El perro y el tigre.

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Bakugou quería matar a alguien, más precisamente a la persona frente a él, quien jugaba con sus dedos mientras su larga y pesada cola se mantenía en un balance sutil como los engranajes de un reloj antiguo.

Todoroki.

Sí, quería cometer un felino-homicidio.

Todoroki Shōto era un pro-héroe híbrido, un quimera perfecta de dos especies puras de tigres, la extinta especie de Java y la agraciada especie de Bengala con mutación genética, una hermosa dualidad que era característica única de él. Mirando las características de su hermanos, a pesar de ser él el más pequeño, ninguno tenía ese pelaje e heterocromía. Una verdadera belleza a nivel genético. Era uno de los tantos héroes codiciados, ya sea como banco de esperma o por el poder bruto en sus quirks, fuerte y con una grandiosa riqueza acumulada tanto como linaje prestigioso.

En simples palabras, era un ítem raro y misterioso que aparecía una vez en la vida en los videojuegos y te hacía ganar puntos extra.

Sin embargo, Shōto, el pequeño y majestuoso heredero de Endeavor, terminó siendo pareja de un perro criollo de raza pequeña.

¡¿Qué demonios pasó?! Simple, Bakugou metió el pene donde no debía. Joder.

Los medios de comunicación se escandalizaron cuando se compartieron imágenes del héroe Dynamight arrastrando al bonito tigre en pleno mediodía. Los vidrios eran polarizados y las borrosas imágenes de la cámara vigilancia solo captaron el momento en el cual ambos héroes se besaron antes de ingresar al vehículo y lo demás fue cuestión de imaginación de sus fans. Pero estuvieron más de media hora encerrados ahí. El auto temblaba y vibraba, como si las ruedas estuvieran saltando alegremente.

Obviamente, fue la noticia más picante de la semana.

“Como ya dije, solo sabe Dios qué pasó ahí. La familia Todoroki no ha dado declaraciones, pero es casi imposible que no lo supieran, ¿verdad? ¡Se trata de los últimos cachorros de un híbrido de una especie casi extinta!”

—Bien, ya fue suficiente —finalmente dice Bakugou. Pone en pausa el vídeo y mira con el ceño fruncido a mitad albino arrodillado y con las orejas agachadas frente a él—. Antes de que te golpeé ¿Qué tienes que decir, Halfie?

—No molestar a Bakugou cuando es época de apareamiento, es muy sensible. No lo volveré a hacer, ya aprendí.

Sí. Obviamente el canino rubio no entraba en celo, pero no era ajeno a él. Aunque las hembras se ponían calientes, cachondas con la esperanza de ser mamás en base a sus instintos, Bakugou estaba seguro de que se alejaba lo más posible. Simplemente se trataba de no querer pensar con el pene y formar familia a lo idiota, ya sabes. Sin embargo, todavía olía feromonas en las épocas de apareamiento y aquello provocaba cosquillas en su vientre, sus dientes chispeantes y sus ansias de marcar territorio.

Estaba sensible, no vulnerable.

¡Pero ése idiota Mitad y Mitad le mostró la base de cola! Meneó burlescamente su atigrado rabo de tres colores, hizo cosquillas en su nariz y luego mordisqueó su mejillas, deslizando sus manos desnudas por su cuello hasta delinear los músculos de sus brazos…

“El héroe Shōto todavía no alcanza la madurez sexual, ¿Crees que haya sido inducido? ¡Qué descaro! ¡Son dos machos!”

—Ya aprendí la lección —repitió Shōto, notablemente regañado.

—¡Eso dices, mas no lo haces!

Sin embargo, las reflexiones no importaron para Katsuki, los gritos de frustración y el largo sermón continuó por tanto tiempo que hasta el florero terminó destrozado al chocar contra la pared.

—¿Terminaste?

—¡Cállate, bastardo gato! —bramó.

Por esta ocasión, Shōto no refutó y su cola atigrada se movió con calma mientras Bakugou quería destruir el sofá, porque en su mente perruna este artículo tiene la culpa de todo. En ese sofá consumieron el primer coito, ahora Bakugou lo odiaba a muerte.

—¿Sabes? No es tan grave como parece —Bakugou tenía entre sus dientes un cojín y no le contestó nada más que un gruñido—. Soy un pro héroe profesional. Soy independiente y tomó mis propias decisiones. Además mi viejo tiene otros tres cachorros más, todavía puede tener nietos. No me necesita exclusivamente a mí.

Y además, Endeavor no parecía demasiado emocionado en repoblar su subespecie cuando propuso matrimonio a su otro cónyuge. Por lo tanto, nadie le podía reclamar.

—¿Crees que eso me importa? —masculló Bakugou, repitiendo sus ganas de ladrar y nuevamente gritar como loco—. Afecta más mi carrera de héroe que esas mierdas. La vieja bruja me va a matar por meterme con un gato, todos pensaran que cogí a un gato. ¡Gato, gato y gato! ¡Para qué moviste tu rabo de gato!

Shōto observa fijamente a Katsuki y aprieta los dientes.

—Sí, sí soy un gato. Meow.

—¡Deja de jugar, Shōto! —ordena Katsuki y después tira su cuerpo al sofá que no pudo destruir al recordar la cantidad de dinero que invirtió en él. Bufó sonoramente y cubre sus ojos con una mano, quiere pellizcar su nariz y meditar toda su vida, aunque secretamente prefiere gritar y golpear un saco de arena antes de la figura felina frente a él—. Eres un grano en el culo, bastardo gato.

Y, ante su nula sorpresa, Shōto encoge los hombros, bastante despreocupado.

Pero, a pesar de todo ese escándalo, Katsuki no abandonará a Shōto. Aquello mantiene a Shōto confiado, por ende, se acerca lentamente y comienza a acariciar alegremente las orejas de Katsuki con cariño mientras el canino lo quiere morder.

Ninguno es una especie monógama, ninguno tiene la necesidad de dependencia por el otro, y simplemente son, existen y juntan sus narices cuando sienten cosquillas. Se odian y se aman. Juegan a ser algo que no lo son. Y aquel sentimiento persistirá hasta que dejen de sentirlo tan abrumadoramente. Tan abrasador y egoísta, sin importar las barreras imaginarias del linaje genético.

Comentarios adicionales:

¿Alguien tiene un libro de cómo comprender los asientos de destino?
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Palabra clave del próximo capítulo:
Frío.

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⏰ Última actualización: Jun 04 ⏰

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Patitas afelpadas |BKTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora