-Este tribunal ve como culpable al omega Jeon Jungkook por el delito de homicidio a un funcionario del Estado de Corea del sur y se le sentencia a veinte años de prisión en la penitenciaria de Cruz del Sur, sede de Suwon.
Con el martillazo se dio por patentado el fallo del juez, el cual le sacó un amargo suspiro que exhaló con los ojos cerrados, apretando los puños sobre la tela negra del uniforme que estaba condenado a portar por los siguientes veinte años. A su lado, EunWoo se llevó las manos a la cabeza, notoriamente abatido y no quiso girarse a sus espaldas, sintiendo ya las miradas furiosas y avergonzadas de sus padres. La familia de MinJae se estaba mofando de él, lo sabía. Podía escuchar sus murmullos desde su lugar, las risas, los deseos de que lo devoraran apenas cruzara el umbral de la prisión. Ya iba mentalizado, por lo que se mantuvo en silencio, esperando la orden de levantarse para regresar a lo que ahora sería su hogar.
-Intentaré apelar. -Le garantizó EunWoo-. Por ahora, aguanta, ¿Sí?
No quiso darle falsas esperanzas, así que asintió. Era evidente que la familia de MinJae no iban a tolerar una apelación, y si lo hacían, sólo sería para humillarlo más. EunWoo al menos quería reducir su sentencia, llevarlo a un sitio menos hostil, pero Jungkook ya había aceptado su destino. Era consciente de lo que hizo y no lo negó en ningún momento del juicio.
-Hyung, que no vengan a verme. -Le condicionó Jungkook mientras se ponía de pie-. No quiero verlos allí.
- ¿Por qué no?
-No lo permitas y ya. No quiero ninguna visita aparte de ti... -Se detuvo, mirando de reojo a su hermana menor, la cual no dejaba de mirarlo desde lo lejos-... Y de SoMin. Por favor. Sólo ella y tú pueden venir a verme, de resto, no quiero a nadie.
-Jeon. Es hora. -Habló uno de los guardias.
Jungkook miró a EunWoo y este asintió con resignación, dándole un abrazo al omega que impotente al no poder corresponder, se dejó hacer.
-Sé fuerte. Te iré a ver apenas pueda.
Jungkook quiere decir algo más, pero los dos oficiales lo toman de los brazos antes de que pueda decir algo y lo escoltan fuera del tribunal.
Escoltado se sube a la furgoneta. Y de la furgoneta, de nuevo y por veinte años, a Cruz del sur.
(...)
Cruz del sur, 7:00 AM
Los días en cruz del sur iniciaban a las siete de la mañana, con el sonido aturdidor de una campana que resuena con fuerza, sacando de forma abrupta a todos de un plácido sueño. Claro, si es que en prisión el dormir se consideraba algo placentero.
Las celdas se abren automáticamente y entonces aparecen los guardias con sus imponentes uniformes, siempre con esa amenazante porra en la mano, golpeando las paredes, pasándolas entre los barrotes para despertarlos a todos. Jungkook ya llevaba despierto posiblemente desde las cinco de la mañana, el no tener reloj le complicaba el tener una buena percepción del tiempo, pero aún así no dejaba de ser molesta esa cantidad de ruido tan junta. La campana con los gritos y golpes metálicos de los guardias eran suficiente como para que se llevara las manos a las orejas y quisiera hacerse ovillo entre las sábanas blancas de su cama, dispuesto a dormir hasta que su condena acabara.
De reojo vio a sus compañeros de celda despertar. YuGyeom, el primero que le había hablado en su primera noche, se pasó las manos por el rostro, regresando a la realidad, mientras que MinGyu y JaeHyun todavía eran incapaces, soltando gruñidos y gimoteos en protesta hasta que finalmente se enderezaron de la cama.
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El Lirio Entre Las Adelfas ||TK||
Fanfic"La ventaja de nacer con el veneno dentro" ----------- Jungkook ama dos cosas: El dinero y su libertad. Cuando es despojado de ambas luego de matar a sangre fría a su alfa infiel, condenándose a pasar veinte años en la prisión de alta seguridad de C...