Capítulo 30; Los ojos nunca mienten

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Max

Supe que estaba perdido cuando mi cuerpo reaccionó de esa forma al escucharla, de sus labios salieron palabras sobre otro hombre siendo mejor que yo en algo.
No podía ni recordarlo, porque para mi había sido la única desde que la conocí.

El entrevistador fue un imbécil, ella no tiene nada que ver con las carreras más allá de poner mi mundo de cabeza, pero eso él no lo sabe, nadie lo sabe en realidad.

Otra mierda exasperante.

Apreté el volante con más fuerza y tomé la curva de tal forma que pude adelantar a Lando.

-Muy bien hecho, Max- fruncí las cejas al escucharlos, había escalado cuatro posiciones con esta y si todo salía bien entonces estaríamos en el podio.

-¡Sin radio!- les grité volviendo mi atención a la carrera.

Estúpido entrevistador, cree que puede incomodar a mi Evie y seguir como nada, pues que le den.

Y mi hermosa pero exasperante Evie ¿Cómo se le ocurre decir que Hamilton es mejor que yo? Oh no, definitivamente no, hermosa.

Aproveché la estúpida pelea de los Ferrari y me posicione en el tercer lugar, no había vuelta atrás a menos de que la cagara enormemente.

-Dos vueltas para terminar...- esta vez agradecí el aviso, el ritmo de Russell es tan malo que lo adelantare en menos de dos minutos.

Así fue, estuve delante del británico en cuestión de tiempo, ahora mi mayor rival se encuentra delante de mi.

No le permitiré a Evie volver a pensar en él como un mejor piloto, nunca más.

El coche mejoró considerablemente desde Australia, sin embargo me había mantenido en segundo lugar hasta hoy. No sé como pero tenía que llevarme ese premio a casa, así cada vez que Evie estuviera conmigo pudiera ver el piloto que soy.

Por supuesto que si.

Puse todo de mi en esa última aceleración, una última vuelta y no estaba dispuesto a soltar esa victoria.

-¡Bien hecho, Max!- escuché a Christian celebrando en el momento en que logré adelantar a Hamilton, cruzaría la bandera a cuadros en un par de segundos y volvería hasta arriba del podio.

Ningún otro piloto conduciría a Evie hasta su destino, solo yo.

Bajé del monoplaza y corrí directo al equipo que esperaba por mi, cuatro carreras después pero estaba de vuelta en la cima.

Fue un podio con mucha celebración, sobre todo porqué Checo había logrado llegar cuarto.

Fui feliz en cuanto pisé el garage y me encontré con la sonrisa de una castaña.

-¡Tío Maxie!- tomé a la pequeña en brazos y la giré en el aire, mi chica favorita del mundo.

-Mi dulce Melody, te extrañé mucho- acaricié su cabello haciendo que su peinado se volviera loco.

-Mira nada más como le dejaste el peinado, ahora tendré más trabajo- me burlé antes de acercarme a la pelirroja de mi amiga.

-Isa, no saben cuanto los extrañé- choqué los cinco con ambos niños aún con Mel entre brazos, tengo que confesar que ella es mi favorita.

La quiero demasiado, siempre que está por ahí hace de mis carreras más dulces.

-¿Vendrás a celebrar con nosotros, Max?- pregunta la mexicana con su dulce voz.

-Me temo que tengo planes, pero nos veremos antes de que se vayan ¿Entendido?- los tres niños asintieron mientras la madre me daba una mirada observadora, me aterraba como podía hacerme escupir verdades, así que solté a la niña y salí del lugar.

Eternal Sunshine|MV01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora