Slytherin boys - one shots - +18

𝐑𝐞𝐠𝐮𝐥𝐮𝐬 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 - 𝐌𝐢 𝐭𝐮𝐭𝐨𝐫 (𝐩𝐭𝟐)

A mí no me pongan esta canción por q lloro

Selena: aún no puedo creer que te besaste a Mattheo, ahora todas las chicas te odian.

Se burló

Leah: ¡por Merlín, El me besó a mí! Es un idiota, la próxima vez que lo vea le voy a arrancar la cabeza.

Pansy: que delicada

Lori parecía disociada con la realodad, apenas me dí cuánta de eso, pregunté.

Leah: ¿Qué tanto piensas Lori?

Lori: oh, no nada, una tontería.

Leah: seguro que no lo es, anda, dilo.

Lori: esque, cuando te fuiste y te perseguí, oí a Mattheo y a Regulus discutir.

Leah: ¿Qué, y qué escuchaste?

Lori: peleaban, por ti.

Leah: ¿de qué hablas?

Reí

Lori: me acerqué un poco a la puerta y logré escuchar a Mattheo decirle que por qué se entrometió si el sabía que le gustabas de toda la vida y Regulus le dijo que se aleje de el y de ti.

Leah: joder

Prendí mi cigarro, me acosté en la cama y le dí una calada.

Selena: ¿No vas a decir algo?

Leah: ¿Qué quieres que diga?

Selena: nada, solo... Olvídalo.

Me puse mis audifonos, en los cuales sonaba oh children, la canción perfecta. Cerré los ojos y me dejé llevar.

Alguien tocó la puerta después de diez minutos, sacándome de mis pensamientos y haciendo que me dé cuenta de la soledad en la habitación, no sé cuándo, pero las chicas se fueron durante esos minutos.

Me levanté a abrir la puerta, tardandome a propósito, no quería ver a nadie, y si era Mattheo, muchísimo menos. Pero para mí suerte era Regulus, traía unas flores consigo.

Leah: ¿Regulus?

Regulus: siento no haber venido antes pero quería hablar contigo sobre la otra noche... Estoy seguro que hubo conexión entre ambos y... Si no fuera por el idiota de mattheo, sé que hubiera pasado algo.

Leah: yo...

Regulus: no necesitas decir nada ahora mismo, ¿Si? Solo piénsalo.

Agarré las flores de en su mano, y luego la mano de el. Lo atraje a mí, adentrándonos en la habitación.

Leah: ¿podemos terminar el baile?

Regulus: me encantaría

Prendí la bocina, coloqué obviamente oh children y todo comenzó a hacer sentido. Me acerqué a él lentamente, con mi cara reflejada en el, sonriente.

Pasé mi mano sobre su hombro, y comenzamos a bailar, movimientos suaves pero profundos, nuestras manos exploraban nuestros cuerpos, sin ninguna intención sexual de por medio.

Mis brazos se colocaron en su cuello y sus manos en mi cintura, empezábamos a dar vueltas juntos, por toda la habitación, rodandola y de alguna manera, adueñandonos no solo de ella, si no de, todo ese momento.

Me volteó a ver a los ojos, con ese brillo que siempre, desde las tutorías, me encantaba ver. Me acercó a su cara con su palma sobre mi mejilla que estaba roja gracias al momento.

Y entrelazamos labios, como el momento más romántico que puedan haber visto, pero el más sentimental también, de alguna manera intercambiamos problemas, sentimientos, sonrisas, cuerpos, aliento y alma en un solo baile.