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Después de cortar la transmisión comienzan a recoger y limpiar todo el sitió al no querer la nariz de algún curioso se encuentre con tal escena.

-Jefe ¿que hacemos con estas linduras vestidas de culpa?-Dice un hombre bronceado de pies a cabeza y de calva brillante, al señalar a los soldados todavía postrados en el suelo.

-Boss,¿wir könnten ihn befreien?-Sugiere un joven alemán que al ver a los soldados postrados con miradas asustadas que los hacian ver como becerros al matadero, hacía que su pecho se oprimiera haciendo sentir algo extraño en él.

-Pequeño alemán, son soldados, sé que dan lástima pero... no es nuestra decisión, ellos no son parte de nuestras decisiones-Expresa un viejo de acento inglés de grandes ojeras y monóculo, al desarmar la cámara con gran agilidad y delicadeza, y guardarla en una especie de portafolio gris.

-Deja al niño los militares no son mi objetivo...son completamente insoportables para mí, son inútiles, me asquea solo pensar como se dejan manipular de una manera tan vomitiva por tales personas sin pizca moral. Me hace recordar porque empecé a accionar esto-Explica mantenimiento su postura perfectamente erguida y gélida, mientras permanece sentado encima de los políticos amontonados en un enorme montaña de cadáveres de una manera repulsiva.

-¿¡Que desea que hagamos querido jefecito!?--Un grito de rebosante energía emerge de una joven de rizos rubios y labios exageradamente rojos sacando la mitad de su cuerpo por la ventanilla del Jeep.

-No me hagan arrepentirme...-Pronuncia con indiferencia clavando la mirada en la soldados que seguian postrados ante él-Dejenlos en la frontera austríaca, eran tan manipulables que no tienen la mínima idea de cómo llegaron a esto...asegúrense de que vallan en dirección correcta, no quiero inconvenientes solo por fichas de juegos de guerra-Ordenando esto baja de un salto hasta el techo del jeep.

Suspiros de alivio se escuchaban entre murmullos y balbuceos, la noche se estaba volviendo cada vez más fría y las estrellas más brillantes, todo estaba saliendo según lo planeado.

-¿Oigan le echaron el líquido?-Continua con el encendedor una y otra vez decidido a cumplir con su palabra de calcinar todo hasta las cenizas.

-¡Sí jefe!-Expresa el calvo esperando el espectáculo.

El el encendedor callo lentamente sobre la montaña de cadáveres, las llamas de extendieron hasta los pasillos de la institución, el humo asfixiante inundaba el lugar, la llama incesante se volvia cada vez más grande y vivaz, las partículas de fuego volaban sin control de un lado a otro, el calor era casi insoportable. Ya era hora de abandonar el lugar

Entro por la ventanilla del copiloto sacando un pequeño chillido a la chica. El silencio después de verlo entrar de repente fue inevitable e interrumpido segundos después por ella misma.

-¡-Ya oyeron al jefe chicos a toda máquina go go go!-Señala la rubia de carácter vivaz al acomodarse en su asiento y arrancar el jeep a toda velocidad.

Un día agotador y una noche sin terminar, todo había salido contratiempos, todo estaba saliendo según lo planeado, ¿Es así como debe ser verdad? ¿Lo estoy haciendo bien? Media hora de camino nocturno y silencioso hacían que su cabeza se llenara de pensamiento intrusivos que le empezaban a perturbar cada vez más. Pero el silencio fue rápidamente interrumpidos por la voz chillona de la conductora.

-Hoy dormiré en la oficina principal-Aclara de manera juguetona.

-¿Por qué querías dormir en mi oficina Nana? -Pregunta algo desconcertado.

-Siempre he querido dormir allí, ¡Y quiero hacerlo hoy!-Comenta desatendiendo un poco la carretera poniendo alerta los sentidos del contrario, maldiciendose por favor sus adentros por haberle dejado el volante.

Liberación, Nueva TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora