Como siempre, estaba aburrida en casa, así que decidí llamar a mi amiga para que se pasara por casa, así podría sacarme de esta habitación en la que me encontraba las 24 h del día. Algunos se preguntan el por qué estoy en mi habitación y no en el salón con mi familia, o salir a hacer algo. El problema es que mis padres se separaron cuando yo tenía 5 años y desde entonces he vivido con mi madre mientras mi padre ha trabajado sin descanso los últimos 10 años en su propio bar. ...*Siempre recuerdo cuando solía subir a la casa de al lado cuando mi padre me llevaba a trabajar con él hace 5 años y desayunaba con una señora mayor a la que ayudaba constantemente con sus perros, con la limpieza de su casa y me mantenía entretenida contando sus historias...*.
Oí golpes en la puerta mientras mi madre gritaba mi nombre para que me levantara a abrir. Sonreí al ver la cara de mi mejor amiga junto a su skate y una bolsa de regalo.
-Feliz cumpleaños- dijo dándome la bolsa que llevaba en su mano.
-Sabes que no tení...-
-Shh- me interrumpió - sabes que no tendrías que aguantarme y aún así lo haces. Anda, vamos, vamos a sacarte de aquí.
Fui a mi cuarto para ponerme unos leggins, una camisa de mi banda favorita, PTV, una chaqueta de cuadros y unas Converse. Cogí uno de las coletas que llevaba en mi muñeca y me hice un moño algo despeinado. Agarré mi mochila y salí corriendo por el pasillo haciendo una carrera con mi mejor amiga.
No hacía falta decir una palabra para saber que las dos íbamos al mismo lugar: un parque que había no muy lejos de mi casa en el que había poca gente y pasábamos la mayor parte del rato mirando cómo patinaban o hacíamos competiciones con los que había allí.
-Saint Rosefield?
-Saint Rosefied- repetimos entre risas hasta que llegamos allí.
Cuando llegamos, todos estaban hablando con alguien que ninguna de las dos conocíamos. Era nuevo allí. Estaba claro.
-Ey, chicas, ¿conocéis a Oli? - Dijo Christian acercándose a nosotras junto al chico nuevo mientras dejaba atrás al resto del grupo. Cuando vi a Oli, tuve una sensación que lo hacía sonar familiar...