Capítulo 47: Distancias y Dudas

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El día amaneció con una niebla ligera en la ciudad donde Samuel vivía. Se levantó con la sensación de pesadez en el pecho, todavía molesto por la discusión con Lucía. Decidió que hoy no hablaría con ella. Necesitaba espacio para calmarse y centrarse en su música.

Mientras tanto, en el extranjero, Lucía se preparaba para otro día de clases. Aún sentía el eco de la pelea con Samuel en su mente, pero sabía que debía concentrarse en sus estudios. Al llegar al aula, se encontró con Alejandro, quien la saludó con su habitual sonrisa.

*Alejandro:* "¡Buenos días, Lucía! ¿Cómo estás hoy?"

*Lucía:* "Buenos días, Alejandro. Pues... un poco mejor, gracias. ¿Y tú?"

*Alejandro:* "Todo bien. Oye, después de clases, ¿te gustaría que te llevara a conocer algunos lugares interesantes de la ciudad? Podría ayudarte a despejar la mente."

Lucía dudó por un momento, pero decidió aceptar la oferta. Necesitaba una distracción y Alejandro siempre era agradable compañía.

*Lucía:* "Claro, me encantaría. Gracias, Alejandro."

En el otro lado del mundo, Samuel llegó al estudio de grabación. Se sumergió en su trabajo, intentando convertir sus emociones en música. La canción que había escrito para Lucía tomaba forma con cada nota, cada palabra. Sabía que debía mantener la calma y confiar en que su relación superaría este obstáculo.

Mientras tanto, después de las clases, Alejandro llevó a Lucía a recorrer la ciudad. Pasearon por calles adoquinadas, visitaron cafés acogedores y descubrieron rincones escondidos llenos de historia.

*Alejandro:* "¿Sabes, Lucía? Siempre me ha fascinado cómo cada rincón de esta ciudad tiene una historia que contar."

*Lucía:* "Sí, es increíble. Gracias por mostrarme todo esto, Alejandro. Realmente necesitaba despejarme."

La tarde se alargó, y ambos se encontraron disfrutando de una cena en un pequeño restaurante. Alejandro, notando la tristeza en los ojos de Lucía, decidió intentar animarla.

*Alejandro:* "Lucía, no sé exactamente qué te pasa, pero quiero que sepas que estoy aquí para ayudarte. Puedes contar conmigo para lo que necesites."

Lucía lo miró, agradecida por su apoyo.

*Lucía:* "Gracias, Alejandro. Es complicado, pero aprecio mucho que estés aquí."

En el estudio, Samuel terminó de grabar la canción. Se sentía agotado pero satisfecho con el trabajo. Sin embargo, no podía evitar pensar en Lucía y en cómo resolverían sus problemas.

De vuelta en su residencia, Lucía decidió enviarle un mensaje a Samuel, aunque no estaba segura de si él lo leería.

*Lucía:* "Samuel, espero que estés bien. Hoy fue un día difícil, pero quería que supieras que pienso en ti. Por favor, hablemos cuando te sientas listo."

El mensaje quedó sin respuesta mientras Samuel, agotado, regresaba a casa. No estaba listo para enfrentar sus sentimientos y decidió desconectarse de todo, al menos por esa noche.

Lucía, por su parte, trató de concentrarse en sus estudios, pero su mente seguía volviendo a Samuel. Alejandro la acompañó hasta la puerta de su residencia y le ofreció un abrazo de despedida.

*Alejandro:* "Recuerda, Lucía, aquí tienes un amigo. No estás sola."

*Lucía:* "Gracias, Alejandro. Buenas noches."

Esa noche, ambos se fueron a dormir con pensamientos pesados en sus mentes. Lucía se debatía entre su amor por Samuel y su agradecimiento por Alejandro, mientras que Samuel luchaba con sus propios demonios, esperando encontrar una forma de arreglar las cosas.

La distancia y el silencio se convirtieron en un muro entre ellos, un obstáculo que ambos sabían que debían superar, pero no sabían cómo.

"Sombras y Destellos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora