La clase de la señorita García

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El timbre que marcaba la hora de despertarse sonaba por todo el colegio. Las niñas, la mayoría a regañadientes, se fueron levantando poco a poco. Hoy era el primer día, el lunes 5 de septiembre. Cris se levantó y fue directa al baño, a asearse, mientras que Rosario, la mas vaga de todas, seguía tapándose la cara con la almohada, preguntándose porque se había acostado tan tarde la noche anterior.

Finalmente todas se alistaron y se pusieron el uniforme que llevaban dos meses sin ponerse. Cuando ya estuvieron listas, bajaron todas juntas al comedor.

Debido a que era el primer desayuno del curso, las cocineras se habían lucido; cruasanes, napolitanas, tostadas con jamón y aceite, mermelada de albaricoque, crepes y todo tipo de zumos. Las niñas lo disfrutaron a más no poder.

Una vez el desayuno terminado, se fueron todas a rezar las oraciones de la mañana y a lavarse los dientes.

Cassandra, la francesa, tardaba un poco en prepararse y siempre se olvidaba los libros ya que era muy despistada. Eso hizo que se quedara tiempo de más buscando su reloj, mientras Nahiara, su mejor amiga, la esperaba. 

- De verdad que no lo entiendo! Lo puse allí antes de irme a dormir!- dijo la francesa con su peculiar acento

- Mira debajo de la cama, o dentro del armario, pero date prisa que vamos a llegar tarde- se quejó Nahiara algo preocupada

Mientras estas dos se quedaban buscando el reloj, las demás niñas ya habían llegado a clase. Cris y Rosario corrieron a más no poder para cogerse una mesa en la última fila. Las demás niñas intentaron hacer lo mismo, pero no todas lo consiguieron. 

Finalmente, mientras todas hablaban de su verano, entró en la sala  la señorita Garcia, la tutora de tercero. Todas las alumnas del colegio, fueran del curso que fueran, le tenían mucho respeto ya que se trataba de una persona seria. Pero aún así era muy querida por todos. 

La primera en verla aparecer fue Yuna que, por desgracia para ella, le había tocado un sitio en primera fila. Corriendo gritó un "shhh" que llamó la atención de las demás, quienes se giraron a ver a la profesora entrando. Todas se callaron de golpe y se sentaron cada una en su sitio. 

- Buenas tardes -dijo con una sonrisa- bienvenidas al nuevo curso de tercero.

- Gracias -respondieron todas al unísono 

- Bien, primero de todo, quiero deciros que tercero no es un curso muy difícil, pero que hay que estudiar y currárselo. Ya no estáis en segundo, donde todo son risas. Ahora tenéis que poneros las pilas, pero si lo hacéis, no os parecerá muy complicado. También os recuerdo que tenemos que hacer las elecciones de delegadas antes de la semana que viene. Yo no os conozco aún así que confío en que vosotras sabréis elegir bien. Dicho esto, espero que tengáis un buen curso y que podamos llevarnos bie...

El ruido de la puerta abriéndose la interrumpió.

-Pardon! Digo perdón! No encontraba mi reloj señorita García -se disculpó Cassandra, seguida de Nahiara

La profesora frunció el ceño, odiaba los retrasos, según ella, eran la peor falta de respeto que existía.

- Pasen, y que no se vuelva a repetir

- Gracias señorita - agradeció Nahiara mientras se sentaba en el único sitio que quedaba libre, en primera fila delante de la pizarra

Mientras, sentadas al fondo, Cristina, Rosario y Manuela se reían de la situación. Ellas sabían perfectamente que la profesora no soportaba los retrasos de las alumnas, y menos el primer día.

Cuando la clase terminó, se dirigieron al patio, cada una con su grupo de amigas. Rosario, Macarena, Cristina y Candela se sentaron en la hierba mientras planeaban cómo iba a ser su  curso.

- Lo primero que voy a hacer cuando nos den tiempo libre esta tarde es ir a apuntarme al equipo de hockey -mencionó Cristina la cual amaba los deportes.

- Yo igual, y cuando empiece el buen tiempo, haré lo mismo con los partidos de tenis -contó Rosario con la mirada iluminada. Rosario y Cristina eran las mejores en deporte de todo el curso. Y cuando se ponían juntas por pareja, eran un dúo invencible.

- Yo estoy deseando que empiece el buen tiempo para que abran la piscina -contó Maca emocionada

A esta conversación se sumaron Pilar y Teresa, quienes se sentaron entre Candela y Macarena.

El timbre del final del recreo sonó, y cada curso volvió a sus respectivas clases.




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⏰ Última actualización: Jun 06 ⏰

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Internado Saint BlytonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora