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Cuidar de Naruto no era tan malo. Aunque tal vez su sorpresa se debía a que había imaginado mil escenarios desastrosos en su mente la noche anterior mientras dormía y también esta mañana al desayunar.

Y que Kushina le preguntara, luego de dejar que Naruto corriera al interior de su casa, si estaba seguro de lo que estaba a punto de hacer (como si estuviera aceptando una misión suicida) lo hizo dudar unos minutos su ofrecimiento. Pero así como Kushina preguntó no terminó de procesar lo que le dijo antes de ver cómo corría a toda prisa alejándose de la casa.

Pero la mañana pasó rápidamente luego de que le ofreciera algo para desayunar a Naruto a pesar de que seguramente ya había desayunado en su casa.

Para ser un niño muy pequeño parecía que su estómago no tenía fondo porque comía mucho todos los días. Había escuchado a Kushina preocupada por el apetito del niño aunque aparentemente no había ningún problema médico. El chico era un glotón.

Lo dejó jugar con los ninken y lo distrajo para que no fuera hacia el sector donde estos días los aldeanos comenzaron a trabajar la tierra para comenzar una pequeña plantación de... algo. Aparentemente donde él veía tierra y pasto feo que hace décadas no tenía un mantenimiento más allá de podar el césped sus vecinos vieron tierra extremadamente buena para cosechar.

Dai estaba encantado con trabajar con ellos y mientras que no le pidieran a él hacerse cargo francamente no le importaba mucho lo que hicieran con ese sector.

Antes del almuerzo midió su destreza con los juegos que hacía con los cachorros y perros más jóvenes. Usualmente los hijos de shinobis comenzaban a aprender las katas y formas desde que comienzan a caminar, él no recordaba mucho pero si se guiaba por los pergaminos de su clan seguramente Sakumo lo "entrenó" por medio de juegos y siendo acompañado por sus convocatorias.

Naruto era demasiado inquieto y se distraía fácilmente, esa era la razón por la cual Minato no podía lograr que aprendiera. Y tampoco reconocía del todo las letras y números más allá de su nombre y letras o números al azar antes de reír y ponerse a jugar con cualquier cosa. Así que el intento de Kushina de que vaya reconociendo signos para que más adelante no se le dificultarán los sellados también falló.

El niño a simple vista parecía el hijo de un civil, pero un shinobi podía reconocer que contaba con un chacra burbujeando en su interior. Lo cual sería contraproducente con el tiempo si no lograban que lo controlara.

Pero Naruto era ajeno a todo ese asunto, solo era un niño feliz que se preocupaba por jugar y conseguir ramen.

Supuso que cuando llegara a la edad de cinco años sus padres intentarían instruirlo de algún modo para que entrara a la academia.

Actualmente ya no estaban intentándolo, Kushina no tenía la paciencia y Minato no contaba con el tiempo.
El objetivo no sería lograr que se convirtiera en un gran shinobi como todos esperaban por ser hijo de Minato y Kushina, sino en ser alguien capaz de defenderse y mantenerse a salvo.

Naruto siempre destacaría y sería un blanco por ser hijo de una Uzumaki y el Hokage. Que aprendiera era un asunto de supervivencia.

Kakashi se preguntó al verlo pasar obstáculos más complejos junto con los ninken si el Naruto actual y el adolescente que divisó en los flashback en sus sueños de su vida pasada serían iguales en habilidad.

—Si fueras un cachorro te daría un dulce— le dijo revolviendo su cabello rubio que ahora estaba enmarañado y sucio.

Al terminar el ejercicio de obstáculos los ninken se habían sentado en fila y Naruto los había seguido para sentarse también junto a ellos. Kakashi le había dado una golosina para perros a cada uno como cada vez que terminaban. Naruto había mirado extrañado los bastoncitos que le daba antes de que él dijera aquello cuando agitó su cabello.

Reiniciando (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora