CHAPTER 10

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"No podemos ser algo más".

Esas palabras se repetían en bucle constantemente en la cabeza de Minjeong y sentía que le faltaba el aire, sin embargo, logró murmurar algo.

-¿Por qué... No? -Su voz era suave pero rota. Alzó la vista y se consiguió con que Jimin no se atrevía a mirarla así que asintió levemente. -Nisiquiera puedes verme a los ojos. -Se limpió las mejillas con frustración y sintió como la pelinegra tomaba sus manos.

-Me gustas, me has tenido pensando en ti desde el primer momento que te ví pero... No podemos estar juntas, bebé. -Logró hablar suavemente aunque lágrimas escapaban de sus ojos. Winter apretó sus manos.

-¿Es por que tu vida es difícil? ¿Es por tu padres? Jimin, necesito una razón. -Minjeong se estaba desesperando y sentía que iba a perder la cabeza. -¿Hay algún problema conmigo? Prometo darte todo y más, solo dame la oportunidad.

-No, no se trata de ti, yo... No puedo. Es complicado y no quiero arrastrarte a eso. -Minjeong se acercó un poco más y tomó el rostro de Jimin entre sus manos con delicadeza a pesar de morir por dentro.

-¿Es por ti? Puedo esperarte, no necesito una respuesta hoy, solo pido que lo consideres... Me gustas, Yoo Jimin, no puedo simplemente hacer como que no sentimos nada. -Jimin negó y suspiró lentamente.

-Estoy rota. -Dijo secamente y por alguna razón todo se detuvo por un momento. Karina alzó la mirada y sonrió tristemente. -Hay muchas cosas que no sabes, Min... Créeme, no querrías estar con alguien como yo. Seré un problema y una carga para ti, no quiero eso.

Minjeong tragó pesado sin saber qué más decir así que solo pudo abrazar con fuerza a la contraria pero esta se removió un poco incómoda así que se alejó y notó que la pelinegra tenía una pequeña mueca de dolor. Su corazón se terminó de romper pero se armó de valor y mostró una sonrisa para luego acariciar el cabello de Jimin.

-Eres perfecta. Voy a esperarte. Nos gustamos y sé que ambas podemos sentir esa conexión tan fuerte que tenemos, no hay razón para no intentarlo. -Jimin miró a la menor y se acercó para besarle la nariz.

-Gracias, a veces tu pareces la mayor en todo esto. -Minjeong sorbió su nariz y soltó una pequeña risa.

-Es porque tu también eres un bebé que necesita ser cuidado, amado y respetado. -Besó las manos de Jimin y luego se puso de pie con cuidado de no parecer descortés. -Debo irme.

-Oh... Si, lo siento. -Se puso de pie y le dió un fuerte abrazo a Minjeong. Al separarse dudó un poco pero por fin habló. -Tengamos una cita, mañana, tu y yo. -Y ahí estaba esa chica de la hermosa sonrisa que siempre intentaba coquetear con la menor.

¿La verdad? Ambas estaban destrozadas pero siempre eran fuertes la una para la otra y eso no iba a cambiar. Karina estaba destrozada por un montón de cosas que Winter desconocía por completo y de las cuales no era capaz de hablar en voz alta. Winter por su parte, se sentía frustrada e inútil al no poder hacer algo por la mayor, también estaba rota pero al menos quería intentar. Winter era menor por muy pocos años sin embargo, quería darlo todo, ¿Primer amor? Si, era su primer amor pero Minjeong sentía algo inexplicable hacía Karina.

-Acepto. -Le regaló su mejor sonrisa y volvió a abrazar a la mayor pero esta vez lo hizo como si fuera la última vez, como si quisiera guardar en su ser su escencia por siempre.

Ambas se separaron luego de que Karina se negara a que Winter la acompañe hasta su casa y Karina nunca pedía acompañar a la menor.

Todo el camino a casa fue una tortura y Winter sentía que moría lentamente, ¿Por qué? ¿Por qué le dolía tanto? ¿Por qué debía sufrir si solo quería amar y ser amada? No lo entendía.

Esa noche no pudo dormir, tampoco comer o hacer algo para animarse a si misma; sentía mucho asco. No quería ver a nadie y solo quería encerrarse en su habitación por siempre. No quería ver a nadie y solo pudo llorar mientras golpeaba la pared hasta que incluso sintió que nisiquiera valía la pena como para lastimarse. Pasó una pésima noche pero irónicamente lo que la calmó era recordar el rostro y el ánimo tan brillante de esa misma chica que le rompió el corazón.

Karina por su parte vivía un infierno cada día y noche de su vida, era algo que nunca contaba y algo que había vivido durante muchos años de su vida. Estaba rota, si pero razones que destrozarían a cualquiera.

Su familia era perfeccionista y Karina era constantemente comparada con su hermana mayor la cual parecía ser perfecta, no comería errores y siempre recibía elogios por parte de todos pero ella no, era la niña tonta de sueños tontos que no era profesional y que solo manchaba el apellido de su familia o eso decían sus padres.

Había perdido a su padre biológico cuando era pequeña y sufrió mucho a causa de eso. Lamentablemente sin su guardián la vida no fué justa con ella y sufrió abuso varias veces por un familiar a quien aborrecía. Cuando creció tuvo que aguantar a su padrastro quien nunca la respetó y le sembró un miedo inimaginable dentro de ella. Karina con sus 19 años siempre fué dependiente de sus padres porque así le hicieron ver y creer, nisiquiera podía vestirse a su gusto si su madre no lo aprobaba e incluso sus comidas eran controladas y si por alguna razón decidía negarse, su padrastro tenía el "derecho y autoridad" de reprenderla usando la fuerza.

Se sentía sola y destruida, no tenía razón ni motivos para sonreír pero debía hacerlo. Su vida no iba bien a excepción de Minjeong, estaba enamorada de esa chica preciosa de mejilla rellenitas y carácter serio pero amistoso, estaba a sus pies pero no podía corresponder, sus padres jamás la aceptarían y ella no podía cargar con el odio de su familia por segunda vez en su vida.

Y ahí estaba la diferencia; Winter daría todo por ella y se enfrentaría a todos pero Karina no.

¿Serías mi nada? - WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora