Akira se despide de sus amigas con algo de prisa, saliendo de la clase de teoría del color para dirigirse a las puertas principales de la escuela. En hora y media tiene una entrevista de trabajo y no puede llegar tarde por lo que con cierta rapidez sale de la universidad para de esa manera no encontrarse a demasiada gente en la calle.
A sus amigas siempre les había hecho gracia que aún teniendo carnet de conducir y coche, ella siempre fuera caminando a todos lados, aunque entendían que le diera miedo y le agobiara cogerlo por su mala orientación, pues siempre ha sido alguien que se estresa demasiado rápido cuando las cosas no salen como quiere, por lo que, conducir es algo que no puede controlar prácticamente nada más allá de su propio coche.
Por suerte la cafetería, en la que tendría la entrevista, estaba relativamente cerca del piso en el que vivía, el cual pertenecía a sus tíos por lo que al menos se ahorraba ese dinero.
Al salir de la facultad, casi termina en el suelo, debido a un chico que estaba caminando en dirección a las facultades, a toda prisa. Ella, quien con una facilidad impresionante ubica a cada uno de sus compañeros de generación, nota que es la primera vez que le veía y aunque no pudo fijarse mucho en él, si se dio cuenta de que era bastante atractivo. Al ir caminando, uno de sus libros cae, por lo que da un par de pasos hacia atrás para recogerlo y volver a dirigir su mirada hacia el chico, cuya presencia se robó toda su atención. Akira observa como entra en la facultad que hay frente a la suya, donde estaban alguna de las carreras relacionadas con las ciencias, si mal no recuerda.
La joven consigue salir del trance en el que se había quedado al ver a ese chico y empieza a caminar nuevamente para dirigirse hacia su piso y poder prepararse decentemente. Uno de sus sueños siempre había sido trabajar en una cafetería, no sabía muy bien porqué, aunque seguramente, se había dejado llevar por la "experiencia" del olor a café, la inspiración artistica que surge al entrar a esos lugares, el ver a la gente trabajar o platicar tranquilamente, como si estuvieran en un tipo de oasis dentro de la caótica ciudad; era eso o porque había leído demasiados libros de romance con esa temática.
– Hay que ser boba para creer que me pasara eso a mí — susurra en voz alta. Tras quince minutos caminando llega a su piso y entra, dejando sus cosas en la sala de estar yéndose a la habitación para bañarse y prepararse.
Una vez termina todo, sale rumbo a la cafetería, pone el GPS por si acaso y empieza a caminar mientras piensa en cómo debería actuar en la entrevista. Sabe que debe ir relajada y mantener la calma; dos cosas que le cuestan mantener cuando sabe que está siendo evaluada. Mientras intenta relajarse, se le pasa por la mente la imagen del chico que había visto en las cercanías de la facultad, recordando que él llevaba un café en la mano. "Vaya coincidencia" piensa, a la par que se da cuenta que está llegando a la cafetería.
Al entrar, saluda a un par de camareras, quienes le sonríen amablemente. Una de ellas, Emma, la guía hacia donde se encontraba el lugar donde la van a entrevistar por lo que le agradece y se queda ahí esperando a que la mujer la avise para poder entrar y empezar con la entrevista.
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Café y amor: un mocha para dos
RomanceCuando Akira empieza a trabajar en la acogedora cafetería "El Refugio", no imagina que su vida cambiará por completo. Cada mañana, Daemon entra al local y pide siempre el mismo café. Lo que comienza como una simple transacción diaria pronto se convi...