Introducción.

48 3 0
                                    

"This happens once every few lifetimes"
– Taylor Swift, "The Alchemy".

Jaemin sentía que estaba por morir.

El sudor cayendo por su frente hasta alcanzar sus ojos nublaba su vista, su pecho se inflaba a causa de su respiración agitada, las manos le sudaban y estaba completamente seguro de que si tocaba el balón este resbalaría por sus dedos y condenaría a todo su equipo a la derrota.

No era el único que se encontraba así. No solo su equipo el cual había puesto bajo un entrenamiento arduo del que Jisung había estado quejándose por dos semanas, no había servido de nada. Todos están agitados, sudados, algunos con los ánimos cada vez más bajos a medida que la pelota cruzaba de un lado a otro y ningún de los dos equipos lograba anotar.

Jaemin recuerda a Jisung diciéndole momentos antes de empezar que esto solo era un festival, que no tendrían a los deportistas ni entrenadores de las nacionales con los ojos encima de ellos en busca de la perfección. Y él lo sabía pero, ¿qué más da?

No importara lo que fuese, Na Jaemin estaría dispuesto a dejarse piel y sudor y si es necesario, sangre, con tal de mantener a su equipo y a él como los mejores.

—¡Haz un buen saque, Lee! —el equipo grita al unísono y Mark asiente, preparándose para su saque.

Jaemin lo mira unos segundos y luego al marcador, "veintitres para dream club zone y veintitrés para kwangya" susurra. Luego mira a Mark y ver pasar la pelota por su cabeza hacia el otro extremo de la cancha donde el libero logra salvar aquel saque. Oye a Mark disculparse por detrás y agitado le grita que no pasa nada mientras la bola pasa por su cabeza y está atento a Jisung cayendo en el piso para salvarla y sabe que es su momento de brillar.

Inhala, exhala. La bola está en su dirección. Alza los brazos y preparada sus dedos que suaves tocan el balón hasta elevarlo en el aire. Centrado y alto. Por el rabillo del ojo sabe que Jungwoo está tomando carrerilla y en menos de un segundo lo ve cruzar por su lado y rematar a la pelota con todas sus fuerzas.

Para Jaemin, no hay mejor sonido que el del balón chocando contra el piso y el pitido de un punto más para su equipo.

—¡Muy bien Jungwoo! Eso fue increíble —llama la atención de Jungwoo para felicitarlo y chocan sus manos mientras el resto del equipo los rodea con sonrisas en sus caras—¿La puse bien?

—Perfecta como siempre Nana —guiña un ojo y Na le sonríe de vuelta.

—Bien chicos, un punto más y la victoria es nuestra. ¡Vamos, vamos, vamos!

Por un momento Jaemin se ha olvidado de lo exhaustos que se encuentran todos, incluyéndolo a él quien se supone que es el que más resistencia tiene en el equipo. Por supuesto que pone su mayor sonrisa como buen capitán y finge que no está esperando deseoso que este partido y todo el festival termine de una buena vez. Na amaba los aplausos, los abrazos triunfales con risas de por medio y las chicas detrás de él elogiándolo, era lo que más adoraba del voleibol aparte de estar en la cancha, solo que no lo decía en voz alta o su padre lo reprendería con una mirada.

Todos se colocan en sus respectivas posiciones mientras el equipo contrario estar por sacar, echa una mirada rápida a Jungwoo que está a su costado, a Mark, a Jisung y así a cada uno del equipo. Están a un paso de la victoria y nada los hará caer. O eso pensaba Jaemin.

La pelota cruza la red y en un grito que sale desde el fondo del pecho de Mark, logra que se eleve y sigue en pie el juego, es el turno de Jisung quien la golpea en dirección a Jaemin quien estuvo a punto de perderla por un resbalón torpe. Maldición, murmura para sus adentros mientras eleva sus brazos y hace de las suyas; esta vez la bola queda en manos de Lucas y cuando no podría ser un remate de los más perfecto, se encuentra con tres bloqueadores que detienen el paso del balón.

The Alchemy | NOMIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora