Capítulo tres

135 21 0
                                    



—¿Virgen? —terminó Ohm la frase por él. Fluke dejó escapar un estrangulado suspiro—. ¿Pensabas que no me habría dado cuenta?

—Lo esperaba, sí — Fluke se mordió los labios.

—¿Para creer que no había ocurrido nada? ¿Quieres ser un virgen profesional? —se burló Ohm—. La próxima vez que decidas criticarme, caro, recuerda que tú eres la persona equilibrada que prefiere el sexo anónimo con un extraño que acostarse con su prometido.

—¡Yo no prefiero el sexo anónimo!

—Entonces sabías quién era yo.

—No tenía ni idea. Y tú tampoco sabías quién era.

—No, desde luego. Y la definición del diccionario de sexo anónimo es

mantener relaciones carnales con alguien a quien no se conoce.

—Mira, no sé por qué le estás dando tanta importancia al asunto.

Cualquiera que te oiga pensaría que te drogué o algo parecido

—protestó Fluke—.

Ocurrió y no pienso enfadarme conmigo mismo por ello. Y, para tu información, a mí me hubiera gustado mantener relaciones sexuales. Era Will quien no... —de nuevo, no terminó la frase, mortificado por haber hablado demasiado de nuevo.

—¿Tu prometido no quería acostarse contigo? —preguntó Ohm.

Cualquier hombre que no hubiera querido acostarse con él tenía que ser un gran imbécil.

—Se enamoró de otra persona y... mi vida personal no es asunto tuyo—replicó Fluke.

—Ya, claro, dime qué más debo pensar. Apareciste de repente fingiendo ser un chico de la limpieza... dices que no querías acostarte conmigo, pero al final lo hiciste de todos modos.

—Yo no lo planeé. Fue un accidente... no sé, sexo por compasión.

Se arrepintió inmediatamente de haber dicho eso porque era mezquino, además de una mentira. Pero había veces en las que sólo funcionaba una mentira y él estaba desesperado.

—Sí, por supuesto, caro —dijo él, irónico.

—Ah, ya. Hace un minuto era capaz de acostarme contigo para conseguir un artículo y ahora, de repente, me acosté contigo porque eres totalmente irresistible, ¿es eso? A lo mejor sólo sentía curiosidad. Nunca me había acostado con un ciego.

—Nunca te habías acostado con nadie.

—Pues espero que eso te haga sentir especial —dijo Fluke, enfadado—. Y no entiendo por qué estás tan enfadado conmigo. A menos que sea porque te molesta que viera más allá de tu fachada de hombre todo poderoso. No te preocupes, sé que lo que pasó no era nada personal.

—¿No era personal?

—Tú necesitabas a alguien y yo estaba allí.

Ohm arrugó el ceño, apartando de sí el recuerdo de lo que había sentido cuando lo tuvo entre sus brazos. Saber que era su primer amante lo había sorprendido, pero también lo había excitado, más de lo que hubiera podido imaginar.

—Es cierto que siempre ha habido cosas, caro, que prefiero no hacer solo... —la deliberada crudeza hizo que Fluke se pusiera colorado—. Es una manía mía. Pero si estamos hablando de necesidades, yo diría que tú me necesitabas al menos tanto como yo a ti. ¿Vas a poner eso en tu artículo? ¿Esta es una visita de cortesía para informarme de la inminente publicación? Cuéntame, ¿desde qué ángulo vas a contar la historia?

Amor ciego, OhmFlukeWhere stories live. Discover now