seis

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Pasaron unos días normales, con freen siendo una idiota no tan idiota y papá apenas poniéndome atención, ya que estábamos demasiado ocupados.

Ya había terminado de hacer mis tareas, era tarde y estaba recostada en mi silla jugando con un anillo de mi dedo, esperando nuevas órdenes o que me dejaran ir de una vez cuando tocaron la puerta de mi pequeña oficina.

-Pase- dije.

Un segundo después sarocha se asomó por la puerta y entró completamente en mis aposentos.

Toda la saliva dejó mi boca cuando su presencia inundó el pequeño lugar.

Ella nunca había venido a mi oficina así que se tomó un momento para pasar su mirada crítica por el lugar y la decoración básica que había colocado.

-Me gusta como decoraste este lugar- murmuró asintiendo con la cabeza como felicitación

A mi me gustas tu

-Gracias

Cuando salí del trance me tomé un momento para mirarla. Preciosamente vestida, aunque, para mi sorpresa su cabello estaba desordenado y su semblante tranquilo.

- ¿Pasa algo? - pregunté cuando ella se acercó a mí escritorio.

- Hoy hay una cena de personas importantes, tu papá va a llevar a Samara, por desgracia tendrás que venir conmigo.

- ¿Desgracia para ti o para mi?

-Probablemente para ti

Eso sonó como una amenaza

Intenté decir algo pero ella me interrumpió.

- No tienes opciones Rebecca, es una orden- dijo fulminándome con la mirada

- Bien- dije de buena gana -¿Tengo que usar algo específico?

- Mi corbata será azul, mi traje gris y mis zapatos cafés así que juega con eso para que combinemos- dijo volteando los ojos como si le aburriera muchísimo

- Pasa que no tengo tacones cafés- dije sonriendo divertida -Zapatos negros se verían mejor con el atuendo que me describe señora freen -me puse de pie pues vi algo raro detrás de ella, en el piso.

Cuando salí de detrás de mi escritorio ella observó mis piernas sin ninguna emoción en su rostro aunque sin ninguna intención de disimular que estaba dando una ojeada.

-¿Qué mujer no tiene tacones cafés? -preguntó como si fuera un crimen mundial.

Caminé más cerca de ella y vi lo que estaba en el suelo.

- ¿Es tuyo? - le pregunté levantando el billete del suelo.

- No- dijo indiferente- los míos están en cuentas de banco, no en el suelo-dijo presumido

Rodé los ojos.

-Vale, tampoco mío - me encogí de hombros, puse el billete en mi escritorio para tenerlo a mano por si aparecía su dueño y me senté de nuevo. -Volviendo al tema de los zapatos, no tengo de ese color- Ella no hizo ni dijo nada, supuse que le importaba una mierda.

-Bueno, resuélvelo- rodó los ojos - A las siete pasó por ti, después tenemos que pasar por Mike Smith y su esposa ¿Sabes quien es?.

-Por supuesto-asecure-son los dueños de la firma que respalda la empresa.

Últimamente había aprendido a lidiar un poco con su forma de ser, aunque, lo que no sabía controlar aún eran mis repentinas reacciones carnales hacia ella.

-Exacto, la cena es a las ocho pero debemos pasar por él antes así que debes estar lista a las 7.

De repente vi una oportunidad para hacerla sonreír y la tomé.

la socia de papi *freenbecky*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora