𝟎𝟏. es insoportable

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Celina's pov

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Celina's pov

El sol comenzaba a ocultarse cuando el auto familiar giró por el camino de entrada a la casa de los Fort. Mis papás me habían hablado mucho sobre esta familia, amigos de la infancia de mi mamá, con quienes habían retomado contacto recientemente. Aparentemente, los conocí cuando era muy pequeña. Pero no logro recordarlo.

Ahora, que hace medio año vivíamos en España, comenzaron a reunirse otra vez. No estaba particularmente emocionada por la visita, pero la insistencia de mis papás me dejó sin opción.

Al bajar del auto, me sorprendió la magnitud de la casa. Era una construcción imponente, con un jardín impecable, que reflejaba elegancia y antigüedad a la vez. Mis papás, animados, se dirigieron a la puerta principal y tocaron el timbre. La puerta se abrió casi de inmediato, y Cristina, la señora Fort, nos recibió con una sonrisa cálida y un abrazo para cada uno.

—Por fin están aquí —exclamó— Madre mía, estás guapísima. La última vez que te vi eras una criatura! Es un placer reunirnos, Celina.

—Muchas gracias señora, el placer es mío —digo, sonriendo.

Entramos a la enorme casa, mi mamá se puso a charlar con Cristina, mientras que mi papá observaba la casa.

—Por cierto Celi, te quiero presentar a alguien. Hector! Venid, que han llegado las visitas! —dijo Cristina

Joya. Ahora me tengo que bancar al hijo de la amiga de mi vieja. Unos segundos después, un chico de mi edad entró en la sala. Tenía el pelo oscuro, con rulos y unos ojos, también oscuros que se fijaron en los míos con curiosidad. Estaba re bueno, básicamente. Tras él, apareció otro chico, más alto y con el pelo un poco más claro y desordenado de una manera que parecía intencionadamente casual. Este chico parecía más amigable, y me sonrió. Se me voló la tanga. Mierda que estaban buenos los dos.

—Este es mi hijo, Hector —dijo Cristina, señalándolo con orgullo— Y su mejor amigo, Marc Guiu, que es uno más de la familia, básicamente. Chicos, ella es Celina.

—Hola —dice Hector, bastante seco

—Buenas —respondo yo, intentando sonreír. Seguro estaba re dura.

—Vaya acento —dice Hector

Ah bueno. Encima me tengo que bancar comentarios xenófobos de este.

—Qué tal? —me pregunta el más alto, Marc, con una sonrisa. Casi la quedo.

—Bueno, ahora vayan los tres arriba a jugar a la play o algo, así los adultos hablamos —dice Cristina, a lo que Hector suspira y rodea los ojos, sin vergüenza alguna, AL FRENTE MÍO.

—Pues ven entonces —dice Hector, con pocas ganas

Tras esto, los sigo a los dos, y fuimos al cuarto de Hector. Estuvimos en silencio unos minutos, hasta que decidí romper el silencio, porque me aburría

𝐃𝐄𝐋𝐈𝐂𝐀𝐓𝐄 | hector fortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora