Grandeza, Misterio y Libertad. Todos estos elementos se ven envueltos en la razón de ser de cada individuo, indiferentemente de su alineación moral.
Nacer, crecer, reproducirse y perecer.
Aquel que dimensiona su esperanza de vida entiende que habrá una estación final, de ahí nacen los sueños y aspiraciones, todo con tal de poder sentirse un poco más... Vivo.
Perecer es considerado el último ciclo por los seres vivos, una última estación donde todo acaba y no hay nada más, solo un oscuro y estrepitoso silencio. Sin embargo, lo que ninguno de ellos conoce es que realmente existe otro plano, algo más allá del lago.
Comúnmente conocida por un pequeño grupo de sectas del mundo humano como la reencarnación o ciclo de reencarnación. Dicho ciclo de encarga se mantener un ciclo eterno entre las vidas nuevas y las que están en su lecho de muerte, pues de un alma pueden partir muchas vidas sin necesitar de verse impactadas por el orden del tiempo, pudiendo vivir vidas tanto del pasado como del futuro.
Este ciclo no tiene un orden en específico, ya que puedes morir y reencarnar en otra realidad, dónde en vez de los humanos vivir a través del avance tecnológico, se vean beneficiados por otro fenómenos un tanto más ficticios. A pesar de ello, no es común que un alma que este acostumbrada a vivir en el mundo que conocemos, vaya a otra realidad con este tipo de características. No obstante cuando sucede... Suelen obtener beneficios, pueden llegar a mantener sus recuerdos, tener un alma reforzada en algunos casos y verse beneficiados por la energía oscura del cosmos.
Sin más preambulos, ha de presentarse el ejemplo de tres almas descarriladas, las cuales se ven envueltas en el inusual cambio de realidades. Los tres provienen del mismo planeta y han tenido convivencia en su última vida.
Casualmente, por razones propias del azar caótico que difícilmente podríamos entender, estás tres almas tendrán como destino la misma realidad. Un mundo donde existen humanos y bestias, un mundo regido por la fuerza y la inteligencia, uno dónde la supervivencia de la raza humana se basa en mantener ignorantes y despreocupados a los civiles de lo que les rodea, unas tierras desconocidas en todo sentido de la palabra, el cual es nombrado por los cazadores como el Continente Oscuro.