Capítulo 13

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—Okey, Rudy, necesito que parques esta nave bien maquiavélico —dijo Alexa, su voz firme y decidida.

—Déjamelo a mí —respondió Rudy con una sonrisa confiada, ajustando los controles de la nave.

—¡Sosténganse! —advirtió, mientras la nave comenzó su descenso hacia la isla.

El descenso fue vertiginoso. Rudy maniobró con destreza, sorteando la densa vegetación y las estructuras defensivas de la fortaleza. La nave vibraba intensamente, pero Rudy mantuvo el control firme, sus ojos enfocados en el aterrizaje.

Finalmente, impactaron en la isla con un golpe sordo, pero todos salieron ilesos.

—¡Hay que movernos! —exclamó Alexa.

Rudy presionó un botón en el panel de control y unas patas se desplegaron desde la nave, estabilizándola en el terreno irregular.

—Carajo, soy todo un experto en esto —dijo Rudy con orgullo.

Presionó otro botón y la IA de la nave anunció: —Activando pedo de insecto.

Un gas tóxico se liberó desde la nave, extendiéndose rápidamente por el área. Los soldados de Victoria cayeron al suelo, incapacitados por el gas.

—Vamos, es nuestra oportunidad —dijo Alexa.

Milagros abrió una puerta y bajó de la nave junto a Alexa.

—Deberías quedarte aquí —insistió Alexa, preocupada por la seguridad de Milagros.

—No, voy contigo —respondió Milagros, su voz firme. No iba a dejar que Alexa enfrentara esto sola.

Alexa asintió, sabiendo que no podía cambiar la decisión de Milagros. Se movieron con rapidez, avanzando hacia la entrada del pozo central mientras Rudy y el resto de la familia se aseguraban de que los soldados no se levantaran.

El gas comenzaba a disiparse, pero ya habían avanzado lo suficiente. Se adentraron en el pozo, descendiendo por una serie de escaleras de metal que crujían bajo sus pies. La luz era escasa, pero Alexa había venido preparada, activando una linterna que llevaba en su equipo.

—Estamos cerca —dijo Alexa, revisando su dispositivo holográfico que mostraba el mapa de la fortaleza.

Llegaron a una puerta reforzada que conducía al interior de la base. Alexa usó un dispositivo de hackeo para desactivar las cerraduras, y la puerta se abrió con un chirrido.

—Mantente alerta —le susurró Alexa a Milagros.

Entraron en un pasillo largo y oscuro, sus pasos resonando en el silencio. Se movieron con cautela, sabiendo que cualquier error podría alertar a los guardias restantes.

De repente, se escucharon pasos apresurados acercándose. Alexa hizo una señal a Milagros para que se ocultara en una alcoba cercana. Ambas esperaron, conteniendo la respiración, mientras un grupo de guardias pasó corriendo, aparentemente sin notar su presencia.

—Vamos —dijo Alexa, saliendo de su escondite y avanzando rápidamente por el pasillo.

Finalmente, llegaron a una sala de control donde podían ver las cámaras de seguridad y monitorear los movimientos dentro de la base.

—Tenemos que encontrar a Jaime —dijo Milagros, revisando las pantallas.

Alexa asintió, su rostro decidido. Sabían que Jaime estaba en algún lugar de esa fortaleza, y no iban a detenerse hasta encontrarlo.

 Sabían que Jaime estaba en algún lugar de esa fortaleza, y no iban a detenerse hasta encontrarlo

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𝗡𝗜𝗡𝗘𝗧𝗘𝗘𝗡 ||Blue Beetle||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora