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NOTA: ESPERO LES GUSTE ESTE CAPITULO. YA SABEN NO OLVIDEN DE VOTAR PORQUE ESTAMOS EN LOS ULTIMOS CAPITULOS DE ESTE LIBRO. GRACIAS POR EL APOYO INMENSO QUE LE HAN DADO.


Amelia.

Luego de hablar para la cancelación del proceso con la persona que estaba haciendo el contrato de mi nuevo apartamento me voy a tomar un café con mi mejor amigo.

-¿Cómo van las cosas?-me pregunta mientras esperamos nuestro pedido, sonrío y él lo nota-¿Estás feliz con esta nueva etapa de tu vida, cierto?-pregunta y asiento feliz como una niña que le han comprado su barbie favorita.

-Me va muy bien...ya llevamos una semana viviendo juntos y aunque ha sido un poco complicado porque igual tengo que hacer mis obligaciones como mujer de casa no me quejo en lo absoluto, en la mañana estudio lo que me gusta, en la tarde trabajo y en las noches Daniel tiene preparada la cena y los tres nos sentamos en la mesa de comedor a comer mientras conversamos de nuestro día, luego Sebas se va a su habitación y yo me encargo de limpiar la cocina y arreglar el poco desorden que hay en casa...nos repartimos muy bien las obligaciones-hablo y mi mejor amigo sonríe al verme feliz-estoy viviendo algo que pensaba que nunca lograría...aunque Sebastián no es mi hijo lo quiero como si lo fuera aunque está claro que no pienso tomar el lugar de su madre Nathalie-asiente entendiéndome-aunque también se nos ha complicado tener relaciones por temas del niño pero es algo que con el tiempo nos la arreglaremos-se ríe por lo que digo y cuando llego nuestros cafés con las porciones de tarta de manzana que hemos pedido mi estomago se revuelve.

Mi amigo ve mi cara de asco y no entiende. Tomo mi cuchara y apenas intento comer el primer bocado me provoca una arqueada y corro directo al baño de la cafetería, vomito y luego de varios segundos me levanto del piso y escucho unos golpes en la puerta.

-¿Estás bien amor?-pregunta Owen, mi amigo del trabajo que está cumpliendo con su turno. Al parecer se percató lo que me pasó con el pedido que nos llevó a la mesa.

Le abro la puerta y entra cerrando con seguro.

-¿Todo bien nena?-pregunta y me inspecciona, niego y me enjuago la boca con el agua del grifo.

-Me dio asco el pastel de manzana que nos llevaste-hablo y lo miro por el espejo, veo lo pálido que está-¿Qué?-pregunto sin entender su cara de horror.

-Que el pastel de manzana es tu postre favorita y es imposible que te...-se calla y empieza a pensar mirando hacia todos lados-¿hace cuanto fue tu último periodo?-pregunta y me encojo de hombros-¿has tenido antojos? ¿has sentido mareos?-pregunta mordiéndose las uñas de las manos.

-No se, soy irregular pocas veces y no he tenido antojos...bueno tuve un mareo hace una semana mas o menos porqu...-es donde todo se distorsiona ante mi vista y mi cuerpo me obliga a sostenerme del lavamanos.

-Necesitamos ir a una farmacia ya a comprar una prueba de embarazo-al escuchar algo que me negaba a decir mi cuerpo se queda petrificado.

-¿Qué?-pregunto asustada.

-Si cariño, puede que estés en embarazo y necesitamos sacarnos de dudas ahora mismo, ven retiraré los platos de la mesa para que te quedes en la cafetería mientras yo te cuido y le pediré a Gregory que vaya a la farmacia por una prueba así salimos de dudas de inmediato-asiento y lo sigo cuando me toma de la mano.

Greg no entiende porque le quitan el postre de la mesa y solo nos dejan un café, luego me pregunta varias veces porque estoy pálida pero no soy capaz de responderle por lo que agradezco que mi amigo Owen sea mi voz y le informe todo, Greg ahoga un grito y hace caso a lo que le dice Owen.

El doctor imbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora