Febrero 2022
La tensión entre Maddy y Pablo no disminuía. Aunque había pequeños destellos de esperanza, cada intento de acercamiento parecía terminar en frustración. Una noche, después de un día particularmente difícil en el que Pablo había evitado toda interacción con ella, Maddy decidió que era momento de enfrentar las cosas cara a cara.
Se dirigió a la habitación de Pablo, tocó la puerta con firmeza y esperó. Gavi abrió la puerta, luciendo sorprendido al verla allí.
—¿Qué pasa? —preguntó él, con el ceño fruncido.
—Necesitamos hablar, Pablo. Ahora —respondió Maddy, su voz decidida.
Gavi suspiró y abrió la puerta para que Maddy entrara. Ella se sentó en una silla cerca del escritorio mientras él se dejaba caer en la cama, claramente molesto por la interrupción.
—¿Qué quieres? —dijo Pablo, cruzando los brazos.
Maddy lo miró fijamente, tratando de mantener la calma.
— Quiero entender por qué me odias tanto. Desde que llegué, he intentado ser amable contigo, pero parece que nada de lo que hago es suficiente. ¿Qué es lo que realmente te molesta?
Pablo la miró con frialdad, su expresión endurecida.
—¿Quieres saberlo de verdad? —respondió con una voz afilada—. No te soporto porque eres una persona falsa, Madelaine. Finges ser esta chica perfecta y agradable, pero sé que no es más que una fachada.
Maddy sintió como si le hubieran dado un golpe en el estómago. Trató de mantener su compostura, pero las palabras de Pablo le dolieron profundamente.
—¿Falsa? —repitió, incrédula—. ¿Eso es lo que piensas de mí?
—Sí —respondió Pablo, sin titubear—. Todos esos desayunos, todas esas sonrisas... No es más que un intento desesperado de hacer que todos te quieran. Pero yo no caigo en eso, Madelaine. No puedes engañarme.
Las lágrimas comenzaron a llenar los ojos de Maddy, pero se negó a dejar que cayeran.
—Gavi, te juro que todo lo que he hecho ha sido con sinceridad. Solo quiero llevarme bien contigo, eres el mejor amigo de mi hermano.
Gavi se levantó de la cama, agitado.
—No es solo eso. Es que estás siempre en medio de todo. No puedo pasar tiempo con Pedri sin que tú estés ahí, invadiendo nuestro espacio. Siento que no puedo respirar con tu presencia constante.
Maddy se puso de pie también, tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—Entiendo que extrañas a tu amigo, pero yo también soy su hermana. Y también tengo derecho a estar aquí y a pasar tiempo con él. No estoy tratando de reemplazarte ni de alejarte de Pedri. Solo quiero ser parte de su vida.
Pablo apretó los puños, tratando de contener su frustración.
—¿Sabes qué, Madelaine? Tal vez sea mejor que simplemente aceptes que no todos te van a querer. Yo no te quiero aquí, y eso no va a cambiar.
Las palabras de Pablo finalmente rompieron las barreras emocionales de Maddy. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y ya no podía contenerlas.
—No esperaba que me quisieras, Pablo. Solo quería llevarme bien contigo, pero está claro que eso no va a pasar —dijo, su voz quebrada—. Si piensas que soy falsa, no hay nada más que pueda hacer para cambiar tu opinión.
Pablo la miró, su expresión suavizándose ligeramente al ver su dolor, pero no dijo nada.
Maddy dio un paso hacia la puerta, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano.
—Lo siento si mi presencia te molesta tanto. Intentaré no interferir más en tus planes con Pedri.
Con esas palabras, salió de la habitación, dejando a Pablo solo con sus pensamientos. Él se dejó caer en la cama, sintiéndose un poco culpable pero también aliviado de haber expresado lo que sentía.
Maddy, por su parte, se encerró en su habitación y se dejó caer en la cama, sintiéndose más sola que nunca. Había tratado de hacer todo bien, de ser amable, pero nada parecía funcionar con Pablo. Sentía que había fracasado en su intento de integrarse y no sabía qué más podía hacer.
Los siguientes días pasaron lentamente. Maddy evitaba a Pablo tanto como podía, y él hacía lo mismo. Pedri y los demás notaron la tensión, pero nadie sabía exactamente qué había pasado entre ellos. La casa, que antes estaba llena de risas y conversaciones animadas, ahora se sentía pesada con el silencio y la incomodidad.
Madelaine se sentía muy herida por las palabras de Pablo, seguía repitiendo en su mente esa conversación. Esa conversación la había puesto a reflexionar sobre su vida. "Mirrorball" de Taylor Swift había estado en su cabeza los últimos días.
"Mirrorball" una canción que habla sobre ser una persona que refleja las emociones y deseos de los demás, siempre tratando de complacer y encajar en diferentes contextos. Maddy había pasado gran parte de su vida intentando ser esa persona. Había aprendido a adaptarse a cualquier situación, a cambiar su apariencia y comportamiento para encajar mejor con quienes la rodeaban. Tal vez por eso todo el mundo parecía amarla, pensó, al fin y al cabo tal vez Pablo tenía razón. La letra de la canción le recordaba cómo siempre había tratado de ser una versión brillante y perfecta de sí misma para hacer felices a los demás.
En su familia adoptiva, aunque siempre se sintió amada, Maddy también sintió la presión de ser la hija perfecta. Quería asegurarse de que sus padres adoptivos nunca se arrepintieran de haberla acogido, así que se esforzaba al máximo en todo lo que hacía. Se convertía en un "espejo de bolas", brillando intensamente y reflejando lo que los demás esperaban de ella. toda su vida habia sido asi
La línea de la canción que dice "I'll show you every version of yourself tonight" resonaba especialmente con ella. Había tantas versiones de Maddy: la hija perfecta, la actriz más famosa y aclamada de su generación, la amiga divertida y comprensiva, la estudiante brillante. Pero a veces se preguntaba si alguien realmente conocía la versión auténtica de ella misma, la Maddy que existía sin tratar de cumplir con las expectativas de nadie.
Por otro lado, Pablo Gavi al parecer había escogido la opción de odiarla, poco él sabía lo hija de puta que podía llegar a ser Madeleine con su actitud indiferente.
no se que haría sin ti Taylor 🫶🏻
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The alchemy | Pablo Gavi
FanfictionMadelaine González, la estrella en ascenso de Hollywood y hermana del famoso futbolista Pedri González, se muda a Barcelona. Allí conocerá a Pablo Gavi, la joven promesa del Barça y mejor amigo de su hermano. ¿Qué pasará cuando Madelaine intente ad...