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Pov's Omnisciente:

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Pov's Omnisciente:

Era un hermoso día de otoño en Tokio, la luz del sol atravesaba los árboles pintando con sombras danzantes las calles de los barrios residenciales. Las hojas color caramelo comenzaban a desprenderse de las ramas, creando un tapiz crujiente bajo los pies de los transeúntes y el suave rodar de los coches. El aire fresco llevaba consigo un aroma a tierra húmeda y castañas asadas, evocando recuerdos y promesas de días pasados.

Un taxi amarillo serpenteaba por las calles arboladas, pasando junto a bellos parques donde los niños jugaban entre montones de hojas, sus risas resonando como una melodía alegre y despreocupada. Los parques estaban adornados con bancos de madera y faroles antiguos, ofreciendo rincones perfectos para la contemplación de la naturaleza en su esplendor otoñal.

En el asiento trasero del taxi, una hermosa joven de cabellos largos y azules, que caían en suaves ondas sobre sus hombros, miraba por la ventana con ojos celestes llenos de una mezcla de curiosidad y nostalgia. Habían pasado diez años desde la última vez que pisó su ciudad natal, Tokio. Cada esquina, cada parque, cada vista le traía a la mente un torrente de recuerdos: los paseos con su padre, los festivales de verano.

Mientras el taxi avanzaba, ella sentía cómo el tiempo había pasado y, al mismo tiempo, cómo todo permanecía igual. Las hojas cayendo lentamente eran un recordatorio de la constante renovación de la vida, de los ciclos que empiezan y terminan solo para empezar de nuevo. Su corazón latía con una mezcla de expectación y aprehensión, anticipando los reencuentros y redescubrimientos que el día prometía.

El vehículo finalmente giró en una calle más estrecha, bordeada de cerezos que ahora vestían colores de otoño, y se detuvo frente a una casa de aspecto común. La joven respiró profundamente, sintiendo el aire fresco llenando sus pulmones, y supo que estaba lista para redescubrir Tokio, su hogar.

-Bueno pues ya estamos señorita ¿Necesita ayuda para bajar las maletas?- Ofreció el taxista-

-Seria de gran ayuda- Dijo la joven con voz dulce-

-Por supuesto- El hombre casi parecía emocionado pues no tardo en salir del auto y correr solo para bajar sus maletas, ella todavía ni había salido cuando todas las maletas ya estaban fuera-

-¿Eh?- La joven miró como el hombre ni había esperado a sacar todas las maletas- Gra-gracias-

-No fue nada, el viaje es gratis para usted- Dijo el hombre rápidamente-

-¿Gratis? De aquí desde el aeropuerto has sido un dineral, no me quedaría con la mente tranquila sabiendo que no he pagado por un excelente servicio, por favor páseme el datáfono que pago con tarjeta- Dijo la joven sacando una tarjeta "Black" de crédito-

-¡Ofu! Po-por supuesto-

La joven pasó el datáfono y el taxi ya pudo irse, ella suspiró, estaba agotada.

Café con Caramelo {Saiki y tú y ???}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora