Capítulo 24

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Consciente del vídeo el señor Miranda ahora se encontraba delante de la reja que lo separaba por una vez más de su hijo, luego de haber pasado minutos junto con Jazmín quién logró que aceptará los cargos y pidió perdón, ahora todo el poder radicaba en Lucas quién aún se mantenía firme en su posición.

— Padre, sacame de aquí por favor. —Pronunció al aferrarse sobre la reja.— Lo que hice estuvo mal, estoy arrepentido... ¿Tú si me crees, verdad? —Entre lágrimas consiguió quebrar el corazón del padre.— Por favor, quiero irme a casa.

— Yo también quiero eso, pero... Tal vez es una señal de Dios, es una señal para corregir tus malas acciones.

— Eso fue hace tiempo, el César del pasado ya murió, yo soy diferente ahora ¿Acaso no escuchaste a mi jefe? Hago mi trabajo perfectamente, eh logrado un incremento de ingresos a la empresa y-

— Me alegra saber que sí haz echo cambios en tu vida, el ejercicio y el trabajo, incluso tienes una relación estable aunque no sea de nuestra posición social me haz demostrado que la amas realmente. —Ante sus palabras consiguió que César se limpié las lágrimas.— Pero para que todo tenga un nuevo inicio existen pasos que seguir, tienes que hacerte responsable de tus acciones y entonces serás un hombre derecho.

— ¿Me dejarás aquí?

— Eh investigado y el abogado me indico que no pasarías mucho tiempo, un año o dos como máximo si te portas bien entonces-

— ¿Vas a abandonarme?

— Hago esto por tu bien.

— No quiero esto, quiero irme a casa... Te prometo que seré mejor, por favor padre llévame contigo. —Como si el tiempo hubiera retrocedido quién ahora se encontraba era aquel niño con los ojos llorosos y la mirada inocente.— Por favor, no me dejes.

— Me lo vas a agradecer más adelante. —Sergio decidió salir de la sala de detención, mientras todavía podía escuchar el llanto de su hijo y la palabra "papá" que se repetía constantemente como un eco.—


La señora Matilde preparó el almuerzo, la familia se reunió en la mesa sin ningún tema de conversación porque había mucho que decir, al finalizar el padre de familia subió al cuarto principal para poder dormir después de una noche tormentosa.


— ¿Me odias, ahora? —La voz de Lucas logró sacar a Jazmín de sus pensamientos.—

— Sé que es lo correcto, sé que debería sentir odio y resentimiento pero no puedo hacerlo. Lo amo Lucas, lo amo tanto que no importa lo que haga, lo seguiré amando.

— Te voy a ser sincero, por un momento pensé en olvidarlo y deshacerme de la evidencia... —Ante aquella confesión dirigió la vista sobre el jardín.— Durante años quería tener un padre, en cada evento del colegio todos los niños tenían a sus padres juntos y lo envidiaba demasiado, era consciente que no tenía padres así que siempre me sentí solo.

— No todos esos niños viven felices por tener a sus padres juntos.

— Aquí lo tuve todo, cuando no tenía memoria me sentía amado y entonces apareció él. Sé que César no era la mejor persona, tenía sus errores y defectos, pero creí que podía cambiar. —Dio un suspiro al devolver la mirada fija sobre Jazmín.— Mi prometida tenía razón, haber tenido esperanzas en mi hermano fue mi peor error.

— Lo siento Lucas, pero no puedo estar de acuerdo contigo. —Jazmin se puso de pie dirigiéndose hacia el portón, al tomar un taxi pudo volver al departamento en donde lo único que podía hacer era llorar.—

Cuando la casa se quedó en silencio, el padre se mantenía dentro del cuarto mientras admiraba aquel álbum de fotos, en cada una había proyectado el crecimiento de César y era evidente como aquel brillo de inocencia se iba perdiendo en cada año. Por otro lado, Lucas había planeado irse a dormir aunque sus pensamientos no lo dejaron, al bajar las escaleras decidió prepararse un té para lograr la calma por unos instantes.


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