──𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐋𝐋𝐎𝐑𝐀𝐍 𝐋𝐀𝐒 𝐀𝐕𝐄𝐒:
Jungwon es un omega que
vende su cuerpo por dinero y
trata de sobrevivir por su bebé,
una noche desafortunada es
mordido en el cuello por un Alfa
desconocido, desesperado,
...
WARNING ⚠️ temas controverciales como el aborto y la infidelidad, los pensamientos de los personajes NO reflejan la postura del autor.
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—¿Entonces no vas a volver?
Observó sus bellos y brillantes ojos color miel, su cabello rubio bien peinado, su ropa de marca y se resistió al aroma tan suave que emanaba, en definitiva aquel omega era élite entre la élite, sofisticado, glorioso, tanto así que Sunghoon tembló al verle llegar a la oficina.
—No Sunoo, no volveré, no puedo... no puedo perdonarte ésta —fue serio, esperaba que esta vez, Sunoo, su esposo, aprendiera que no es un juguete; una vez o dos estaban bien, pero esta era la tercera.
—¿Me llamaste Sunoo?, ¿ya no soy “Sunnie”?, ¿Ya no me quieres? —dijo con voz temblorosa.
—La pregunta aquí es, ¿tú me quieres a mi?
—Te amo —dijo sin dudar elevando al aire su afilada nariz.
—No es cierto, si me amaras, no habrías cogido con ese estúpido Beta —estaba molesto, sumamente molesto.
—Es por que siempre me dejas solo, siempre estás metido en esta maldita oficina —se defendió.
—Sabes que tengo un trabajo.
—Yo te dije que no lo necesitas, mi mamá te ofreció un puesto como directivo en su empresa, no necesitas ésto, ademas yo nunca te pido nada, ¿Verdad? —Sunghoon lo miró, era cierto el omega era caprichoso, pero todos sus caprichos fueron cumplidos por sus padres y por él mismo en su trabajo como diseñador de interiores pero...
—Me duele, me duele cada vez que lo haces, soy tu esposo, no es agradable encontrarte cogiendo con quien se te cruza en frente —Estaba tratando de no llorar, ser fuerte, porque era ese tipo de hombre impenetrable y poderoso, pero en cuanto de Sunoo se trataba, simplemente no podía pensar con claridad.
—Y te amo, eres el amor de mi vida Sunghoon, pero tienes que entenderme, me siento muy solo, además es solo sexo, no es nada, mi corazón está contigo siempre.
—Y si yo me acostara con otro omega, tú...
—No es igual —interrumpió furioso—, porque yo no te engaño con Alfas. Sunghoon, ¿me engañaste?, ¿lo hiciste? —dijo furioso a punto de llorar, el alfa negó con fuerza corriendo a abrazarlo, limpiando su fina cara con la yema de sus dedos.
—Jamás digas algo así bebé, yo no podría, te amo, perdón, perdóname, volveré a casa y todo estará bien, ¿estamos bien? —dijo con el corazón en la boca, no quería, no permitiría que su esposo se alejara de él. Él podía perdonarle todo, pero menos que se aleje de su lado, que llore... que sufra.
