Capitulo 12

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Inuyasha's POV-

No podía creer que esto estaba pasándome, sentí mi corazón romperse al divisar lágrimas recorrer el rostro de Kagome, puse ambas manos en el hombro de Sango y la aparte de mi cuerpo con sutileza, no sabía cómo actuar o que decir, repentinamente mi voz se había ido y mi garganta había quedado seca. Kagome caminó cabizbaja lentamente en nuestra dirección.


‒ Kagome ‒ susurré cuando pasó a mi lado sin siquiera mirarnos ‒ Kagome ‒ la llamé más alto.



‒ No te molestes en llevarme, que pasen una buena noche ‒ comentó tétricamente dándonos la espalda y luego de eso corrió rumbo a la puerta. Quería correr tras a joven y pedirle disculpas, me sentía culpable por hacerla llorar.



‒ Perdóname ‒ susurró la castaña sacándome de mis pensamientos, podía sentir la culpa en sus palabras por lo que le sonreí débilmente para tranquilizarla.



‒ Sango eres una mujer muy bella ‒ aseguré.



‒ No digas esas palabras, ‒ ordenó cortando mi discurso ‒ no me digas que encontraré a otro que me amará y que esto no puede ser, no me lo digas por favor ‒ susurró con lagrimas en los ojos y yo suspiré frustrado. ‒ Yo te quiero, creo que te amo, ‒ agregó ‒ Kagome es muy buena pero ella no sabe amar, ella solo atrae sufrimiento y vos necesitas amor ‒ aseguró dando un paso para acercarse más a mi e intentando tocar mi rostro con una mano.



End Inuyasha's POV-



Kagome's POV-



No supe que hacer, sentía ganas de gritar, llorar y aunque me resultaba impensable deseaba saltar sobre Sango y apartarlo de mi Inuyasha (por los cabellos) pero hice lo más tonto, huí. Sabía que Inuyasha era un hombre que vendía su cuerpo, así también sus besos y caricias pero verlo con Sango fue un golpe duro, soy una tonta e ingenua pero creía que yo era alguien especial para el joven, no tenía derecho a pedirle fidelidad pero mi estúpido corazón no entendía eso y sufría por no ser correspondido con la misma intensidad.



Por primera vez caminar y ver a los demás no me daba felicidad, veía a las parejas reír o hacerse demostraciones de cariño, no sabía a dónde ir no podía volver al apartamento de Inuyasha y verlo en la intimidad con Sango.



Divisé una plaza que a estas horas se encontraba desértica, era eso lo que necesitaba, pensar y pasar la noche lejos.



Hoy serás la afortunada que conocerá el cielo entre esos brazos ‒ pensé y una clara imagen de ambos entregándose al placer en nuestra cama me azotó, sacudí la cabeza intentando eliminar esos pensamientos pero parecía que esa visión se había grabado en mi retina y era recreada una y otra vez.



Caminé hasta el puente que se encontraba sobre el pequeño estanque, miré mi reflejo en el agua, y pude entender el desinterés de Inuyasha, me veía pálida después de lo ocurrido con Kouga poco comía, aunque me maquillaba se veía claramente los moretones provocados aquella noche y esa mordida, me había marcado como si fuera yo uno de sus ganados y por ello Inuyasha ya no me quería, mis lágrimas caían mezclándose con el agua, aún así no lograba aplacar el dolor que sentía, amar y no ser correspondido duele y solo el que lo haya experimentado podría comprender que es preferible el dolor del cuerpo que la opresión en el alma.

El amante Perfecto (Inuyasha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora