CAPÍTULO 78 ¿Uno o dos?

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Al estacionar el auto, Travis bajó y luego Taylor, mientras él estaba armando la carriola, Swift sacaba a Evie, ella sería la primera a la que meterían al carrito, la colocó cuando ya estaba armada, por el momento, no se quejaría, porque hace mucho que no usaban ese transporte, era novedoso una vez más, posteriormente, Charles, a él lo metió Travis, despeinando sus rizos.

—Será solo un rato Charlie— tomó el carrito y lo empujó, así que todos entraron.

La imagen de ver a la familia Kelce Swift siempre era tierna, ese par de personitas que procrearon eran adorables, el enorme hombre empujando una carriola podía ser atractivo también, la chica de la recepción se derretía, un tanto por que Travis era un hombre de lo más llamativo y otra, por ese par de niños hermosos, no cabía duda, esa pareja seguía siendo una bomba, a pesar de que ahora son padres.

—Buenos días, señores Kelce— la recepcionista les daba la bienvenida, sonriendo como siempre, miraba a los bebés, ella estaba presenciando lo que muchos paparazzi quieren, conocer a los hijos de la pareja, seguro que obtener alguna foto valdría miles de dólares.

—Hola, tenemos cita— Taylor habló.

—Claro, ahora mismo deben estarlos esperando— ella dejó su puesto para guiarlos al elevador, aunque ellos conocían el camino perfectamente, tomaba ese trabajo.


Los mellizos miraban todo asombrados, la última vez que estuvieron ahí se encontraban medio dormidos, además que el mal humor fue un detonante importante para que no permanecieran controlados, al entrar en el ascensor, Evie miraba los botones, hipnotizada, la verdad es que tenía muchas ganas de presionarlos, así como la mujer que los estaba acompañando.

—Ah, mami— estiraba sus manos, los botones iluminados por las luces se veían muy llamativos, eso a cualquier niño le atraería.

—Lo siento bebé, pero por el momento, no debemos tocar nada, ¿Está bien? — Taylor le dijo a su hija, rogaba que el día de hoy se comportaran bien en un contexto distinto, con normalidad su único entorno es su hogar o alguna otra casa ya sea de Selena o de sus abuelos, pero el salir, era muy raro, tal vez deberían hacerlo más.

Ella bajó la cabeza molesta.

Travis rio. —De vuelta podrás presionar el botón del primer piso, ¿Bien? — apretó la mejilla de su hija.

Evie quitó su cara de molestia y sonrió.

—Hemos llegado— la recepcionista los dejó salir primero.

Charles miraba detalladamente el largo pasillo de paredes blancas, todo era bastante extraño, se acomodó acostado en su parte del asiento, al menos no estaba caminando, eso le molestaría.


Llegando al final del corredor, la chica les indicó que podían pasar, la doctora los esperaba.

—Hola, señores Kelce— la doctora Montgomery estaba contenta, el hecho de que sus pacientes por fin estuvieran en la novena semana de embarazo era bueno.

—Buenos días— ambos dijeron.

—No puedo creer que hayan venido estos pequeños que ayudé a traer al mundo, cada vez los veo más grandes— los niños eran de una estatura normal para el tamaño de los padres, pero si los comparaban con niños de personas de talla promedio, sin duda, parecerían como si tuvieran tres años, y aún estaban algo alejados de tener dos.

—Pueden decir hola, chicos— Swift les dijo.

—¡Hola! — Evie fue la única que saludó, Charles estaba de mal humor.

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora