Nuestro Secreto [Yukio X Rin]

Nuestro Secreto

Capítulo Único

Generalmente cuando se trata de hermanos gemelos, uno se imagina a un par de niños exactamente iguales, peleando por cualquier tontería como juguetes o sobre la porción de pastel que le tocó al otro.

Los hermanos Okumura no eran nada de eso. Desde pequeño, el menor de los dos fue dedicado, callado y de sonrisa amable; mientras que el mayor fue el más rebelde y violento de los dos.

Desde que Rin renuncio a su parte humana para cerrar la puerta a Gehenna, fue trasladado a los dormitorios donde su hermano gemelo vivía.

Al principio le pareció que Rin se la pasaba holgazaneando y simplemente buscaba pelea contra todos sus nuevos

compañeros. Pero poco a poco, su hermano se adaptó a pesar de tener el temor de ser descubierto por las personas alrededor.

Ambos se habían unido poco a poco después de hablar sobre la situación.

Pero... ¿Qué pasaría si te encontraras con tu hermano gemelo masturbándose en tu cama gimiendo tu nombre?

Yukio aquel día había salido durante la mañana a sus actividades comunes, sabía que Rin no sentía bien, por lo que simplemente lo dejó descansar en su cama, de todas maneras, era fin de semana.

Después de terminar sus deberes tuvo una llamada de emergencia, por lo que regresó

a altas horas de la noche. Pero lo que no pensó encontrarse con Rin haciendo fechorías perversas en su cama, mucho menos mientras repetía su nombre como pedido de auxilio.

Al principio, al abrir la puerta pensó que simplemente era una broma pesada por parte del azabache, pero al acercarse a la habitación abrió la puerta molesto por los vergonzosos sonidos emitidos por el joven.

Rin se encontraba con el pecho en la cama, la cadera elevada por sus rodillas, jadeando y quejándose sobre su almohada y autocomplaciéndose. No podía creer lo que vio.

Aunque algo le desconcertaba. El rostro de Rin salió de su escondite en cuanto la luz del exterior de la habitación alumbró la

habitación. Rin parecía estar incómodo y no parecía estar disfrutando aquella actividad, además de parecer sorprendido de ser descubierto en esa posición.

El castaño simplemente no dijo nada, cerró la puerta y fue a un hostal a descansar, claramente no dormiría en esa habitación.

[...]

Rin suspiró mirando la cama frente a él, era obvio que su hermano no regresaría a dormir.

— ¡Maldita sea! —Enterró sus dedos entre su cabello y lo jaló desesperado— No debiste de llegar en ese momento... soy asqueroso.

Ahora no podría ver a Yukio a la cara.

No después de lo que hizo en la cama del mencionado. Pero no podía evitarlo, se había vuelto una necesidad. Era un esclavo del placer.

Este problema lo estuvo ocultando de Yukio desde que su parte demoníaca despertó. En deseo era tan fuerte que se volvía doloroso e incómodo, difícil de mantener bajo control.

Pero, ¿ahora como le explicaría a Yukio que lo que estaba haciendo es culpa de su sangre demoníaca y no su pervertida mente? Sería muy complicado de explicar, ni siquiera él sabe qué es lo que realmente pasa con su cuerpo.

Solo sabe que aquellos días se sentía débil, malhumorado, sin energía y con un calor intenso que excedía el límite y se extendía por sus entrañas.

Al principio, con su imaginación bastaba para complacerse, después Shima le prestaba revistas. Poco a poco su necesidad fue aumentando, como un hambre voraz incapaz de saciarse.