Capítulo 3: La cita equivocada

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— ¿Una cita?— dijo el tricolor confundido — saliste solo 3 hrs.— mencionó Yugi con sorpresa mientras acariciaba al gatito que tenía entre sus brazos.

— No es una cita... no de la manera tradicional.

— Y ¿cómo llamarías a eso?— cuestionó Seto

— Oigan, esto es parte de la misión. Ella es la hermana del objetivo. Puede darnos información valiosa.

— Eso es verdad. Bien, parece que tendrás una cita entonces— dijo Seto.

— ¿Quieres que tus hermanos mayores te acompañen para que no te pierdas?— se burló Yugi a lo que el chico se sonrojó y algo molesto se dispuso a salir de la habitación.

— Que maduros son— deslizó la puerta para cerrarla.

— Parece que tu hermanito se enojó. Heredó tu carácter.

— Cuando está enojado no es mi hermano, es el tuyo— le lanzó una almohada al tricolor.— Pero hablando en serio. Lo que Mokuba hizo no lo esperaba.

— Es lógico.— dejó al gatito en su cama —A él solo lo dejas encargarse del equipo y logística cuando tenemos misiones. Es quien está detrás de los micrófonos o cámaras, quien hace la mayor parte de la investigación.

— ¿Y? Él es bueno en eso. De hecho tiene un talento innato con la tecnología e informática.

— Él sueña con el día en que tú lo dejes participar en trabajo de campo. Una participación sería. No un señuelo o participaciones fantasmas.

— Eso no pasará. Él no es un asesino como nosotros.

— ... Lo sé...— suspiró pesadamente sabiendo a lo que su hermano se refería.

Los hermanos ya se habían despertado hace un par de horas y no habían parado de alistar lo necesario

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Los hermanos ya se habían despertado hace un par de horas y no habían parado de alistar lo necesario. En tres días, empezarían a trabajar con Atem Sennen, y cada minuto contaba en su búsqueda de información.
En la habitación del hotel, Seto, Mokuba y Yugi revisaban los detalles del plan, mientras el aire se cargaba de una tensión palpable.

—¿Estás listo, Mokuba? —preguntó Seto, con la mirada fija en su hermano menor.

—Listo. Recuerden, estaré en el café en el centro. Escuchen atentamente y registren todo lo que pueda obtener —respondió Mokuba, con determinación en su voz.

—Sé que no es la primera vez que participas en campo durante las misiones pero... Bueno, no lo haces tan seguido así que por favor concéntrate. Cada error cuenta.—añadió Yugi, con un deje de preocupación en su tono. Mokuba asintió. Volteó a ver a su hermano Seto en busca de un consejo, una palabra, algo que pudiera decirle pero, nada.

— Es hora— dijo Seto y salió de la habitación mientras los otros se quedaban observándolo. Sobre todo Mokuba.

Los tres se encaminaron hacia el café donde el más jóven se encontraría con Serenity. A un par de cuadras, Mokuba bajó del auto para llegar a pie. Mientras tanto, Seto y Yugi se acomodaron en el auto estacionado a una calle de distancia, preparados para monitorear la conversación a través de los micrófonos ocultos en la ropa de Mokuba.

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