El Team Stan, su perdición.
Ese peculiar grupo estaba conformado por Kyle Broflovski, Kenny McCormick, Eric Cartman, Leopold Stotch, y él, Stan Marsh.
Sin embargo, al cumplir los 10 años, comenzó a sentirse bastante incómodo con ellos. Le parecían molestos, se sentía menos cuando se comparaba en varios aspectos, de un momento a otro todo le parecía una mierda y comenzaba a amargarlos también. Decidió alejarse de ellos, quedándose tan solo como estaba ahora.
Y ninguno intentó detenerlo.
Todavía solían hablar un poco. Aunque terminaban sin tema de conversación y se quedaban en un silencio incómodo. El único que se salió del grupo fue él, ellos seguían juntándose igual que siempre.
Sería muy malo si alguno de sus antiguos amigos se enterara de que se estaba cogiendo a otra. De alguna manera terminaría llegando a Wendy, y no quería eso.
Sabía que la palabra «lealtad» no existía en el vocabulario de ese grupo.
O al menos, hablando por Cartman.
Un día, mientras guardaba unos libros en su casillero desorganizado, Butters se le acercó para invitarlo a una fiesta. Se podría decir que con él se sentía menos incómodo ya que era muy amable con todos.
—Clyde hará una fiesta hoy en la noche, y bueno... invitó a toda la preparatoria, sería bueno verte ahí. — dijo, algo nervioso.
—Tal vez vaya, ¿tu hermana irá?
Butters frunció el ceño.
—No creo, me dijo que se iba a quedar a hacer tarea.
—Ya veo. — se encogió de hombros, tratando de restarle importancia. Cuando, en realidad, era su única razón para asistir. Por un momento pensó que se debía a que ____ no quería verlo por lo sucedido con su padre, pero desechó la idea ya que era algo absurda. — Bueno, ahí te veré.
—Bien. — el rubio se dio la vuelta y se retiró, confundido por ese interés singular de Stan por su hermana.
La única razón por la que asistió fue porque ya estaba harto de sobrepensar en su casa. No es que en la fiesta dejaría de hacerlo, pero era mucho mejor que la soledad de su habitación. Al menos ahí habría algo mejor como alcohol.
Vio algunas caras conocidas, a las cuales saludó con un movimiento de cabeza. Tenía las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta. Vagó por la casa de Clyde, sin rumbo, buscando algo bueno que hacer. Había gente bebiendo, otra conversando, cantando en el karaoke que había en la sala. Se sintió perdido en la inmensidad, malamente había quedado más o menos mal con todos sus compañeros.
Cuando estaba a punto de ir por algo para tomar, se topó a Butters, quien estaba conversando con Kyle, Kenny y Eric a lo lejos. Frenó su caminata, apresurándose para desaparecer sin ser visto, sin embargo, no fue lo suficientemente rápido.
—¡Stan! ¡Ven! — Butters lo llamó, sonriendo como siempre.
Maldijo por lo bajo, girándose y yendo hacia ellos. Pudo ver que Kyle se removió incómodo, al igual que Kenny. Mientras que a Eric parecía darle igual.
—Hola, chicos. — sacó una mano de su bolsillo para ladearla a modo de saludo.
—Hola, Stan. — dijeron Kyle y Kenny al unísono.
—Hola, pendejo. ¿Qué te pasó? Has estado desaparecido.
Cartman y Stan estrecharon sus manos, dándole un apretón amigable. Esbozó una ligera sonrisa sin poder evitarlo.
—Lo siento, es que... no me he sentido bien. Al menos me ha ido mejor en la escuela.
—Me alegro.
Nuevamente, quedaron en un silencio incómodo. Se sintió morir bajo las miradas de sus antiguos amigos, como si esperaran que se abriera ante ellos, como si esperaran que de pronto volviera a ser el mismo de siempre.
Quería hacerlo, pero no era tan fácil.
—Bueno, yo... iré a buscar algo para tomar.
Se retiró a paso rápido, sin darles oportunidad a que le respondieran.
Tomó algunas latas de alcohol y empezó a beberlas, de pronto le había entrado la necesidad. El escozor de sus manos, cómo sudaban, la presión en su pecho debido a la culpa, sabiendo que se estaba arruinando, y lo peor es que no le importaba del todo.
—Creo que te estás poniendo mal.
Giró la cabeza. Kyle estaba a su costado, mirándolo con preocupación. Apenas llevaba 5.
—No, estoy bien... ¡¿qué me está viendo ese payaso?! — señaló un espejo. — ¡Oye! ¡No, no, no! ¡No me señales! ¡Te arrancaré el dedo y se lo daré a tu novia pelirroja!
—Ese es un espejo. — interrumpió Kyle. — Y este suéter hace que se me vea pecho. Stan, creo que deberías irte.
—Estoy bien, de verdad.
—No es cierto. Siéntate con Kenny afuera, él es más tranquilo de esta fiesta, mientras yo te traeré agua.
Lo guió tomándolo de los hombros. El frío de la noche lo golpeó y lo desorientó por un segundo. Se dejó sentar en el escalón de la entrada junto al rubio, quien se encontraba fumando, viendo las estrellas.
¿Kyle acababa de sacarlo de la casa?
Bueno, fue un lindo detalle que volviera a preocuparse por él a pesar de lo sucedido, a pesar de que ya no eran tan amigos. Miró al cielo, los puntos parpadeantes conocidos como estrellas. Ahora entendía por qué Kenny estaba ahí y no adentro, ligando con alguna chica.
Luego pensó en ____. La veía reflejada en el cielo de medianoche, era tan linda como el manto que los cubría. Empezó a imaginar lo lindo que hubiera sido que, al final, ella hubiera llegado a la fiesta. Se habrían besado, tal vez llegado a más, habrían conversado sobre cualquier cosa sin estar incómodos.
En ese momento le surgió una duda.
—¿Alguna vez... te has enamorado de un polvo? — Kenneth alzó una ceja. — Me refiero a que... ¿te has encariñado de más con alguien después de algo de una sola vez?
—Claro que sí, Dios sabe que sí. — le dio una calada al cigarro, expulsando el humo con lentitud al sentir sus pulmones llenos. — Y es demasiado doloroso el rechazo.
—Ya veo.
—¿Te está pasando algo parecido?
—Podría decirse. — se limitó a decir, no queriendo dar muchos detalles.
Kenny se giró para mirarlo con suspicacia, sus sospechas reflejándose en la mirada.
—Sabes que si sientes celos por ella, es que significa algo más que sexo para ti, ¿cierto?
—No es cierto. — balbuceó.
—Oh, créeme que lo es.
¿Eso significaba que estaba empezando a sentir más de lo que debería?
Tenía que alejarse.
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✓ WE ARE NEVER GETTING BACK TOGETHER, stan marsh.
Fanfic❝Nunca vamos a volver, entiéndelo.❞ Después de romper (una vez más) con Wendy, Stan Marsh se ha cansado y proclama que nunca volverán a estar juntos, nunca volverá a caer por ella. Después de una semana, se da cuenta de que estar sin la pelinegra es...