Viernes, 9:30 AM
David
—Trae a la vieja.—
Doy las instrucciones desde el sofa con el vendaje de las costillas causándome picazón, dos costillas, me rompió dos costillas que para su desgracia ya empiezan a sanar.
Imbécil, debió matarme cuando tuvo la oportunidad pero su perra era mas importante, me pregunto que le ve de especial, por las fotos parece básica, no sabe defenderse; no es demasiado bonita, es insignificante en todo sentido, pero es bueno que se aferre, que se enamore; mientras mas la quiera, mayor sera mi disfrute arrancándole la piel frente a sus ojos. Veo el saco de huesos y piel atravesar la puerta y después de dos semanas ya debe haberse ablandado lo suficiente.
—Buenos días, ¿Que prefiere mensajes o llamadas?— Pregunto cuando la arrodillan frente a mi.
—Que te vallas al diablo.—
El golpe en la boca por parte de Monika la hace escupir sangre y baja la cabeza con lo que supongo es un mareo.
—Esto podría ser fácil, podrías simplemente llamar y nos evitaríamos las vueltas.—
Me levanto para moverla y colocarla en una silla, esta maltratada, esta cansada y definitivamente esta débil, deslizo la aguja en su abdomen, no pienso matarla por falta de su medicamento, la necesito viva para lo que quiero. — Vamos Gabriela, se que quieres volver a tu casa, descansar y voy a encontrar a tu hijo tarde o temprano, ¿Cuanto crees que tarde en preocuparse e ir a tu casa? Si viene a buscarte corre peligro pero si lo llamas solo hablaremos, solo necesito que haga algo por mi.—
Hablo masajeando sus hombros y tiembla como una hoja, dio pelea, para una mujer de 70 años es fuerte, entiendo por que Antonio le encargo cuidara mi hija, dio casi tanta pelea como el viejo que me quito seis de los hombres que envié a buscarlo, extiendo el teléfono delante de ella y aprieto el agarre.
— Soy un hombre de palabra; no tendrás que preocuparte por tu hijo después de llamar y tus encuentros conmigo terminaran, solo llámalo.—
Estoy seguro de que en otro momento resistiría, que en otros tiempos seria capaz de aguantar y negarse, pero esta cansada y es vieja.
—Gabriela— digo a agachándome frente a ella— solo necesito que tu hijo lleve un mensaje a mi esposa, no puedo acercarme porque esta demasiado custodiada y no quiero ponerla en peligro, tampoco quiero exponer a mi hija a un tiroteo y Eduardo puede entrar y salir de esa casa siempre que quiere.—
—No pienso entregarte a mi hijo ni ayudarte a torturar a Melissa; matame cuando te canses de jugar conmigo, porque de mi no vas a conseguir nada. ¿Crees que me asustas? — Dice mirandome a los ojos— Cuando naciste; cuando tenias el culo en pampers, yo ya tenia mil muertos al hombro, nada que puedas hacerme o decirme me va a romper, niño estúpido.—
Respeto su dedicación, ¿Que clase de madre seria si entrega su único hijo?... No puedo objetar ante la entrega materna, mi madre habría hecho lo mismo por mi, pero mi madre no estaría temblando con tan poco, no se habría dejado atrapar ni estaría pidiendo la muerte. Tengo paciencia, nunca me he desesperado.
Aprieto el agarre en sus hombros y beso la coronilla de su cabeza. — Ve a descansar Gabriela; Monica te llevara algo de comer y podrás tomar un baño, ve con ella.— Le hablo al estorbo que tengo que mantener a mi lado.— Nena; tratala bien, respétala y déjala dormir.—
Me mira sin entender lo que le digo y realmente me asquea la sumisión con la que ejecuta lo que digo sin siquiera cuestionarlo, pero me conviene tenerla cerca; de no ser por ella no tendría el acceso que necesito, no se compara con mi mujer, no se compara con la mujer que me importa, es lo único que me altera es saber que estaría a mi lado de no ser por la mierda que Jannett le metió en la cabeza, se que me ama y volverá, necesito mi Maboya si voy a reclamar lo que me pertenece y quiero a mi mujer a mi lado cuando regrese al lugar que me corresponde.
Paciencia, todo vuelve a su lugar. Tendra que pagar por abandonarme, las amigas están muertas aunque no lo sepa y sera ella misma quien le arranque la vida al maricon como parte de su castigo por permitir que la tocaran; las tradiciones se respetan. Paciencia.
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Eros -Borrador
RomanceNo existen salidas si todas las puertas llevan al mismo lugar; Raymond Vargas sabe esto mejor que cualquiera, estar exiliado parecía la oportunidad perfecta para cambiar su vida. -Solo las partes que no le gustan- Pero desaparecer y dejar todo atrás...