yeonjun abrió el asiento del conductor y subió. El loco Alfa ya había trazado el camino más rápido al hospital hacía eones. Beomgyu se agarró a los asientos cuando Yeonjun prendió el encendido.

Cuando Yeonjun maldijo a mitad de camino, Beomgyu asomó la cabeza desde su posición para escuchar una sirena de policía.

—Cálmate y hazte hacia un lado, —le dijo Beomgyu a Yeonjun.

—No tenemos tiempo para esta mierda —se quejó Yeonjun.

—Cariño, detente y habla con el policía. Explica la situación. Estoy seguro que no voy a dar a luz fácilmente sabiendo que estás atrapado en una celda de la cárcel.

Eso convenció a Yeonjun de detener el auto. Un breve dolor atravesó a Beomgyu, y bloqueó una gran parte de la conversación. Gimiendo, Beomgyu abrió los ojos para ver que las cosas no iban tan bien. Yeonjun parecía que estaba a punto de arrancarle garganta al oficial de policía.

❝el sustituto del alfa❞ yeongyu. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora