Era domingo por la mañana. Cristina estaba emocionada. Muchas chicas de su edad odiaban el mes de septiembre porque empezaba el cole, pero a ella le encantaba. Su colegio era un internado situado en Galicia, cerca de Marín.
- Estás lista cariño? - preguntó su madre
-Si mamá! Cierro la maleta y voy!- exclamo la niña de cabello rubio oscuro.
Después de un largo viaje de cinco horas desde Madrid, finalmente llegaron al ansiado lugar. Cristina miraba por la ventana, admirando las vistas del querido edificio de piedra que tantos recuerdos albergaba. Rápidamente bajaron del coche ella y sus padres y fueron directos a la entrada del sitio, donde había distintas niñas de todos los cursos junto a sus padres.
-Cris! ¿Que tal? ¡Cuánto tiempo! Te he echado de menos!- gritó, debido al ruido que había, una chica bajita y de pelo negro.
-Hola Maca! Yo también, tenía muchas ganas de volver... Has visto a las demás? Creo que esa de ahí es Rosario pero no estoy segura- dijo intentando visualizar a una chica alta que estaba despidiéndose de sus padres. Rosario era una niña querida por toda la clase. Era muy risueña y simpática, todo el día sonriendo. Físicamente era muy alta, con pelo y ojos marrones.
-Si, creo que es ella- respondió Macarena.
Poco a poco se fueron sumando más y más chicas, y finalmente los padres de Cristina tuvieron que irse. Se despidieron y cogieron su coche rumbo de vuelta a Madrid, antes de que se hiciera muy tarde.
Mientras tanto, las niñas no tenían tiempo de echar de menos a sus padres, ya que tenían muchas cosas que hacer. Cristina, Macarena, Rosario y Teresa, una chica lista y tranquila de pelo castaño, se dirigieron a la enfermería para ver al ama de llaves, y así preguntar por su habitación. Allí se encontraron con Pilar y Lola, dos primas de lo más diferentes. Pilar era madura y de buenas notas, simpática con todos. Lola en cambio, era más infantil y de carácter muy fuerte, decía todo lo que pensaba a la cara y eso a veces le causaba problemas. Además, no sacaba muy buenas notas, menos en arte donde era la mejor de la clase.
Las niñas se saludaron y se pusieron al día mientras que Sara, la ama de llaves, le explicaba a Teresa cuál era su habitación ya que Teresa era la más responsable de todas las allí presentes.
Finalmente subieron las escaleras hasta el piso de las de tercero de la eso, el nuevo curso que iban a empezar. Les había tocado la habitación 4, a todas menos a Lola la cual estaba en la 2 con su grupo de amigas. Se dirigieron hasta allí y entraron con sus maletas. Cuando entraron se encontraron con Candela, una chica bajita de pelo castaño y ojos verdes, muy tímida, deshaciendo la maleta. La chica les sonrió a modo de saludo y se acercó a ellas para hablar de cómo habían pasado el verano. Después cada una se fue hacia su cama y empezó a deshacer la maleta.
Las camas eran pequeñas, lo justo para una niña de 15 años. Al lado derecho tenían una mesita de noche, con una lamparita y un pequeño cajón. Al lado izquierdo de la cama había un pequeño armario, de unos dos metros, donde cada niña guardaba su ropa y sus objetos personales. Cada habitación contaba con seis camas y un pequeño baño, con un lavabo, un retrete y una ducha. A parte de las distintas habitaciones, cada curso tenía su sala común, donde solían pasar el rato las tardes de invierno. En esa sala había una gran armario, lleno de juegos de mesa y libros para pasar el rato. También había dos sofás bastante grandes y puffs por todo el suelo.
Cuando las niñas terminaron de ordenar sus cosas, bajaron a cenar ya que ya eran las ocho y media. Una vez en el comedor, se dirigieron hacia la mesa de las de tercero, aunque Cristina casi se equivoca y se fue a la de segundo, su mesa del año pasado. Cuando por fin llegaron a la mesa de las de su curso, saludaron a las que aún no habían visto y se sentaron donde quedaban sitios libres.
Pero debido a que habían llegado un poco tarde, solo quedaban sitios sueltos y se tuvieron que sentar por separado. Maca se sentó junto a Nahiara y Cassandra, dos mejores amigas de pelo marrón las dos y se pusieron a hablar juntas. Nahiara era alta, extrovertida y el payaso de la clase. Hacia reír a todo el mundo con sus chistes y era un poco odiada por los profesores, menos por el de tecnología que le adoraba sin razón alguna. Cassandra era francesa y se había mudado el año pasado a España. A todo el mundo le hacía reír cuando hablaba con su acento francés.
Candela y Pilar se pusieron juntas al lado de Manuela, niña rubia de pelo muy rizado, y Ana, una niña muy guapa de ojos azules y pelo rubio.
Cristina y Rosario, el mejor dúo de la clase en deportes ya que ganaban fuera el deporte que fuera, se sentaron con Lola y Jimena, una niña de piel morena y pelo negro, un poco empollona, del grupo de Lola.
Finalmente, la cena terminó y cada curso se fue a su piso correspondiente para lavarse los dientes y ponerse el pijama. Como era el primer dia, las profesoras que tenían que vigilar que no hablaran por la noche fueron menos estrictas que normalmente y les dejaron hablar un poco ya que llevaban dos meses sin verse.
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Internado Saint Blyton
Teen FictionInspirado en torres de malory, esta historia va de un internado donde un grupo de niñas viven su experiencia en su internado de Galicia. Ahí vivirán numerosos recuerdos, buenos y malos. Lleno de anecdotas, misterios y aventuras.