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No puede ser porque nos pasa esto a nosotras, aún no puedo creerlo tanto que lucho lisa en los tratamientos para quedar embarazada y absolutamente nada ha servido.
Ya no se que hacer, siempre se la pasa llorando porque no puede darme un hijo, se siente la persona más miserable del mundo.
Esto es un asco.
Llevábamos meses haciendo pruebas yo igual las realice pero mi esposa, terca la mujer quería hacer ella la prueba para poder el procedimiento...
Pero todo fracaso y ya no hay vuelta atrás le llevaré el desayuno espero haya podido dormir bien, me da miedo comentarle sobre adoptar.
No sé que pueda pensar además ¿Que tal si me tira con el sartén? Está loca pero así me encanta no puedo quejarme la verdad.
Bueno aquí vamos espero mi esposa no me tire con un sartén....
Subo rápido al segundo piso, y entro a la habitación ...
—Lili buenos días precio— no lisa esper— auch eso duele...
—Lisaaaa, me dolió — al parecer no me prestó atención.
Si tuve razón tenía el sartén a un lado de la cama, como no lo ví dios dame paciencia por favor para soportar este dolor.
—LISA MANOBAL YA DESPIERTA CARAJO—
—PERO PORQUE ME GRITAS JENNIE, DÉJAME DORMIR DESGRACIADA—
—MIRA QUIEN HABLA, LA QUE ME PEGÓ CON UN PUTO SARTÉN —
—Si yo la que, espera ¿Sartén? No yo estaba sacando a los ladrones de la casa en el sueño.
—Lisa ¿Y que es esto? — le mostré el sartén para que lo analice con atención—
—Oh por dios no, no puede ser y lo lamento amor ..—
—Ya mira te traje el desayuno, cuando termines me avisas —
—Espera no te vayas — jennie—
—Ahora que quiere— iba a preguntar que más quería decirme, pero me calla con un dulce beso en los labios, jugué un poco con ella sin responderle el beso.
Quise separarme pero ella presiona su mano en mi nuca, forzando el agarre accedí ante ella, dejándome llevar por su dulce sabor a coco y nueces, además de aprovechar abrace su cuerpo más al mío para caer encima de ella.
Sin poner todo mi peso, comencé a introducir mis manos debajo del suéter mío que trae puesto y doy pequeñas caricias en su cintura por último dejo besos en su cuello.
—Eres muy traviesa, aún me duele lo que me hiciste amor—
—Lo siento, sabes bien como me comportó cuando soy sonámbula y se que no tiene justificación pero... Dejame curarte—
