Capítulo 34

220 21 2
                                    

Tzuyu me ve nerviosa moviendo sus labios de forma graciosa esperando impaciente que de mi boca empiece a salir aunque sea una sílaba de alguna palabra, estamos sentadas en mi oficina con una taza de café en las manos, tratando que la cafeína haga lo propio y despierte el cerebro para empezar el día como es debido, yo solo espero inquieta a la persona que sé puede sacarnos de esta dificultad. 

Sigo sin entender cómo es que Mina permitió que las cosas llegaran hasta este punto y no me llamará para pedir ayuda, no... Mina solo llamó para avisarme la hora de llegada del vuelo que traería a Tzuyu y a la pequeña Sullyoon a mi país y ahora estamos aquí viéndonos sin decir nada, aguardando a que ella llegue.

Los rítmicos golpeteos en la puerta tan característicos de su personalidad sacuden el silencio, como indicándome que es su ser y nadie más la que está al otro lado de la puerta logrando arrancarme un suspiro y una sonrisa que rápidamente Tzuyu nota frunciendo el ceño sin apartar su vista de la mía.

—Siga —Nayeon entra con su falda gris ajustada y esa blusa blanca traslúcida que me deja ver ese cuerpo que alguna vez fue tan adictivo para mí, ¡diablos! ¡Concéntrate, Jeongyeon!

Llevo tres largas semanas sin ver a Jihyo, eso ya está haciendo estragos en mi mente y cuerpo, especialmente el último que no está acostumbrado a la abstinencia. Sé que parte de mi promesa de apoyar a Jihyo en su carrera es tener que ser yo la que la visite en los lugares donde juega y no quejarme por no vernos tan seguido, pero últimamente ha sido imposible verla con la apretada agenda de visitas a los hoteles sumado a su afán de convertirse en la número uno, sé que todo esto es solo obra de lo que sucedió en Seattle, pero ella no quiere hablar del tema.

—Buenos días, ¿se puede saber para que me necesitas con tanta urgencia?... Perdón, no sabía que tenías compañía —Nayeon entra con esa alegría a la que me tiene acostumbrada en la mañana, se acerca y me da un suave beso en mi mejilla dejando mi olfato embriagado con su dulce aroma a vainilla, se coloca a un lado del escritorio meciéndose adelante y atrás esperando a que la presente como es debido.

—Ah, sí, disculpa... Tzuyu, te presento a la Licenciada Im, la persona de la que te hablé. Nayeon, ella es Tzuyu, creo que ya te había hablado de ella.

—Sí, claro, mucho gusto, Im Nayeon —Le extiende la mano con una gran sonrisa que tímidamente Tzuyu estrecha, en medio de su creciente nerviosismo es lo único que se atreve a hacer, otra fuera la situación le estaría dando dos besos en las mejillas y hablándole como si la conociera de tiempo atrás, pero este... Este no es el caso.

—Mucho gusto, Chou Tzuyu —Ella la ve detenidamente, como estudiando sí esta persona realmente podrá sacarla del apuro en el que se encuentra, Nayeon nos repara como esperando a que alguien le explique la situación.

—Toma asiento, por favor, primero que todo gracias por venir tan temprano... verás, te he hablado de Tzuyu y de su pequeña, Sullyoon, que con orgullo puedo decir que es mi ahijada —Ella asiente turnando la mirada a Tzuyu y ocasionalmente a mi persona.

》 —Desde que conocí la mujer que tienes al frente solo he sentido admiración por ella, es una grandiosa madre que a punta de esfuerzos está sacando a su hija adelante sin ninguna ayuda a excepción de su mamá... ella como muchas mujeres es madre soltera, el idiota de hombre que engendró a Sullyoon la abandonó apenas se enteró de la existencia de la niña, no contento con esa cobardía se atrevió a sugerirle vilmente que abortara dándole el dinero y la recomendación del sitio exacto donde se podría hacer el procedimiento de forma discreta, y después simplemente desapareció del mapa.

—Lamento todo esto, pero sigo sin entender para que me necesitas —Nayeon frunce el ceño sin entender el porqué de su presencia en mi oficina.

—No seas tan impaciente, por favor —le replicó con mi ceja levemente elevada.

La promesa || 2Yeon +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora